Morales agregó que cinco miembros de la familia son los responsables de moldear, hornear, pintar y barnizar los artículos de barro que venden, en su mayoría, a partir de la celebración del día de la Virgen de Guadalupe.
Tradición familiar
Los artesanos coinciden en que la fabricación de estos adornos es una tradición de familia y un aliciente económico, por lo que buscan satisfacer esa demanda, por la tradición de decorar los hogares y nacimientos.
Lola Bitzol de Coy, originaria de San Juan Comalapa, Chimaltenango, expuso que su familia se ha dedicado, por dos décadas, a elaborar venados, ángeles, canastas y faroles con chirivisco, al igual que ovejas de tusa.
“Esta artesanía pasó de un adorno de vivienda a una fuente de trabajo, ya que 10 integrantes de la familia nos dedicamos a fabricarlos”, dijo Coy.
Para Sabrina Sagastume, originaria de Santa Elena, Petén, la elaboración de artesanías de la época es un oficio que descubrió a sus 15 años, y ahora sus productos son muy solicitados. Para elaborar los adornos utiliza madera, semillas, bambú, cera y papel.
Los productores de objetos típicos navideños sostienen que la creatividad de los artesanos hace que cada época aparezcan nuevos adornos que sustituyen a otros, en muchos de los casos, por los costos.
Víctor Manuel López, artesano de Antigua Guatemala, es creador de pasajes bíblicos en papel y pintura acrílica para altares navideños o nacimientos, los que vende entre Q100 y Q500.
“La venta de paisajes navideños para nacimientos ha disminuido, porque la tradición ha sido cambiada por otros objetos”, indicó López, quien agregó que ya son pocos los que elaboran los altares navideños, por lo que la demanda de ese producto se ha reducido.