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Al identificar que los niños o adolescentes han sufrido de algún tipo de abuso, los enfermeros deben informar inmediatamente al médico, que se comunica con la Procuraduría General de la Nación o con a Alerta Alba-Keneth para que den seguimiento a los casos. Esto es parte del protocolo que deben seguirse en los hospitales y centros asistenciales de salud ante casos como estos, según se informó en la jornada científica denominada “Atención de enfermería e intervención de otras disciplinas con pacientes en situaciones médico legales”, dirigida a quienes laboran en la emergencia e adultos del Hospital General.
Al área de urgencia de adultos de este nosocomio llegan no menos de seis menores al mes con alertas activadas, en esta área se atiende a quienes tienen más de 13 años.
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También se reporta que no menos de cinco menores llegan solos en busca de atención médica, luego de ser agredidos física o sexualmente. Allí reciben el cuidado oportuno tanto físico como psicológico.
De acuerdo con Alma Orellana, de la unidad de capacitación de Alerta Alba-Keneth, a la emergencia de los hospitales también llegan menores con reporte de desaparición y en seguimiento a la alerta activada es localizado en el centro asistencial. “Hacemos coordinaciones para garantizar el derecho a la salud del adolescentes o niños, y luego desactivamos la alerta”, agrega.
Otro posible escenario es la sustracción o abandono de los menores del hospital, en ese caso, la institución debe dar aviso a la unidad operativa para que inicie el protocolo de búsqueda y localización de los niños o adolescentes.
También se da el caso de que adolescentes que huyen de su casa y tienen algún percance en la calle son trasladados a los centros asistenciales. Si hay una Alerta Alba-Keneth activada, el personal del hospital da aviso a los encargados de la alerta y se hacen las coordinaciones necesarias para que el adolescente pueda salir del lugar con el resguardo correspondiente. El menor es puesto a disposición de autoridad competente para que defina su situación jurídica y las medidas de protección necesarias para su seguridad.
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La Procuraduría General de la Nación (PGN) también es notificada de estos casos para que le de el seguimiento correspondiente y proteger a los menores.
Fabiola Elizondo, de la PGN, menciona que los menores reciben atención psicológica primaria, donde se les hace una evaluación para establecer su estado emocional -cómo ha sido su relación con sus progenitores, si ha existido o existe una vulneración de sus derechos humanos-, se hace un informe con el detalle médico sobre el estado de salud del niño o adolescente. “Toda esta información sirve al momento de presentarlo ante un juez, para que resuelva de la mejor manera y ubicarle el recurso respectivo, si en dado caso no tuviera”, señaló.
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