La aventura empezó el 12 de julio en su Cessna 182.
Residente en Guatemala desde hace 30 años, Rehe voló desde Guatemala hacia Estados Unidos, pasó por Canadá, Groenlandia, Islandia y Escocia para aterrizar en Alemania.
El viaje de regreso fue más extremo, pues salió de Alemania, pasó sobre Francia, España, Marruecos, Mauritania, Cabo Verde, y de allí voló sobre el Atlántico hasta América. La última etapa fue un vuelo de 12 horas sin detenerse.
En este viaje por el Atlántico, Rehe tuvo que volar con un traje térmico, pues si ocurría alguna emergencia no había sitio en el cual pudiera aterrizar. Además, iba equipado con una balsa de sobrevivencia y un transmisor especial para que pudieran ubicarlo.
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