El nombre del lugar es Guayabillas. ¿A cuántos kilómetros de Jocotán?, nadie lo sabe, por lo difícil de su acceso; lo que sí se conoce son las necesidades que afrontan sus habitantes.
Por ese motivo, la entidad benéfica Corazones en Acción planifica llevar a cabo un programa concreto, para ayudar a los pobladores y promover su productividad.
En reconocimiento
Representantes de dicha entidad, integrada por distintas empresas, entre ellas Frazima, Textiles del Sur, Nylontex y Arrocera Los Corrales, visitaron la comunidad enclavada en las montañas jocotecas, con el fin de efectuar un reconocimiento.
A Barrio Nuevo y Talquezalito, ambos caseríos de Guayabillas, hubo que llegar en helicóptero, pues a pie el viaje se hubiera tardado todo un día, puesto que no hay caminos, sólo veredas empinadas en las laderas de las montañas rocosas.
Al recibir las bolsas de 85 libras que contenían granos básicos , frazadas y otros alimentos, la gente no ocultó su sorpresa. No obstante, según indicaron los organizadores, la ayuda que quieren proporcionar no consiste en alimentos.
A futuro
Friné de Solares, administradora de Corazones en Acción, expuso que para Guayabillas se busca un programa más efectivo que la entrega de alimentos.
El proyecto va más allá, pues se piensa en letrinización, saneamiento básico y el estudio de programas de agricultura y granja.
La meta es que la comunidad aprenda a ser autosostenible, para que no dependa sólo de la agricultura y evitar que se repita la crisis ocurrida este año, cuando la cosecha se perdió y ya no hubo qué comer.
Para lograr este objetivo hace falta mucho trabajo, porque en el lugar no hay vías de acceso. Por esa razón, uno de los proyectos es abrir caminos a corto plazo.
Ese trabajo sería efectuado por los campesinos, quienes a cambio recibirían un pago en efectivo o alimentos.
Una vez la comunidad cuente con vías de acceso, puede dar inicio la producción de diversas siembras o la crianza de animales, que los campesinos podrán comerciar en otros lugares, se explicó.
Todo este esfuerzo comenzará formalmente el año próximo, y con tal fin se busca apoyo de otras agrupaciones o empresas que deseen sumarse al proyecto, porque la tarea es muy compleja para una sola entidad.
La gente
Al menos el miércoles último, cuando se llevó a cabo la entrega de alimentos, el rostro de los vecinos cambió, ya que recibieron sustento, y hasta se rieron durante las actividades que promovió la entidad benéfica.
Sin embargo, la vida en la comunidad, como en otras de Jocotán, de Camotán y Olopa, continúa en problemas. La cosecha hace mucho tiempo se acabó y el trabajo no llega.
En Talquezalito no hubo quien no tuviera necesidad. Se podía ver a ancianas, mujeres embarazadas, hombres curtidos por el sol y niños que hacían cola para recibir víveres y ser atendidos por el médico ambulatorio que dio consulta en el lugar.
Ahora, todos esperan que el proyecto de Corazones en Acción se ponga en marcha cuanto antes, para evitar la temida hambruna que podría repetirse el año próximo.
Testimonios: Con muchas carencias
Miriam Pérez, quien lleva en brazos a su hija Marina, de 2 años, relata que ha tenido que aguantar hambre; sin embargo, eso no es nada nuevo.
Según refiere, lleva meses en la misma situación; cuando puede come, pero otras veces no. Qué se puede hacer, señala.
Igual que ella, la mayoría de las 25 familias de la aldea Guayabillas y sus caseríos soporta necesidades.
María Sofía Hernández, una anciana que dice tener 75 años, aunque aparenta más, camina de un lado a otro en busca de que alguien le proporcione víveres y medicamentos.
En la misma situación se encuentra Manuel Antonio Rosa, quien hace cola, con la esperanza de que le den comida para sus ocho hijos.