Tres de los aprehendidos están señalados de haber forzado a la víctima a ingresar en un vehículo para secuestrarlo y posteriormente desaparecerlo; otro colaboró en varias acciones, informaron fuentes del MP.
En los allanamientos, las autoridades decomisaron varios celulares y chips de diferentes empresas telefónicas, entre otros objetos.
Las investigaciones del MP señalan que los sindicados habrían participado en el secuestro del mexicano José Luis Tepezano Macías, 42, quien fue plagiado en un sector de ese municipio, y a pesar de que la familia pagó un rescate de US$50 mil —unos Q400 mil— tras una negociación, aún se desconoce su paradero.
Otro detenido
Por ese caso ya fue capturado Gertulio Antonio Hernández Cabrera, 34, el pasado 15 de abril, en San Benito, Petén, a quien se le señala de ser el socio de la víctima y principal sospechoso de dirigir la banda, a la que se le atribuyen otros secuestros en Izabal.
Uno de los allanamientos de ayer en San Benito se efectuó en el club nocturno Bragas, propiedad de Hernández, el cual fue cerrado hace una semana porque se creyó que allí podría estar sepultado el cuerpo de Tepezano, pero la búsqueda resultó negativa.
Otro inmueble cateado fue el autohotel Dubái Suites, que en un inicio el MP determinó que también pertenecía a Hernández, pero al momento del allanamiento se presentó un documento de otro supuesto propietario, identificado como Marvin Geovanny Guzmán Díaz, quien podría ser un testaferro.
Las pesquisas
Investigadores policiales y del Comando Antisecuestros explicaron que la víctima decidió, junto a su esposa y cuatro hijos, migrar de Jalisco, México, para instalarse en San Benito, Petén, en noviembre del 2011, después de asociarse con Hernández, con quien acordó abrir una sucursal de su empresa de helados y hielo.
“Él es propietario de una empresa de helados en México y quiso abrir una sucursal en Costa Rica, pero conoció a Hernández, quien distribuía materia prima, vía terrestre, a Juan Carlos Panafox —compadre de Tepezano—, originario de Nogales, Sonora, y propietario de una maquiladora en Guadalajara”, explicó un investigador.
Agregaron las fuentes que Hernández convenció de esa manera a Tepezano para instalar la empresa en Guatemala y construir en un terreno que la víctima compró en San Benito por Q1.5 millones.
“Hernández también logró que el terreno lo registrara a su nombre, tras convencerlo de que por ser mexicano no podía adquirir bienes en el país”, señaló el investigador.
El terreno, de gran extensión, además de construir el área para la empresa, serviría para levantar, a un costado, la casa donde viviría la familia de la víctima.
La empresa sería abierta días antes de la Semana Santa, y ya estaba equipada. El negocio, situado en la calle Torinza y barrio El Trébol del citado municipio, se llamaría Elieth.
En la actualidad, las cuentas bancarias de Hernández están congeladas y “falta determinar lo que pasará con la propiedad, que está a su nombre”, indicaron las fuentes.
La desaparición
La mañana del pasado 19 de marzo fue secuestrado Tepezano. A eso de las 14 horas, Hernández recibió llamadas en las que le pidieron rescate por el mexicano.
A la 16 horas de ese día, la esposa de la víctima preguntó si hubo comunicación, y el socio le dijo que no, pero una hora después le indicó que los plagiarios pedían US$100 mil —unos Q800 mil—.
Marta Angélica Jota Flores, esposa de la víctima, presentó la denuncia en el MP pero después la retiró, cuando Hernández la convenció de decir a las autoridades que aparentemente su esposo había aparecido y que solo sería cuestión de que pagaran el rescate, que ya había negociado en US$50 mil —Q400 mil—, con lo que se resolvería el problema.
Jota solicitó una transferencia bancaria en México hacia un banco de la capital guatemalteca y personalmente se presentó a recogerlo para entregarlo a Hernández, quien pagaría el rescate por medio de una tercera persona, en el entronque de Río Hondo a Chiquimula.
La mujer decidió regresar a su país junto a sus hijos al ver que su esposo no aparecía.
Ya en su país, Jota presentó una denuncia y declaró como prueba anticipada. La Fiscalía de México en conjunto con el MP de Guatemala investigan el caso.
Las autoridades tienen pendientes dos órdenes de captura, una en San Benito y otra en San Juan Sacatepéquez.
Se conoció que la jueza a cargo del caso firmó una orden de allanamiento al final de la tarde, minutos después de que uno de los sindicados se fugó. Se presume parentesco entre ambos.