El médico indica que, con la llegada de las fiestas de fin de año, los casos de accidentes oculares por pirotecnia aumentan. En promedio, en diciembre atienden a 60 personas, y la mitad deben operarlos.
Los daños más frecuentes son causados por morteros, cohetes, estrellitas, bengalas y artefactos que al prenderse la mecha salen disparados por el aire.
“Como la pirotecnia no se puede controlar al 100%, la mitad de los pacientes que vienen ni siquiera están quemándola, sino que son espectadores”, menciona Romero.
Los niños son los más vulnerables a este tipo de accidente, y representan el 60% de los casos que atienden en la UNO. Las edades oscilan entre los cuatro y nueve años, aunque hay casos que se salen de ese rango de edad, como adultos que participan en quema de pirotécnica durante actividades religiosas.
Estos pueden ocasionar lesiones leves como una quemadura superficial, ya sea en párpados o una abrasión corneal. En este último caso el médico señala que la córnea del ojo está protegida por un tejido delgado (epitelio) y que al lastimarse el daño es similar al de un raspón en la piel. Esto puede ocurrir cuando cae en el ojo una chispa o ceniza producto de la pirotecnia.
En los casos más severos, una explosión puede provocar cataratas al paciente, o moverle el cristalino del ojo. Se requiere de un procedimiento quirúrgico para repararlo y la visión puede rehabilitarse, sin embargo, hay casos más extremos.
“Hay ocasiones en que la pirotecnia explota tan cerca del ojo, y este recibe tanta energía que se rompe y es imposible repararlo, entonces, hay una ruptura escleral o corneal del globo ocular que no se puede reparar y hay que extraerlo”, agrega.
El año pasado atendieron alrededor de ocho de estos casos.
Depende de cómo el ojo recibió la energía o la química de la pirotecnia se produce el daño, por lo que entre otras lesiones puede mencionarse quemaduras palpebrales, abrasiones corneales, quemaduras químicas, inflamación de tejidos, hemorragias, catarata, puede haber desprendimiento de retina, laceración corneal, laceración y ruptura escleral.
Romero indica que el daño que los niños sufren a consecuencia del uso de pirotecnia puede tener implicaciones a largo plazo.
“Si un paciente tuvo un trauma por explosivo y le produjo una catarata y tiene entre 5 y 6 años, entonces, hay que quitarle el cristalino. El desarrollo de ese ojo se puede interrumpir, aunque la cirugía haya quedado perfecta, ese ojo pese a que usen los mejores lentes para para leer de cerca, no logrará ver igual”, agrega.
Otras lesiones
La pirotecnia no solo puede causar daño en los ojos. La médico Débora Monzón, de la Unidad de Quemados del Hospital Roosevelt, menciona que durante las fiestas decembrinas aumentan los casos de niños quemados por el manejo de cohetes y fuegos artificiales. Dicho incremento es del 7% entre diciembre y enero.
Estas emergencias representan el 10% de los casos que atienden, y son pacientes con quemaduras de alta profundidad, es decir, que necesitan injertos o que pierden algún miembro del cuerpo por causa de una explosión.
Sin embargo, no solo esos casos se atienden en la unidad, un 70% son quemaduras causadas por líquidos calientes, pues esta es una temporada en que los niños están más en casa y en la que también se cocina en grandes cantidades, hay ollas calientes y hornillas encendidas, y eso representa un peligro.
Monzón refiere que los pacientes que han atendido por líquidos calientes oscilan entre uno y 4 años, mientras que por fuego son entre los 4 y 6 años.
Durante noviembre se atendió a 18 niños por este tipo de accidentes, y directamente por pólvora fueron cinco.
Con relación a las partes del cuerpo que resultan con más lesiones por causa de la pirotecnia son manos y miembros inferiores, en el caso de quemaduras por inmersión son los glúteos y el tórax posterior.
La recuperación de un paciente con este tipo de quemaduras severas suele tardar entre dos a seis meses, dependiendo de la gravedad del caso. En Guatemala no hay un estimado de cuanto es el costo de hospitalización de estos pacientes; sin embargo, la médico indica que otros países han hecho cálculos que van de US$500 a US$2 mil 500 diarios.
Alerta
Según información del Ministerio de Salud, nueve de cada 10 quemaduras que se presentan entre la población son prevenibles.
Romero es del criterio de no utilizar pirotecnia, pues “no hay pirotecnia segura ni de bajo riesgo”.
Por su parte Monzón hace énfasis en la prevención, pues para que un niño se recupere de una quemadura puede llevar años, además, de que las cicatrices retráctiles -la piel queda tirante- permanecen para toda la vida.
Recomendaciones
La UNO y Romero dan recomendaciones para evitar accidentes y quemaduras debido a la pirotecnia:
- No permitir a los niños jugar con pirotecnia, y que sean un adulto que la manipule.
- No utilizar alcohol en gel al manipular fuegos artificiales.
- Evitar transportar cohetillos y otros artefactos explosivos en los bolsillos.
- Lavarse las manos con agua y jabón luego de utilizar pirotecnia.
- Nunca usar pirotecnia dentro de las casas.
- No entregar o arrojar estrellitas o bengalas encendidas a otra persona
- Respetar la distancia de recomendada de 1.8 metros al encender una estrellita.
- Idealmente usar lentes de protección, que queden pegados al rostro, al observar los fuegos artificiales o luces de colores.
Para evitar quemaduras por líquidos calientes, Monzón aconseja:
- Mantener a los niños vigilados.
- No dejar que los menores entren a la cocina.
- No dejar líquidos calientes descuidados y en el suelo.
- Tapar las ollas al cocinar.
- Al cocinar girar la manilla del sartén o la olla hacia la parte posterior de la estufa.