La situación es resultado de “múltiples” factores, explicó el dirigente, que comenzó enumerando las dificultades que atraviesa el comercio intrarregional.
Corallo recordó que “Argentina le trancó las exportaciones a Uruguay por las declaraciones juradas” exigidas a los importadores antes de autorizar el ingreso. A eso se suman los problemas de la economía de Brasil, segundo socio comercial de Uruguay; de divisas en Venezuela, destino importante para los lácteos uruguayos; y más recientemente, la devaluación en China.
Apuntó además que los incrementos de salarios en el sector no se ven acompañados por un aumento de la productividad de la mano de obra.
Y señaló que si bien el dólar ha subido (15% en el año) y es un elemento que ayuda a mejorar la competitividad de los productos industrializados que el país exporta, otros factores como el precio de la energía se hacen cada vez más pesados para los industriales.
En efecto, Uruguay tiene el combustible más caro de América Latina. Incluso con el petróleo en franca caída, la aguja de los precios no se mueve y los carburantes tuvieron un ajuste al alza de 5 a 7% en julio pasado.
– Grandes golpes –
La industria viene acumulando golpe tras golpe este 2015.
Un 85% de las empresas registradas en la Cámara de Industrias son pequeños y medianos emprendimientos que tienen menor margen de maniobra que una industria de mayor tamaño. Sin embargo, muchas firmas con cientos de empleados cerraron sus puertas en lo que va del año.
El último caso fue el de la endeudada Fripur, que generaba la mitad de los empleos en el sector pesquero y anunció el cese de actividades y el despido de sus 960 trabajadores hace 10 días.
“Estamos ante una situación preocupante y angustiante porque no sabemos qué va a pasar con esta industria” , reconocía en declaraciones a Juan Castillo, director nacional de Trabajo.
En junio, la empresa estadounidense de productos lácteos Schreiber Foods anunció que ponía término a sus operaciones en Uruguay, en medio de un descalabro de precios para el sector en el mundo.
La empresa alegó sufrir fuertes pérdidas y dijo que su operación se vio afectada por el “cierre de los tradicionales mercados de Venezuela, Rusia, México y Brasil” y un alto precio pagado a los productores locales “que no acompañó a la caída de precios internacionales” .
Frente a la gigantesca planta de procesamiento, hoy vacía, una pequeña carpa azul con una bandera de Uruguay es el último vestigio de la presencia de sus 170 trabajadores en el complejo ubicado 90 km al oeste de Montevideo.
A comienzos de año, otra gigante del sector, Ecolat, controlada por capitales peruanos, dejó de producir en medio de un duro conflicto con sus trabajadores. Unas 400 personas quedaron sin trabajo.
En mayo, la fabricante china de vehículos Chery cerró su planta en Uruguay tras 10 meses sin producir vehículos, por dificultades para exportar, principalmente a Brasil. Unos 350 trabajadores perdieron sus empleos.
– Números que no ayudan –
En el último informe de expectativas industriales a junio de este año, los empresarios se mostraron menos confiados, a “niveles similares a los observados en contextos de dificultades económicas” como los meses finales de 2001, previo a la crisis que estalló en 2002.
Uruguay registró en julio su octavo mes con retracción de las exportaciones.
La ministra de Industria, Energía y Minería, Carolina Cosse, señaló que la coyuntura comercial internacional es “compleja” y manifestó que “no hay dos o tres medidas mágicas para resolver este tipo de problemas en el sector” , según declaraciones publicadas en la página oficial de la Presidencia.
El gobierno plantea mejorar la capacitación de los trabajadores e incrementar la productividad de la industria.
Pero los industriales reclaman medidas de efecto más inmediato que les permitan reducir costos y enfrentar las dificultades que plantea el escenario externo.