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Abandono de bebés: un drama silencioso

La desesperación que lleva a madres a abandonar a sus bebés se debe, sobre todo, a la violencia sexual, precariedad y falta de apoyo de su entorno.

Abandono de bebés: un drama silencioso

La mayoría de bebés abandonados en lugares públicos, pese a los peligros que corren, son rescatados en condición de salud estable. (Foto Hemeroteca PL)

Ser madre es el sueño de muchas mujeres, pero para algunas, incluyendo niñas y adolescentes, representa un obstáculo más para un callejón sin salida de una cadena de problemas que las lleva a abandonar al bebé.

La maternidad deseada es un derecho. En Guatemala, dice la médica salubrista Mirna Montenegro, directora del Observatorio de Salud Reproductiva (Osar), hay escasa información y acceso limitado a métodos anticonceptivos. La violencia sexual en niñas y adolescentes trae como resultado una gestación no deseada, así como la migración, pues se han registrado embarazos en mujeres cuya pareja se encuentra en el extranjero. También, por temor a la reacción de los padres. Hubo un caso en Totonicapán en el que el padre quería quemar a su hija de 16 años porque resultó embarazada.

Según datos del Osar, de enero a septiembre del 2021 se registraron 54 mil 43 embarazos: en niñas de 10 a 14 años fueron mil 453 y en adolescentes de 15 a 19 años, 52 mil 590; o sea 200 casos diarios o nueve por hora. Huehuetenango —6 mil 748—, Alta Verapaz —6 mil 389— y Guatemala —5 mil 877— son los departamentos con las cifras más altas. Entre las causas de esta situación está la escasa educación sexual, matrimonios precoces y violaciones, muchas veces, perpetradas dentro de los círculos más cercanos.

Carolina Escobar Sarti, directora de La Alianza, que ofrece abrigo y protección integral a víctimas de trata y violencia sexual, refiere que el 89% de estos embarazos son causa de violaciones de hombres cercanos al entorno de la menor, y de estos, el 30% son padres biológicos.

“La maternidad forzada en el contexto de Guatemala desencadena desesperación en la mujer, que la obliga a abandonar a su bebé. No lo justifico, solo es un fenómeno social evidente. El factor cultural normaliza la violencia sexual de mujeres. Las sociedades más patriarcales centran el valor de la mujer en la maternidad. Si el padre abandona a cinco hijos no lo juzgan, pero si una mujer lo hace, es una mala madre. El juicio social es fuerte hacia ella y las convierte en parias”, añade.

“Es importante no estigmatizar a las madres que abandonan, pues muchas veces son presionadas por la pareja o por no contar con apoyo familiar para asumir la maternidad”, explica Dora Alicia Muñoz, oficial de Protección del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en Guatemala.

Otto Rivera, director ejecutivo de la Coordinadora Institucional de Promoción por los Derechos de la Niñez, expone que el abandono de bebés ha sido una constante histórica en el país, a la que no se le ha encontrado solución, por lo que entran automáticamente en condición de orfandad.

“Recordemos que la maternidad en Guatemala es principalmente de jóvenes. Si una adolescente queda embarazada de la noche a la mañana, sin relación formal o como producto de una violación, claramente no está en capacidad física, psicológica ni afectiva para recibir a ese bebé”, destaca. Además de la edad, la pobreza y pobreza extrema, y la falta de empleo, son factores que inciden en que pueda sentirse abatida y decida abandona a su hijo.

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También ocurre porque la madre no se siente preparada para criarlo, tuvo una relación ocasional o usa sustancias que causan dependencia, expone la abogada Gabriela Celada, de la Coordinación del Área de Recepción y Análisis de Denuncia de la Procuraduría de la Niñez y la Adolescencia de la Procuraduría General de la Nación (PGN).

El resultado

Todos estos factores, aislados o simultáneos, conllevan al abandono de bebés sanos, de pocas horas o días de nacidos, en estaciones de bomberos, hoteles, hospitales, iglesias, sitios baldíos, baños, basureros o en la vía pública, para asegurar el anonimato de las madres, lo cual los pone en alto riesgo de muerte por hipotermia, deshidratación, neumonía o ataques de animales.

“En la mayoría de rescates, las condiciones de salud de los bebés han sido, de alguna forma, estables, pues no pasa mucho tiempo desde que fueron abandonados hasta que son rescatados en lugares transitados”, indica Celada.

La protección de bebés debería ser prioritaria para el Estado y la sociedad, por su extrema vulnerabilidad, pero no únicamente son abandonados, sino también sufren maltrato y muerte temprana. Según evaluaciones médicas del Instituto Nacional de Ciencias Forenses, efectuadas en el 2020, a escala nacional se registraron 21 casos de lesiones compatibles con maltrato en bebés femeninas de 0 a 1 año, y 21, en bebés masculinos; 80 en niños de 1 a 4 años y 64 en niñas de ese grupo etario.

Un niño muere cada tres minutos en la región. El 55% en los primeros 28 días de vida, revela el informe Niños y niñas en América Latina y el Caribe, Panorama 2020, de Unicef.

De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística, en el 2020 ocurrieron 5 mil 75 muertes de bebés menores de un año en el país, 2 mil 891 hombres y 2 mil 184 mujeres; la mayoría en Alta Verapaz —308—, San Marcos —115—, Quetzaltenango —112— y Guatemala —106—. Las causas más comunes de fallecimiento fueron dificultad respiratoria, asfixia del nacimiento y sepsis bacteriana.
El total de defunciones neonatales fue de 2 mil 739: de menores de un día de vida, 476; de 1 a 6 días, mil 221; de 7 a 13 días, 485; y de 14 a 27 días, 557.

¿Instinto maternal?

El instinto maternal se define como un vínculo afectivo particular, diferente en cada mujer, y que se establece entre esta y el niño tras la concepción, expone Montenegro. Es un impulso que empuja a una madre a actuar por su bebé sin reflexionar, a protegerlo siempre e incluso a sacrificarse por él.

El abandono de un bebé, más bien, está relacionado con una maternidad no deseada y poco desarrollo mental sobre las alternativas para enfrentarla. “En psicología se habla del síndrome de alienación parental, cuando en el bebé se ve la cara del violador —descrito en casos de niñas embarazadas—, por lo que el rechazo a amamantarlo, cargarlo o cuidarlo es natural”, añade Montenegro.

“El instinto no es aceptado de manera formal en teorías de la psicología, porque atenta contra la libertad, pues tiene que haber una libre elección a la maternidad o paternidad, aunque los seres humanos nazcamos para reproducirnos”, indica Loretta Herrera, logoterapeuta y terapeuta familiar.

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“Para unas mujeres la maternidad es algo hermoso, pero para otras, que viven en extrema pobreza, sin educación, golpeadas, violadas y abandonadas, la maternidad es una carga”, dice Escobar Sarti.

En cuanto a la depresión posparto, Montenegro explica que no hay seguimiento a las mujeres en ese período para detectar este trastorno que se manifiesta con tristeza, miedo, ansiedad y dificultad para tomar decisiones después de haber dado a luz. La mujer puede sentir el deseo de hacerse daño a sí misma o a su bebé, por lo que es fundamental brindarle ayuda psicológica y farmacológica, señala Montenegro, quien afirma que el abandono de bebés se da más en poblaciones ladinas, cabeceras municipales y zonas periurbanas.

“Esta condición emocional causa en madres, por lo regular, dificultad para vincularse y cuidar de su bebé, por lo que debe tener el apoyo familiar y de la pareja para cuidar al pequeño mientras se supera esta etapa”, dice Muñoz.

Por otro lado, “quienes han sufrido abandono manifiestan problemas psicológicos y psiquiátricos, además de inseguridad e incapacidad de resiliencia para enfrentarse a situaciones contingentes”, explica Herrera.

Celada afirma que una de las consecuencias del abandono es que el niño o niña no crea el vínculo materno o este se interrumpe, lo cual puede crear traumas emocionales.

¿Qué sucede con estos bebés?

En el 2020 fueron rescatados a nivel nacional 64 niños, niñas y adolescentes abandonados. En Guatemala —23— y Petén —11— ocurrió la mayoría de casos. Casi la mitad del total —30— eran bebés de 0 a 2 años, detalla la PGN. Del 1 al 15 de octubre de este año se han efectuado 38 rescates, de los cuales, 18 eran bebés; la mayoría del total, en Guatemala —17— y Quiché —7—. Celada cree que la baja en los abandonos, este año, se ha debido a que “ahora hay instituciones o programas para apoyar a las madres que no desean quedarse con sus bebés”.

Al rescatar a cualquier menor abandonado, en primera instancia, se verifica su estado de salud. Luego de estabilizarlo y ser revisado por expertos de la salud, se traslada al juzgado competente. El juez de Niñez y Adolescencia decide que el menor sea cuidado en un hogar público o privado o en una familia temporal de la Secretaría de Bienestar Social (SBS), refiere Rudy Zepeda, vocero del Comité Nacional de Adopciones (CNA). El juez ordena a la PGN que investigue si hay algún familiar que pueda responsabilizarse del pequeño. El control y tiempo que se prolongue esta investigación depende de la PGN y del juez. Al finalizar las indagaciones, el letrado declara la adoptabilidad del niño y la notificará al CNA, luego de lo cual únicamente se podrá iniciar los procedimientos para integrarlo a una familia adoptiva ideal.

En la actualidad, 289 menores esperan ser adoptados por una familia, dos de los cuales son bebés saludables de 0 a 1 año, según datos de Érick Cárdenas, director del CNA.

El primer paso para adoptar es participar en un taller informativo en línea. Son candidatas las personas solteras, hombre y mujer unidos en matrimonio o en unión de hecho.

Crisis de maternidad

“La mayoría de mujeres que desean dar en adopción a sus bebés han sufrido algún tipo de marginación social y violencia sexual desde niñas, y cuando enfrentan una maternidad inesperada no tienen las herramientas asertivas necesarias para resolver situaciones como esta y entran en una crisis”, dice María Andreé Castro, subcoordinadora de la Unidad de Atención y Apoyo a la Familia Biológica del CNA.

“Ellas enfrentan conflictos sociales, sentimentales, personales y económicos, y pese a ello expresan que no rechazan a su bebé, pero que no saben cómo afrontar su situación, y ven la adopción como la mejor alternativa”, añade. “Son mujeres que no tienen apoyo de su entorno, no tienen fortalecida su autoestima y se sienten señaladas por la sociedad. Este evento marcará su vida para siempre, conserven o no al bebé”, dice Castro, quien agrega que ellas se sienten culpables del embarazo, aunque no lo hayan propiciado, además de que experimentan incertidumbre y temor de lo que vendrá.

“Me siento culpable de no enfrentar mi maternidad, es el sueño de toda mujer; también era el mío, pero no en estas circunstancias, es lo que nos refieren muchas de ellas”, detalla Castro. El CNA le da seguimiento al parto y está al tanto de la madre, de si decide quedarse o no con su bebé, para evitar una desvinculación irregular y el abandono infantil.

“Todas las madres que firman el consentimiento de adopción expresan que lo hacen como un acto de amor, porque quieren lo mejor para su bebé y que tenga la familia que no le pudieron dar”, señala.

“Es importante resguardar las pertenencias con las que el bebé fue encontrado —colchita, juguete o nota que la madre le haya escrito— como testimonio de su historia. El niño o niña sabrá sus antecedentes y reconocerá que fue cuidado y protegido por su mamá biológica al ser entregado de manera segura y ser protegido por las autoridades competentes”, dice Muñoz.

Prevención

Para Montenegro es esencial promover campañas de planificación familiar para evitar embarazos no deseados, y debe tratarse la violencia sexual como una emergencia médica para evitar gestaciones e infecciones. También recomienda llevar un control en fichas, durante el control prenatal de la gestante, para detectar de manera temprana el posible riesgo de abandono del bebé, al registrar hechos como violencia sexual, tendencia al suicidio y aceptación del embarazo y del infante. “Si se establece rechazo hacia el bebé, se le debe brindar apoyo psicológico y opciones para darlo en adopción”, expone.

“El sistema de protección de niñas y niños en Guatemala no es eficaz, desde los trámites burocráticos para la adopción hasta los hogares de protección y abrigo estatales. Funcionan mejor los que están a cargo de oenegés. La institucionalización debe ser la última acción para proteger al niño, quien debe ser ubicado en familias ampliadas u hogares sustitutos que puedan proporcionarles amor y cuidados”, opina Montenegro.

“Guatemala necesita, sin perder más tiempo, de entornos protectores de niñez y adolescencia con un sistema nacional que vele por sus garantías y derechos. No hay coordinación de instituciones públicas que trabajan para la niñez y no hay agenda estratégica para ella. Tampoco es prioridad en la agenda legislativa”, añade.

“Es importante que las madres cuenten con servicios donde puedan buscar apoyo y orientación, sin sentirse discriminadas o señaladas por su situación, mediante líneas de emergencia gratuitas de apoyo consejería a las que puedan comunicarse las 24 horas del día, los 365 días del año, a fin de resguardar la integridad del bebé y evitar que sean abandonados”, expone Muñoz.

“Educar a un niño no solo es responsabilidad de la madre, sino de un entorno seguro, con trabajo digno y con educación digna del padre y de la madre”, dice Escobar Sarti.

“Debe haber políticas sociales con enfoque de género, equidad, niñez y maternidad, sin tanta burocracia, así como instrumentos legales que de verdad se apliquen. Este fenómeno complejo social —abandono de bebés— causa consecuencias nefastas para la sociedad”, añade.

“El apoyo de la maternidad es interdisciplinario. En la antigüedad, la crianza de los niños estaba a cargo de toda la comunidad, no solo de los padres. Pero ahora el entorno los ha abandonado”, coincide Herrera.

“Las personas que cometen el abandono cargan con ese sentimiento de culpabilidad y pueden llegar a ser adictas a las drogas o ser indigentes”, agrega.

Además de las emocionales y mentales, cabe recordar que abandonar menores en Guatemala tiene consecuencias legales. PGN interpone una denuncia penal ante el Ministerio Público por el posible delito de abandono de menores de edad, el cual tiene una sanción con prisión de seis meses a tres años.

Dar bebés en adopción

El CNA, mediante el Programa de Madres en Conflicto con su Maternidad, se encarga de brindar orientación psicológica, social y legal, sin costo, a mujeres gestantes o madres que consideran la adopción de sus hijos, para evitar que los abandonen.

A la mujer se le hacen entrevistas y evaluaciones psicosociales y se le brinda información, asesoría y acompañamiento legal, para tomar de manera libre una decisión consciente sobre si dar a su hijo en adopción.

“A las madres no se les obliga a quedarse con su hijo o a que lo den en adopción. Se les brinda orientación para que tomen una mejor decisión sobre el futuro del niño que ya nació o que está por nacer”, expone Rudy Zepeda, vocero del CNA.

Entre las causas por las cuales las mujeres entran en conflicto con su maternidad está la manera como fue concebido el bebé —violación o embarazo inesperado—, abandono de la pareja o progenitor, falta de oportunidad laboral o recursos económicos, tener padres estrictos o autoritarios que rechazan el embarazo, estigma social por ser madre soltera o dificultad para establecer vínculo emocional.

De enero a septiembre de este año se acercaron al CNA 151 mujeres que deseaban dar en adopción a sus hijos, de las cuales 74 se quedaron con el menor, luego de haber recibido orientación; 23 firmaron el consentimiento de adopción y 54 están en proceso de decisión. En el 2020 fueron 83 madres y en el 2019, 68.

El CNA atiende estos casos por el teléfono 2415-1600 o en su página www.cna.gob.gt En PGN también se puede hacer entrega segura del bebé.

La mayoría de bebés abandonados en lugares públicos, pese a los peligros que corren, son rescatados en condición de salud estable

 

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