Estas aeronaves no tripuladas, fáciles de usar y capaces de capturar vistas fuera del alcance de la tecnología tradicional, también son cada vez más asequibles, con modelos básicos a partir de pocos cientos de euros o dólares.
En cambio, alquilar un helicóptero para tomar imágenes cuesta 20.000 euros al día, subraya Pierre Fourtillan, responsable de Aliothcam, una empresa francesa especializada en fotografía aérea.
Aunque la calidad de las imágenes tomadas por un camarógrafo a bordo de un helicóptero es mejor, los drones ofrecen otras opciones.
“Podemos besar los tejados y las paredes de los edificios” , afirma entusiasmado Nicolas Charbonneau, ayudante de dirección en TF1, quien destaca la posibilidad de filmar actualmente tormentas, aludes y atascos de tráfico, así como deportes extremos.
Asimismo, estos aparatos también facilitan la narración de historias más duras, especialmente, “en zonas de guerra o de desastres naturales” , apunta Lizzie Phelan, periodista de Russia Today. Este medio, pionero en el uso de drones, los utilizó durante los disturbios del año pasado en la ciudad estadounidense de Ferguson.