Comunitario

10 incidentes aeréos se han reportado en Guatemala en 2024 y autoridades anuncian revisión de licencias de aeronaves y pilotos

Aeronáutica Civil aumentará revisiones exhaustivas de licencias y autorizaciones tras la caída de un helicóptero, siendo el décimo accidente reportado en 2024.

Accidente Helicóptero Guatemala 1 de agosto 2024 (1)

Brigada Humanitaria de Rescate durante el traslado a la Fuerza Aérea Guatemalteca de dos personas fallecidas por la caída de un helicóptero en una finca en Siquinalá, Escuintla, cuyo rescate se efectúo este jueves 1 de agosto de 2024. (Foto Prensa Libre: Ejército)

La caída del helicóptero que fue hallado este jueves 1 de agosto es el décimo accidente de aviación que se investiga solo en este 2024, confirmó la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC).

La mayoría de los incidentes registrados este año habían sido menores, hasta que en el mismo mes de julio una avioneta y un helicóptero se desplomaron en zonas montañosas y en cada uno de los siniestros murieran personas.  

La DGAC confirmó que se ha registrado un total de 10 accidentes, pero ocho no están clasificados de gravedad. Fueron daños o explosión de una llanta, o bien por aterrizajes de emergencia.

No obstante, estos últimos dos percances tuvieron un resultado fatal.

Las causas del accidente del pasado 8 de julio de 2024, cuando una avioneta se precipitó a tierra y sus dos tripulantes fallecieron, se debió a las malas condiciones del clima por la humedad y persistentes lluvias, confirmó la DGAC, aunque es un dato preliminar y aún está en proceso el informe final.

Lea también: Aterrizaje frustrado: los detalles del avión que hizo una maniobra por la lluvia en La Aurora

Socorristas ubicaron una avioneta accidentada el 11 de julio de 2024 después de haber perdido contacto con el comando de control cuatro días antes. (Foto Prensa Libre: Bomberos Voluntarios)

Anuncian nuevas revisiones

José Fernando Suriano, viceministro de Transportes del Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda (CIV), confirmó que el choque del helicóptero localizado este jueves 1 de agosto, llevará una profunda investigación, pero a nivel general considera necesario implementar más acciones.

Anunció que emprenderá un proceso de revisión exhaustiva de todas las autorizaciones y licencias otorgadas en los últimos años.

Esta acción, explicó Suriano se toma para asegurar que se cumplen las normativas internacionales y se protege la seguridad de los vuelos y las vidas humanas.

“La aviación tiene que ser segura y en ese sentido vamos a entrar a analizar todas las autorizaciones en un tiempo prudencial hacia atrás. […] Un accidente conlleva el protocolo normal, pero dos dan una señal de que tenemos que ir a revisar mucho más allá del accidente mismo”, afirmó Suriano.  

Esta revisión abarcará tanto las licencias de aeronaves como las de los pilotos, y se realizará de manera proactiva, aseguró Suriano.

Aunque no se puede establecer un plazo exacto para esta revisión, enfatizó que el proceso será meticuloso y seguirá los protocolos establecidos internacionalmente.

“La prioridad es garantizar que las acciones en la aviación no pongan en riesgo la seguridad y que se cumplan las normativas y protocolos vigentes”, aseguró.

El viceministro dijo que es esencial reforzar las prácticas para las certificaciones y evitar futuras incidentes derivados de “malas administraciones pasadas”, de las que no ahondó en detalles.

“No estoy diciendo con eso de que se haya hecho las cosas bien o mal. Sencillamente nosotros vamos a revisar que todo se haya hecho de acuerdo con las normas, tanto en la parte pública como privada”, detalló el funcionario.  

Un helicóptero se accidentó cuando viajaba a Escuintla y sus dos ocupantes murieron. Brigadistas localizaron la aeronave en una zona montañosa el jueves 1 de agosto de 2024. (Foto Prensa Libre: Ejército de Guatemala)

Niveles de alerta

Según la DGAC, existen tres alertas para identificar los niveles de emergencia para las aeronaves definidas por la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) en los Anexos 12 y 13, que son parte de un Convenio sobre Aviación reconocido internacionalmente.

La primera fase es cuando hay incertidumbre sobre la seguridad de una aeronave y sus ocupantes, llamada en aviación como “Inserfa”.

Lea también: “En un barranco y entre árboles”: rescatista narra cómo con drones localizaron el helicóptero accidentado en Escuintla

Cuando la aeronave deja de tener contacto, según la DGAC, existe un periodo que puede durar entre dos a cuatro horas y media, dependiendo del tipo de aeronave, en la que se mantiene en el aire por la gasolina de reserva.

Cuando ya pasó ese periodo en que la aeronave podría mantenerse volando, y no se ha reestablecido el contacto, entonces se activa la segunda fase llamada “Alerfa”, para declarar la alerta por la seguridad del transporte y sus ocupantes.

Desde ese momento se activa un protocolo y se da aviso a los Bomberos, a la Fuerza Aérea, Ejército, entre otras entidades estatales.

En la última y tercera fase “Detresfa”, se declara que hay motivos razonables para que tanto la aeronave y los tripulantes están en peligro grave e inminente y requieren asistencia inmediata.

¿Cómo se investigan los accidentes aéreos?

Una vez se confirma que ocurrió un incidente ya sea de un avión, una avioneta o un helicóptero, y que hayan participado las Brigadas Humanitarias de Rescate, al haber concluido con sus operaciones en campo, interviene la Unidad de Investigación de Accidentes de la DGAC.

Este departamento se ocupa de todas las actividades de investigación técnica relacionadas con accidentes e incidentes de aeronaves nacionales y extranjeras en territorio nacional.

La Unidad tiene un protocolo establecido para determinar las posibles causas de los accidentes y qué ocurrió durante las últimas horas o minutos en el interior de la cabina de conducción.

Los investigadores de la Unidad llegan tiempo después de los percances y extraen todas las pruebas necesarias para elaborar su investigación que luego remiten a la Dirección General de Aeronáutica Civil.

En esta fase, los investigadores maniobran la caja negra, también conocida como registrador de vuelo, que resulta crucial en estos casos. Su principal propósito es almacenar datos vitales del vuelo y las grabaciones de las conversaciones en la cabina.

Los datos obtenidos incluyen información técnica del vuelo, como altitud, velocidad, rumbo, y funcionamiento de los sistemas de la aeronave. Además, graba las conversaciones entre los pilotos y las comunicaciones a control de tráfico aéreo.

Esta información puede servir como evidencia en investigaciones judiciales y resolución de disputas legales que se pueden desencadenar entre las partes involucradas durante el accidente.

Lea también: Ellos fueron los primeros en ayudar a las víctimas del avionazo en zona 13

ESCRITO POR:

Sandy Pineda

Periodista de Prensa Libre especializada en política y temas sociales con 7 años de experiencia. Parte del programa International Women's Media Foundation (IWMF) en 2019, y del proyecto Ciclos de Actualización para Periodistas (CAP) 2023.