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Acoso callejero: sin legislación el 58% de las víctimas tienen entre 21 y 31 años

El Observatorio contra el Acoso Callejero (OCAC) ofrece una visión de lo que muchas mujeres en el área metropolitana deben enfrentar cada día, aunque la mayoría no s

En Guatemala no hay leyes que protejan contra el acoso callejero, ni de otro tipo. El OCAC da una visión de lo que sucede en la metrópoli. (Foto Prensa Libre: Freepik)

En Guatemala no hay leyes que protejan contra el acoso callejero, ni de otro tipo. El OCAC da una visión de lo que sucede en la metrópoli. (Foto Prensa Libre: Freepik)

El pasado 27 de marzo una mujer resultó herida de bala luego de confrontar a un hombre que la acosaba cuando viajaba en un bus sobre la ruta a El Salvador.

La joven de 24 años recibió tres disparos luego de reclamarle al hombre que la grababa con su teléfono celular. El agresor fue aprendido y ligado a proceso penal por el delito de homicidio en grado de tentativa.

De acuerdo con el Observatorio contra el Acoso Callejero (Ocac), el 58% de los casos de acoso callejero son reportes que han recibido ocurrió a personas entre los 21 y 31 años, es el mismo rango de edad de la víctima que fue herida de bala por el hombre identificado por las autoridades como Jacinto “N”.

Las estadísticas sobre cuántos casos de acoso callejero se registran en el país no son precisas. Las pocas que se conocen se obtienen a través de un informe generado desde el 2016 por el Ocac. Ahí se señala que en un 19% de los casos son de mujeres entre 11 a 20 años, mientras que el 18%  ocurrió a personas de 31 y 40 años.

En el país el acoso callejero no está tipificado como delito, y no hay un registro de la magnitud del problema. Sin embargo, el Ocac presenta un estudio que muestra los lugares en donde más ocurren, basado en las denuncias recibidas a través de su sitio web.

Las áreas de donde hay más reportes son en la zona 1 capitalina. El Plaza de la Constitución y los alrededores de la Concha Acústica, en el Parque Centenario, son áreas de mayor ocurrencia.

De 552 casos registrados con ubicación, el 55.8% fue en el municipio de Guatemala. Aunque sucede en todo lugar, donde es más frecuente es en avenidas y calles. También en los buses, tal como el caso ocurrido en carretera a El Salvador.

Quienes principalmente viven el acoso son las mujeres, concluye el informe, pues solo en el 4% de los casos las víctimas que denuncian son hombres.

El informe también señala que el 95% de los acosadores son hombres. Las edades de quienes realizan esta práctica oscilan entre los 25 y 39 años.

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Los piropos son el tipo de acoso más reportado, en un 49.1%, y el Observatorio los describe como expresiones no solicitadas y violentas. En la lista continúan los silbidos, jadeos y otros ruidos, bocinazos, besos, persecución y arrinconamiento, gestos obscenos, tocamiento, masturbación, miradas lascivas y toma de fotografías, en ese orden.

“Cada evento de acoso puede incluir varias expresiones de violencia distintas”, por lo que en el reporte una misma persona pudo consignar varios tipos de acoso callejero.

El ser acosado deja distintos efectos en las personas, lo más frecuente es manifestar enojo luego de ser agredidas, también les causa indignación, incomodidad, inseguridad, miedo, frustración, incomodidad y pérdida de autonomía.

En el transporte público

El acoso callejero ocurre en distintos espacios, pero el transporte público es el segundo lugar en donde más sucede. El 65% de las mujeres acosadas dentro de un bus urbano dijo tener entre 21 y 30 años. En la misma proporción las víctimas señalaron que sucedió varias veces.

Miradas lascivas, recargarse encima, piropos, tocamientos e intimidación, en ese orden son los tipos de violencia más frecuentes.

Las principales reacciones que las personas acosadas manifestaron fueron “me alejo o me cambio de lugar”, -80%-, “me defiendo sola” -43%-, “no hago nada” -18%-.

La información que se publica en el sitio del Ocac responde a la necesidad de dimensionar y visibilizar la magnitud del problema, así como los efectos que puede tener el acoso callejero en las personas acosadas. Los datos se recopilaron por medio de un cuestionario en línea disponible para que mujeres y hombres puedan hacer sus denuncias.

El primer reporte de acoso callejero se recibió el 3 de abril del 2016 y los datos más recientes corresponden al 23 marzo de este año. Mientras que el primer registro de dicha agresión en el transporte público se recibió el 27 de marzo del 2017, y el último una semana atrás.

Daniela Ortiz, directora del Ocac, mencionó que en el país no hay datos oficiales que muestren la magnitud del acoso en cualquiera de sus manifestaciones, el mapeo que generan está enfocado en el área metropolitana.

“El Estado es un ente obligado de visibilizar cualquier tipo de violencia que sufren las mujeres y las personas en general. En Guatemala no hay datos, entonces, como una colectiva de mujeres empezamos a visibilizar esta problemática, porque lo que no se visibiliza no existe. Ya basta de que el acoso siga siendo tan normalizado”, señaló Ortiz.

Falta de legislación

El acoso en cualquier de sus manifestaciones no está tipificado como delito en el país. Son varias las iniciativas que han llegado al Congreso de la República para que sea normado y castigado, pero no avanzan.

“Lamentablemente el Estado como garante de derechos, de dar seguridad jurídica a las mujeres, no ha sancionado ninguna ley que tipifique como delito las prácticas de acoso sexual en general, no solo el acoso callejero. Es preocupante porque al final las mujeres se quedan en total estado de indefensión ante estas prácticas”, dijo Ortiz.

Lo que ocurrió a la joven dentro del bus en carretera El Salvador, mencionó,  es el reflejo de la violencia de género en el país.

“Se supone que las leyes lo que hacen es tratar de persuadir a las personas a que no cometan ciertas prácticas, porque habrá una sanción jurídica, pero ante el acoso no hay ese disuasivo social que haga que los hombres se abstengan de esas prácticas y lo que sucede es que las mujeres, cuando se plantan frente a este tipo de violencia se exponen a diversos riesgos”, agregó la directora del Ocac.

De ser aprobada una ley, Ortiz señaló que esta debe cumplir con determinadas características, como tener un enfoque de prevención, uno sancionatorio, pero que también tenga un componente reeducativo.

“De nada nos sirve tener leyes meramente sancionatorias si no vamos a prevenir el delito, debe existir esa prevención, debe haber un compromiso por parte de los agentes del Estado, de promover campañas que visibilicen este tipo de violencia y que busquen prevenirla en todos los niveles”, agregó.

La diputada Andrea Villagrán presentó en el Congreso de la República el pasado 6 de marzo la iniciativa Ley marco para la prevención y atención del acoso sexual y acoso callejero, que tiene dos componentes principales: la prevención de todo tipo de acoso, a través de la educación y la sensibilización de la población sobre este tipo de violencia. El otro elemento es el castigo para los acosadores.

Este proyecto de ley reúne puntos importantes de las iniciativas que se han presentado hasta el momento. Villagran expresó que es importante visibilizar la problemática en el país y poner el tema sobre la mesa para su discusión. “No podemos normalizar ese tipo de violencia y es importante que se ponga en el debate de la agenda pública”, dijo.

No obstante, la iniciativa aún no llega al pleno para que se conozca y se remita a la comisión específica para su análisis y dictamen.

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