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Cifras de casos y muertes por desnutrición continúan en números rojos, las acciones del gobierno son insuficientes para combatirla

La lucha contra la desnutrición, una de las banderas del actual gobierno, no deja de ser una deuda con la niñez guatemalteca. Los reportes oficiales evidencian que los afectados son miles.

En el 2022 los casos de desnutrición aguda son más de 21 mil, mientras que las muertes hasta el 10 de diciembre eran 68. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

En el 2022 los casos de desnutrición aguda son más de 21 mil, mientras que las muertes hasta el 10 de diciembre eran 68. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

La lucha contra la desnutrición infantil continúa como una deuda del Gobierno. En los tres años de Alejandro Giammattei al frente de la presidencia han fallecido 220 niños menores de cinco años por desnutrición aguda, mientras que más de 71 mil infantes han sido víctimas del flagelo.

Son las cifras oficiales que el Ministerio de Salud reporta en el Sistema de Información Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Siinsan), y que evidencian un incremento de muertes por dicha condición durante el 2022, pues al 10 de diciembre se registraron 68 decesos, y en el mismo período del 2021 fueron 61 los niños cuyas vidas se apagaron como resultado del hambre o la enfermedad.

En el espacio denominado En consulta, Giammattei señaló como uno de los logros del último año de gobierno la vinculación de recursos al Plan Operativo Anual de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Poasán), que creció en un 88% en el último año. Esto no se aleja de la realidad, pues de los Q5 mil 431 millones vigentes en el 2021, el año pasado la suma fue de Q10 mil 176 millones.

Pero no todas las acciones que contaron con más fondos tienen una relación directa con el combate a la desnutrición. Por ejemplo, el programa de apoyo para el consumo adecuado de alimentos del Ministerio de Educación tuvo más recursos, pero solo atiende a niños de 5 a 11 años que están dentro del sistema educativo.

Jorge Pernillo, analista y catedrático de la Escuela de Nutrición de la Universidad Panamericana (UPANA), señala que la alimentación escolar promueve que más niños lleguen a las escuelas, pero no previene la desnutrición crónica, lo que debe hacerse en la Ventana de los Mil Días, una etapa crucial en el desarrollo del niño.

Mientras que el Segundo informe de monitoreo del presupuesto del Poasan y otras actividades relacionadas con la Seguridad Alimentaria y Nutricional elaborado por el Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi) señala que el programa del Mineduc hace a un lado a la niñez que por distintas razones no tiene acceso a la educación, y la población más afectada es la que viven en áreas rurales, en pobreza y pobreza extrema, y se autoidentificada como indígena.

Por otro lado, durante un discurso del 29 de diciembre Giammattei también señaló que en la lucha contra el flagelo el año pasado se benefició a un millón 271 mil 155 menores de cinco años con monitoreo de crecimiento y 884 mil 341 recibieron suplementación de micronutrientes. En tanto que se entregaron dos millones 881 mil 677 raciones de alimento complementario fortificado Nutriniños.

Los esfuerzos son positivos, pero no suficientes para atender a la niñez del país. Pernillo es del criterio que “no hay nada nuevo” en dichas acciones, pues son las que el Ministerio de Salud debe hacer de rutina.

Estado crónico

En Guatemala uno de cada dos menores de cinco años tiene retardo de crecimiento, y la promesa de este gobierno de reducir siete puntos porcentuales la desnutrición crónica queda lejos de cumplirse.

El Informe final de la línea de base de la Gran Cruzada Nacional por la Nutrición (GCNN) 2021-2022, estrategia que fue lanzada al inicio de este mandato, indica que el 57.2% de los menores de 5 años están afectados por dicha condición en 114 municipios priorizados en los departamentos de Alta Verapaz, Chiquimula, Huehuetenango, Quiché, Sololá, Totonicapán, Chimaltenango, San Marcos, Jalapa y Quetzaltenango.

En los logros que el Gobierno menciona en el combate a la desnutrición es el monitoreo de crecimiento a más de un millón de niños. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Los casos de niños con desnutrición aguda al 24 de diciembre pasado son 21 mil 51. Se observa una leve disminución comparado con el período anterior, con un descenso del 3.7%, aunque la cifra podría dar un giro al lado contrario cuando se complete el reporte del 2022.

Se debe considerar, además, que los datos no son del todo “confiables”, pues no toda la población infantil es monitoreada en peso y talla.

Sin bien hay descenso en la cifra de niños afectados, no puede obviarse que las muertes aumentaron, lo que para Icefi es un indicador de “la severidad de los cuadros de desnutrición”.

Modificación presupuestaria

El presupuesto del Ministerio de Salud para atender a la población infantil vulnerable ha sufrido modificaciones durante esta gestión, reduciendo de manera significativa los recursos para el programa dirigido a la prevención de la mortalidad de la niñez y la desnutrición crónica.

El 2020 la explicación de las autoridades a dicho recorte fue que los fondos se dirigirían a la emergencia de la pandemia covid-19. La disminución continuó, y el año pasado el programa cerró con Q297 millones menos, debilitando acciones que son cruciales para evitar el retardo de crecimiento en la niñez.

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Por ejemplo, la dotación de micronutrientes para población menor de cinco años terminó el 2022 con Q233 millones menos, mientras que a los servicios de vacunación se le restaron Q62.8 millones, en un momento en que la cobertura vacunal contra enfermedades inmunoprevenibles es deficiente.

El catedrático de la UPANA señala que durante el 2022 hubo una “pérdida de oportunidades” para avanzar en el combate a la desnutrición en Guatemala, pues la pandemia abrió una ventana de posibilidades para que los servicios de salud se fortalecieran para acercar y dar una mejor atención a la población, pero esto no ocurrió.

Pero hay acciones que rescata y que tienen futuro para prevenir la desnutrición en la niñez Guatemala, como el programa Acompáñame a crecer, que surgió en el 2021 y se le dio continuidad el año pasado. Este atiende de manera integral a niños de 0 a 4 años, una etapa crucial para su desarrollo infantil.

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Cobertura en Salud

Entre los logros que el gobierno resalta en el tema de Salud está la inauguración del Hospital de Santa Bárbara, en Morales, Izabal, que abrió el 31 de agosto pasado con la promesa de que beneficiaría a 400 mil pobladores del área.

Además del avance en la construcción de los hospitales de Rabinal, en Baja Verapaz, el de Chimaltenango, San Pedro Nécta, en Huehuetenango, este último podría inaugurarse este mes.

Tener más hospitales y mayor capacidad resolutiva es positivo, sin embargo, Carmen Salguero, analista en temas de salud de la Fundación para el Desarrollo de Guatemala (Fundesa), refiere que se sigue priorizando la parte curativa y no la preventiva.

“La salud curativa por medio de hospitales es necesaria, pero no debe ser más importante que el primer nivel de atención donde se pueden prevenir y atender el 70% de las enfermedades en personas de todo el ciclo de vida”, dice la analista, por lo que también se debe priorizar la infraestructura y servicios en puestos y centros de salud.

Debe haber un puesto de salud por cada 5 mil habitantes. Según la proyección del Instituto Nacional de Estadística (INE) en 2023 hay 18 millones de guatemaltecos, por lo que se necesitarían 3 mil 600 puestos, y se cuenta con mil 450, según último dato oficial. Hay un serio déficit que debe ser atendido.

 

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