A Juan Pablo II están dedicados el Hospital Infantil Arquidiocesano —el único del país exclusivamente pediátrico—, el bulevar que sale del aeropuerto La Aurora y también el auditorio de la Renovación Carismática Católica, con capacidad para cuatro mil personas e inaugurado hace una década.
Declarada basílica
El 16 de abril de 1961 fue un día de fiesta en el Santuario de Esquipulas, pues el templo fue elevado a la categoría de Basílica Menor, oficializada por la bula pontificia de Juan XXIII, firmada el 27 de enero de aquel año.
“En uso pleno de nuestra potestad apostólica, elevamos, en virtud de estas letras y a perpetuidad, el Santuario del Santísimo Crucificado de Esquipulas a la dignidad de Basílica Menor, con todos los honores y privilegios litúrgicos”, decía la bula, leída por el obispo coadjutor Mario Casariego.
La gestión para aquella declaratoria fue efectuada por el arzobispo metropolitano Mariano Rossell y Arellano (1939-1964), quien había sido nombrado en 1956 primer prelado de Esquipulas —de donde era originario— por el papa Pío XII, que falleció el 9 de octubre de 1958.
Aquí empiezan las coincidencias, pues su sucesor, Juan XXIII, asumió el el 4 de noviembre, y tan solo 57 días después, el 27 de diciembre, consagró como obispo a Casariego, en la Basílica de San Pedro.
En 1959 llegaron los primeros tres monjes benedictinos, para hacerse cargo de la atención del Santuario de la Villa de Esquipulas, lo cual hacen hasta la fecha, refiere el sacerdote Hugo David López, perteneciente a dicha orden.
En 1961, en atención a la masiva veneración regional del Cristo de Esquipulas, llega la elevación a basílica, que aún suena en el tañido de una de las campanas del templo, que tiene la inscripción: “A la Insigne Basílica Nacional de Nuestro Señor Jesucristo de Esquipulas. 16 de abril de 1961”, añade López.
“El santuario estaba bellamente iluminado, pero miles de candelas se consumían en las manos de los feligreses al mismo tiempo. Un coro compuesto por integrantes de colegios católicos de la capital entonaba cantos religiosos”, relata la crónica de Prensa Libre, el 17 de abril de 1961, en la que se detalla la asistencia de los presidentes de Guatemala y El Salvador, así como autoridades religiosas.
A la muerte de Rosell, en 1964, Casariego asume como arzobispo, cargo en el cual se encuentra cuando Juan Pablo II visita Guatemala por primera vez, del 6 al 9 de marzo de 1983. Por dolencias cardíacas, Casariego muere el 15 de junio de aquel año.
Entorno histórico
“Al asumir Juan XXIII, gobernaba en Guatemala el general Miguel Ydígoras Fuentes, quien nombró como embajador ante la Santa Sede a Pedro de Yurrita y Maury, con la misión de impulsar la canonización del Hermano Pedro de Betancur”, recuerda el abogado e historiador Roberto Mayorga. Juan Pablo II concedió la beatificación en 1980 y la canonización, en el 2002.
Mayorga resalta que el conflicto armado interno de Guatemala comenzó en la década de 1960 y se agudizó en el marco de la Guerra Fría, que fue lo que motivó la encíclica Pacem in Terris (Paz en la Tierra), divulgada por Juan XXIII el 11 de abril de 1963.
Tan solo dos años antes, en 1961, había ocurrido la fallida invasión a Cuba, patrocinada por EE. UU. y cuyo campo de entrenamiento fue la finca Helvetia, en la costa sur guatemalteca, a lo cual siguió la crisis de los misiles de 1962, por el intento ruso de colocar este tipo de armamento en aquella isla.
“Por su situación geográfica y la política anticomunista del gobierno ydigorista, Guatemala se hubiera encontrado en grave peligro, de haberse iniciado las hostilidades, por lo que es de suponer que todos los países del área estuvieron presentes en el pensamiento de Juan XXIII”, acota Mayorga.
Primera visita papal
Juan Pablo II arriba por primera vez a Guatemala el 6 de marzo de 1983, en un momento crudo del conflicto armado interno, cuando el país era presidido, de facto, por el general Efraín Ríos Montt, quien sería derrocado cinco meses después.
El Papa solicitó clemencia para unos sentenciados a muerte, pero Ríos Montt ordenó la ejecución inmediata de la condena. Sin embargo, esta medida no ensombreció la bienvenida multitudinaria y la asistencia masiva a la misa en el Campo de Marte.
En esa ocasión, Juan Pablo II también visitó Quetzaltenango, en donde coronó a la Virgen del Rosario.
Con el cristo negro
La segunda visita de Juan Pablo II comienza el 5 de febrero de 1996. El país estaba ya en democracia, pero sumido aún en la guerra interna.
El 6 de febrero se dirige a Esquipulas —donde se firmaron los acuerdos centroamericanos que condujeron al cese de los conflictos armados en Centroamérica— y ora en la Basílica ante el Cristo Negro, cuyos cuatro siglos de veneración se conmemoraban aquel año.
“Espero vivamente que Guatemala pueda concluir en un futuro muy próximo el acuerdo definitivo de paz”, exclamó el papa polaco en la homilía de la misa. Los acuerdos de paz se firmaron el 29 de diciembre de aquel año.
En su última visita, el 29 de julio del 2002, Juan Pablo II, con una salud mermada, pero con el mismo espíritu enérgico, canoniza al venerado Hermano Pedro de San José de Betancur, en una misa celebrada en el Hipódromo del Sur, ante una multitud de fieles.
Del 25 al 30 de noviembre se produce un último acto que vincula a Juan Pablo II con el país: la celebración del II Encuentro Pastoral Americano y Quinto Latinoamericano “para el cual, con el apoyo de monseñor Rodolfo Quezada Toruño, se aceleraron los trabajos de construcción del auditorio de la Renovación Carismática Católica (RCC), en la zona 3 de Mixco, que fue bautizado como Juan Pablo II”, cuenta Sheny de Góngora, de esa entidad religiosa. Tan solo cuatro meses después, el sábado 2 abril del 2005, fallece este papa, en la víspera de la solemnidad de la Divina Misericordia, la misma durante la cual será canonizado, mañana, junto con Juan XXIII.
ACCIÓN DE GRACIAS
El domingo 27 habrá caminata y misa por canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II.
DESDE LAS 14 horas se reunirán feligreses en cuatro puntos: Parque Jocotenango, Avenida del Cementerio, Plaza Italia y Mercado La Parroquia.
CAMINARÁN a la Plaza de la Constitución, donde será la misa a las 16 horas.
ENTIDAD EDUCATIVA
En 1977 fue fundado el hogar Juan XXIII, actualmente es dirigido por monjas somascas.
EL ARZOBISPO Mario Casariego, sacerdote somasco, tomó en cuenta la dedicación del fundador de la orden, San Jerónimo Emiliani, a la niñez y juventud, que coincidía con el llamado de Juan XXIII a velar por esos sectores, así que le puso el nombre de este pontífice a un hogar que fundó.
ACTUALMENTE, LAS monjas somascas tienen hogares para niñas y niños en otros lugares, en tanto que el Juan XXIII, en la 10a. avenida y 1a. calle, zona 1, es ahora colegio de preprimaria al ciclo básico, a precios módicos.
“NOS ALEGRA que ahora vayamos a tener como patrono a San Juan XXIII”, expresó sor Blanca Oliva, directora del plantel, en donde se ven fotografías, una manta vinílica y hasta una pequeña efigie del pontífice.
HUELLA EN EL PAÍS
El Hospital Infantil Juan Pablo II se empezó a construir el 7 de marzo de 1984 y fue concluido el 7 de marzo de 1985.
TAN SOLO en el 2013, los pediatras de ese nosocomio brindaron 80 mil consultas —más de 200 por día— en diferentes especialidades. Funciona mediante fondos provistos por Cáritas Arquidiocesana. “A quien no puede pagar no se le cobra”, asegura Zepeda, quien destaca que un 40% de los pacientes son evangélicos, pero se les brinda la misma calidad de servicio, sin distingo de credo.
AL FINAL de la Avenida de las Américas, zona 13, se encuentra el monumento a Juan Pablo II, con una escultura hecha por el guatemalteco Rodolfo Galeotti Torres, instalada en 1985, para conmemorar la primera visita del pontífice.
EN ESTE lugar se celebra una misa todos los domingos a las 11 horas.