Los entrevistados refirieron que están de acuerdo con que ahora sigue un segundo proceso, en el cual se debe efectuar una serie de reformas, en especial del sector de justicia para lograr un cambio en el país, donde se castigue a la corrupción.
¿Consideran que aquella manifestación ha cambiado algo?
Milián: Totalmente. Algo que caracterizó a todas las manifestaciones del año pasado fue que eran diversas, y si algo demostró el #27A es que si encontramos un punto de articulación somos capaces de movernos por muy distintos que seamos, y eso por lo menos a toda nuestra generación no nos había pasado antes. Yo no puedo decir que es lo mismo del año pasado para acá.
Zepeda: Definitivamente hay un antes y un después, y no solo del #27A; yo diría que desde el 15 de abril del año pasado fue cuando se da inicio a este tipo de manifestación. El #27A fue la culminación de algo que tiene mucho valor, y que es la convulsión de una serie de actores de manera espontánea, sin ninguna bandera partidaria ni política, en un objetivo común y sin una gota de sangre derramada.
Pascual: Lo comparto totalmente… De igual manera aseveramos en la Asamblea Social y Popular que la corrupción tiene un problema y es estructural, al cual hay que ir entrando poco a poco, y por supuesto esa crisis no ha pasado. Eso que pensemos que lo que pasó el año pasado, ahora estamos en otro escenario político, no; seguimos estando en el mismo escenario, porque vemos que brotan nuevos casos de corrupción. Entonces, lo que estamos viendo es que seguimos estando en esa crisis que nos puede llevar a otros momentos.
Lo que sí es importantísimo decir es que la ciudadanía no puede dejar de tener y ponerle atención a estos procesos sociales, porque de lo contrario no vamos a terminar esos procesos. En otras palabras, es que no permitamos que haya un punto de retorno a la corrupción, a la vieja política y a que se sigan robando el dinero que le sirve a nuestro país para el desarrollo.
¿Comparten esa visión de que es el inicio de algo por lo que todavía tenemos que velar mucho todos los guatemaltecos?
Milián: Fue un banderazo de salida. Sí creemos que es un punto de partida y lo que hay que cambiar acá es un montón, son cuestiones estructurales, y lo estamos intentando hacer a través de reformas, apoyando en el diálogo de justicia y en otros, pero sí nos falta un montón. Apenas empieza.
Zepeda: Erradicar un problema de 20 años no se hace en seis, ocho meses o en un año; esto es tema de largo plazo, en donde todos los sectores de la población, de alguna u otra manera, somos responsables de haber llegado hasta donde estamos. También tenemos que hacernos responsables de ser parte de la solución, creo que llegar a estas alturas y seguir con la actitud de criticarlo todo, echarle la culpa a los demás y esperar a que alguien resuelva los problemas no es el camino.
El camino es aquí ver qué hemos hecho de mal y qué tenemos que hacer. Definitivamente es un proceso que nos llevará años. Hay que, inclusive, educar a nuevas generaciones con un cambio de actitud.
¿Es posible que el país siga en proceso de cambio y lo logre en un determinado plazo?
Milián: Creo que si no creyéramos que podemos cambiar cosas y que todos estos procesos están sirviendo para acumulación y hacer una transformación no estaríamos trabajando, y sí estamos trabajando y sí vamos a seguir allí.
Zepeda: Creemos que todo esto es algo que nos va a llevar a una nueva Guatemala, insistimos en que a pesar de nuestras diferencias debemos buscar nuestras convergencias; pero que todo esto sí nos va a ayudar a tener mayores niveles de tolerancia, mayor nivel de diálogo. Definitivamente del sector empresarial, en especial el industrial, seguiremos apostando a la reactivación económica, a la generación de empleo… Dejemos a un lado nuestros egoísmos, enfrentémonos hacia una nueva Guatemala con mucha más armonía, con mucho más respecto entre nosotros y sobre todo respeto a la ley.
Pascual: Esta es la tierra en donde nos dejaron nuestros abuelos, este es el país que tenemos que construir. No hay otra Guatemala, esta es la Guatemala que queremos, que soñamos y queremos verla libre con plena democracia, sin hambre y sin desempleo y que realmente tengamos una vida digna en nuestro país.
Todos esos esfuerzos creemos que deben hacer esa reforma profunda de este país y de este sistema que nos excluye a millones, pero vamos a seguir luchando. Aunque se crea que hay rencor no es así, es la carga de más de 500 años de exclusión.