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Cinco escuelas siguen funcionando como albergues en Escuintla

Han transcurrido 16 semanas de la erupción del Volcán de Fuego, y cerca de 1 mil 400 personas continúan albergadas en establecimientos educativos en Escuintla, lo que compromete el ciclo escolar de aproximadamente 5 mil estudiantes.  

Hasta 18 familias hay asignadas en cada aula de la Escuela Tipo Federación José Martí, que funciona como albergue desde la erupción del Volcán de Fuego, del pasado 3 de junio. (Foto Prensa Libre: Carlos Paredes)

Hasta 18 familias hay asignadas en cada aula de la Escuela Tipo Federación José Martí, que funciona como albergue desde la erupción del Volcán de Fuego, del pasado 3 de junio. (Foto Prensa Libre: Carlos Paredes)

Para la segunda semana de septiembre, el Ministerio de Educación había previsto que los estudiantes volvieran a las escuelas que han funcionado como albergues y centros de acopio en Escuintla, para cubrir la emergencia de la erupción de Volcán de Fuego. Sin embargo, a un mes de que culmine el ciclo lectivo, todo apunta a que el plan no se concretará.


Según reporta la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), aún hay cinco establecimientos educativos que sirven de hogar para los damnificados de la tragedia, ocurrida el pasado 3 de agosto. Son 1 mil 400 personas que permanecen acogidas en los salones de clases.

Los centros ocupados son: Instituto Simón Bergaño y Villegas, Instituto Experimental Carlos Samayoa Chinchilla, Ineb Palín, Escuela Tipo Federación José Martín y Escuela Oficial Urbana Mixta J.M. Murray D. Lincoln.

El viceministro de Educación, Héctor Canto, señaló que la situación se escapa de sus manos, pues el tema es manejado por una mesa institucional. Sin embargo, aunque los estudiantes aún no han podido regresar a sus establecimientos educativos, el Ministerio se ha ocupado en que los menores continúen con sus estudios. “Garantizarles las clases a ellos ha sido nuestro compromiso”, agregó.

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Maestros de los centros de estudios afectados señalaron de forma extraoficial, que los estudiantes cuyos establecimientos educativos aún siguen ocupados por los damnificados, se les asignará trabajo extra para que puedan culminar el ciclo escolar. 

En el olvido

Jesús López, damnificado de la comunidad La Trinidad, comentó que van más de tres meses de la tragedia y que siguen sin recibir noticias de qué pasará con quienes fueron evacuados de sus comunidades por estar en riesgo, según las autoridades.

“Perdimos los terrenos donde cultivábamos café, que quedaron tres metros abajo del material volcánico. Nos trajeron al albergue en la Escuela Tipo Federación José Martí y hasta hoy no nos han dicho si nos van a reubicar, lo único que escuchamos es que la ayuda de vivienda será solo para los sobrevivientes de Los Lotes”, comentó López.

En el albergue habilitado en la Escuela Tipo Federación José Martí un grupo de jóvenes del Intecap realizaron cortes de cabello a los damnificados. (Foto Prensa Libre: Carlos Paredes)

Otra de las daminificadas es Ofelia Lorenzo Andrés, también de La Trinidad, indicó que siguen hacinados y hasta 18 familias permanecen albergadas en una aula de la Escuela Tipo Federación José Martí. “No tenemos privacidad, los niños se desesperan y se enferman porque todos estamos revueltos. Nos angustia, pues ninguna autoridad dice lo qué harán con quienes nos evacuaron de los sectores en riesgo”, resaltó.

A las personas que están en las escuelas, se suman otras 608 refugiadas en el Salón Municipal, en el salón comunal La Ferrocarrilera, en la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos días y en el albergue Papa Francisco. Ellos están a la espera de ser llevados a los albergues transitorios unifamiliares (atus) que se ubican en la finca La Industria.

El tiempo se extendió

Protocolos internacionales establecen que el tiempo máximo que las personas pueden permanecer en albergues colectivos es de dos meses, según David de León de la Conred.

Aunque el tiempo ya excedió, los atus aún no están listos para reubicar a los demás damnificados, que se sumaría a las 568 que ya fueron llevados a esos espacios. Mientras que en Alotenango, Sacatepéquez, hay otros 597.

La tercera fase del traslado a los atus involucraría a 90 personas, indicó De León. “Eso aún está a la espera, falta colocar el servicio del agua -que se está trabajando con la municipalidad-, la iluminación pública y la batería de baños para que tengan lo indispensable”, agregó.

La religiosa Sor María García, encargada del albergue Papa Francisco, aseguró que atienden a 93 familias y que ninguna autoridad les ha informado que sucederá con ellas. (Foto Prensa Libre: Carlos Paredes)

Otro de los inconvenientes para continuar con la construcción de los albergues de transición es que en un sector de la finca La Industria hay un área con siembra. “Lo que se quiere es que se finalice el proceso de la milpa para que se pueda construir en ese sector, que era parte de un acuerdo que se había llegado con las personas”, aclaró el vocero de la Conred. 

Sor Marisol García, encargada del albergue Papa Francisco, dijo que las 93 familias damnificadas que allí había, ya fueron ubicada en los atus. Sin embargo, mostró su preocupación porque todas fueron evacuadas de zonas en riesgo y no se saberqué futuro tendrán después de los atus. “Estamos en pláticas con entidades del Gobierno para saber qué pasos hay que dar ahora que la tragedia pasó”, comentó.

La religiosa puntualizó que de las carpas gigantes que había en el lugar ya solo queda una, la cual será removida en los próximos días, y en su lugar se construirá una estructura que funcionará como un comedor.

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