Comunitario

Área rural de Tacaná clama por ayuda

Líderes de varias comunidades informaron que necesitan alimentos, agua y frazadas, pues muchas personas se quedaron sin vivienda.

Clementina Areaga Roblero, junto a los escombros de la vivienda que habían construido con su esposo Luis López, en el cantón Nueva Esperancita, Majadas, Tacaná. (Foto Prensa Libre: Álvaro Interiano)

Clementina Areaga Roblero, junto a los escombros de la vivienda que habían construido con su esposo Luis López, en el cantón Nueva Esperancita, Majadas, Tacaná. (Foto Prensa Libre: Álvaro Interiano)

Han transcurrido más de 48 horas del terremoto de 7.7  y cientos de familias afectadas en las áreas rurales de Tacaná, San Marcos, claman por ayuda humanitaria.

Líderes de las comunidades Las Tablas, La Esperanza, Chichún, Chanjulé y Hierba Santa, vía telefónica expresaron  que necesitan, alimentos, agua y frazadas.

“Quisiéramos que el gobierno de Jimmy —Morales— se preocupara por atender a los damnificados sin necesidad de exigir y pedir ayuda”, manifestó Ángel Rodríguez,  vecino de Buena Vista, a 20 kilómetros del área urbana.

La cifra de damnificados hasta ayer, en ese municipio, era de mil 286 personas, 13 heridas y 954 casas con daño severo, de acuerdo con  información de las autoridades municipales de Tacaná. Los datos oficiales podrían estar listos la próxima semana, aseguró el alcalde Eugenio Hernández.

Las áreas más afectadas se hallan en la zona fronteriza con México y serían 12 las comunidades con daños severos, señaló el concejal Pedro Arreaga.

El alcalde Hernández, durante la reunión del Centro de Operaciones de Emergencia (COE), manifestó que en los próximos días comenzará a llegar la ayuda  a los damnificados.

Jario Robles, vecino de La Esperanza, fronterizo con México, manifestó que la respuesta del Gobierno  es lenta. “Pasé el sismo en Motozintla, México, y desde allá vine para ayudar a mi familia y vecinos. Busqué hablarle a Jimmy —Morales, quien ayer llegó al lugar— para decirle que se ponga pilas”, dijo.


Divididos

La visita del mandatario dejó opiniones divididas en la población. Un grupo agradeció a Morales por haber llegado al lugar, pero la mayoría de vecinos criticó que el presidente visitara el daño en un edificio que albergaba oficinas de abogados. “Lástima que  solo conoció la destrucción   en un edificio. La realidad está allá en el área rural”, dijo una vecina.

Aparte, en Huehuetenango, mientras crecen las cifras de afectados por el temblor, la ayuda no fluye y la rehabilitación de unas 10 carreteras no se inicia por falta de maquinaria, lo que mantiene aisladas a varias comunidades.

Luego de que se habilitara el COE y se elevara la alerta de amarilla a roja, el gobernador Estuardo Barillas  informó que la cifra de viviendas destruidas es de 259; con daños severos, 231; y con daños leves, 186; para un total de 676 casas afectadas.

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