Juan Alberto Fuentes, exministro de Finanzas, opinó que en la medida en que el mandatario no acepte la renuncia de esos funcionarios, se va pareciendo cada vez más a un “régimen militar”.
“Los ministros trabajan a la fuerza, y no debería ser característica de un gobierno democrático”, dijo el profesional.
En el otro escenario, si las dimisiones fueran aceptadas, los ministerios quedarían “sin cabeza”. Además, Fuentes duda de la probabilidad de conseguir profesionales calificados para ocupar dichos puestos y, por consiguiente, habría un “debilitamiento en la capacidad ejecutora del Gobierno”.
El director del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi), Jonathan Menkos manifestó que las renuncias se dan en un momento en que el Gobierno “no tiene ninguna legitimidad ante la ciudadanía”.
El economista dijo que se avizora una administración pública todavía “más inefectiva de lo que ya hemos observado”.
Menkos aseguró que la más afectada en esta “crisis” es la ciudadanía, por la carencia en la producción de bienes y servicios públicos.
“Ojalá la salida de ministros lograra hacer entrar en razón al presidente, comprender que este gobierno no tiene nada más qué hacer y que deberá enfrentar la justicia en el corto plazo”, concluyó el director del Icefi.
Para Carlos González, analista económico de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asíes), la falta de ministros o viceministros, según sea el caso, no sería causa de que se paralizara la actividad económica, porque un funcionario de ese rango debe ser sustituido y las dependencias, siguen en funcionamiento. “Hay que tomar en cuenta que los ejecutores son los mandos medios y bajos, por lo que la actividad administrativa del Estado no para”, dijo González.
Temas pendientes
Según el analista del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (Cien) Hugo Maúl, hay temas importantes que deben ser atendidos y acompañados por funcionarios de alto nivel, como la continuación del plan de la Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte de América Central. “Desde la perspectiva del gobierno estadounidense, se esperaba que pasara bastante este año, en términos que se definieran los territorios de acción y el apoyo económico”, señaló el economista.
Édgar Gutiérrez, coordinador del Instituto de Problemas Nacionales de la Universidad de San Carlos (IPN-Usac), recordó que el presupuesto del próximo año deberá ser discutido próximamente en el Congreso. “Habrá una serie de problemas de trabas burocráticas que afectarán la administración pública central”, auguró el analista.
Arturo Soto Aguirre, presidente de la Cámara de Comercio e Industria Guatemalteco-Mexicana, expresó que la ausencia de funcionarios en el caso de las renuncias del ministro y de los viceministros de Economía no deja de ser complicada.
Soto recordó que es usual que hacia el final de los períodos presidenciales, asuman viceministros en lugar de los titulares.
El empresario agregó que “sin duda la actividad económica del país sigue y no se va a paralizar por ese hecho”; sin embargo, señaló que problema de fondo es quién se haría cargo de la referida dependencia.
“Ojalá que los sustitutos sean personas que entiendan del tema, que no deshagan lo que ya está logrado y que atiendan los temas urgentes pendientes”, comentó Soto Aguirre.
Por aparte, Fanny de Estrada, directora de competitividad de la Asociación Guatemalteca de Exportadores (Agexport), manifestó que existe incertidumbre entre los empresarios de su sector porque no se sabe qué va a pasar o quién va a llegar.
Agregó que hay temas que estén en la agenda, tales como la medición en los indicadores del país a los que se les debe continuar dando seguimiento.
De Estrada mencionó que aún se registran desórdenes, tanto en las fronteras del país como en los puertos. Además, queda pendiente concluir la unión aduanera entre Honduras y Guatemala, acción que está en su punto más “álgido” por los compromisos a cumplir.
Otro tema que según de Estrada no debe descuidarse es el relacionado con el plan de la alianza para la competitividad, que en la actualidad se trabaja con Estados Unidos y los países de Triángulo Norte.
“Si hasta ahora los temas económicos pudieron navegar en medio de una tormenta política, la misma no ha pasado y se tiene que prever qué hacer para que la economía no sea impactada”, refirió