El pequeño se dedica a limpiar zapatos en los parques Benito Juárez y central de Quetzaltenango, y junto a sus hermanos ayuda a mantener su hogar.
Una de sus hermanas vende alpiste para las palomas en el centro histórico de Xela, junto a su madre.
Jorgito es muy activo, pese a las carencias económicas, sigue estudiando. En las tardes trabaja para ayudar a su familia, y tiene la firme convicción de que será médico.
Melisa decidió darle una sorpresa, y le preguntó qué regalo quería. Luego, lo llevó a un comercio para que eligiera lo que quisiera recibir esta Navidad, y así compraron un par de zapatos, que fueron los que más le gustaron al pequeño.
“Esta experiencia ha sido satisfactoria. Ver los ojos de Jorgito llenos de alegría no tiene precio. Los invito a que si pueden ayudar a alguien lo hagan, porque por muy pequeño que parezca un acto de bondad, para una persona que lo necesita es mucho”, dijo Melisa.