En Casa Aleluya se pudo observar que algunas de las menores utilizaban zapatos con hoyos y no pudieron esconder su sonrisa al recibir este regalo.
Para estrenar los zapatos caminaron hacia una cancha de futbol y jugaron durante un rato. Archila se ubicó en la posición de portero donde le lanzaron varios penales, considera que fue gratificante poder ayudar a los demás.
El joven empresario dice que se conmovió cuando una de ellas se le acercó para agradecerle por acordarse de ellas y ayudarlas.
“El mensaje es que todos dejemos un granito de arena en nuestro país, sin importar cómo lo aportemos. Con un simple abrazo, unas palabras de motivación sirven a cualquier persona”.
Lili Flores, a cargo de las menores, confirma que fue un día diferente para ellas y “muy bendecido”, comenta que el obsequio les servirá para ir a estudiar.
“Seamos la diferencia, no solo en estos días, sino en todo momento debemos apoyarnos como hermanos guatemaltecos”, reitera Archila.