Comunitario

|

Suscriptores

Cómo se origina, se manifiesta y puede tratarse la ansiedad en mujeres jóvenes

Preocuparse de manera excesiva y constante por lo que podría ocurrir y sentirse amenazado por ello desata el trastorno crónico de ansiedad, especialmente en adolescentes y mujeres jóvenes, de la que pueden desatarse, con detección y tratamiento adecuado.

Las redes sociales e información en la web generan expectativas inalcanzables en las personas, lo cual les provoca ansiedad, especialmente, en mujeres jóvenes. (Foto Prensa Libe, Shutterstock)

Las redes sociales e información en la web generan expectativas inalcanzables en las personas, lo cual les provoca ansiedad, especialmente, en mujeres jóvenes. (Foto Prensa Libe, Shutterstock)

Como primera instancia, es necesario conocer la definición de la ansiedad. “Es un estado de agitación y angustia que se experimenta ante amenazas internas o externas, reales o irreales, por las cuales la persona se siente amenazada y cree que estará en peligro”, refiere el psicólogo Antonio Rivera, coordinador del Grupo de Psicólogos, Consejeros y Motivadores de Guatemala.

Según el Manual de Trastornos Mentales DSM5, la ansiedad es la anticipación de una amenaza futura, que se convierte en trastorno. Se caracteriza por preocupación persistente y excesiva por actividades o eventos, incluso por asuntos comunes de la rutina, refiere Rita Polo, doctora en Psicología Clínica y Salud Mental. La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que entre 10% y 15% de la población la puede padecer o la ha padecido, dice el psicólogo y educador emocional Estuardo del Águila. Según datos de la Organización Panamericana de la Salud, entre 9.3% y 16.1% de las personas en Latinoamérica padecen dicho trastorno.

En la vida cotidiana, aclara Del Águila, la ansiedad no solo es negativa, pues constituye un mecanismo defensivo y un sistema de alerta ante situaciones consideradas amenazantes. Se da en todas las personas, es adaptativo, mejora el rendimiento y la capacidad de anticipación y respuesta.
Por otro lado, es un sentimiento fatalista, una experiencia desagradable, intensa y excesiva de alerta ante amenaza y peligro, añade.

¿Cómo se manifiesta?

Entre los síntomas de la ansiedad están las reacciones corporales como sudoración, respiración agitada, temblor de cuerpo, sensación de desmayo, insomnio e inquietud de piernas y brazos, por ideas inadecuadas ante situaciones concretas, señala Rivera. También, dolor muscular y de cabeza y frecuencia cardiaca acelerada, dice Del Águila.

Para la psicóloga Nissely Herrera, es un estado que se caracteriza por irritabilidad, miedo, dificultad para concentrarse y gestionar emociones.

Mujeres, más afectadas

No hay estadísticas confiables, públicas o privadas, que aseguren que las jóvenes mujeres se ven más afectadas por la ansiedad que los hombres. Tampoco, si hay más casos de ansiedad en este grupo. Sin embargo, los signos son más evidentes en las mujeres, porque acostumbran a expresar con más frecuencia sus emociones que el hombre, proclive a esconder los síntomas o justificarlos, opina Rivera.

“Hay mucho menos espacios de exposición para hablar de lo que implica la ansiedad para los hombres. Ellos también son proclives a experimentarla, pero no lo expresan por machismo y prejuicios”, dice Herrera.

“En clínica he atendido, por igual, a mujeres y hombres padecer de ansiedad”, señala Polo. “Los hombres en esta cultura tienen el mandato de no manifestar lo que sienten y menos aún, si es algo que afecte su hombría”, añade.

Según la OMS, es más común que las mujeres padezcan ansiedad (7.7%), que los hombres (3.6%), dice Del Águila. Según casos en consulta, se piensa que sí ha aumentado la prevalencia de ansiedad, especialmente, debido a exigencias de la sociedad actual, que demanda lo imposible de las jóvenes, incluso, perfección, agrega.

El riesgo que observamos como profesionales de la salud mental, es que muchas personas se están autodiagnosticando y confunden angustia con ansiedad, o esta última, con ansiedad generalizada, o no tienen un adecuado control ante la frustración.

Hay que considerar, agrega, que actualmente hay factores que propician el riesgo de crear ansiedad; por ejemplo, tanto en una mujer adolescente como en una adulta, la presión social de cumplir ciertos estándares y las redes sociales cibernéticas la detonan, así como falta de apoyo emocional y cambios hormonales. Después de la pandemia, se manifestó el temor de no saber cómo establecer nuevas relaciones interpersonales.

Otro factor: la pandemia

En el primer año de la pandemia, la prevalencia mundial de ansiedad y depresión aumentó en un 25%, según informe publicado por la OMS en el 2022. Entre las causas de este estrés sin precedente están las restricciones de las personas para trabajar, buscar apoyo en su familia y conectar con sus comunidades. Los jóvenes y mujeres se vieron más afectadas que los hombres. En la actualidad, muchas personas continúan sin recibir tratamiento y apoyo para su condición de salud mental.

“Niños pequeños, anteriormente, no eran diagnosticados de ansiedad, pero desde hace algunos años, veo estos casos, a diario”, refiere Polo, por el regreso a una nueva metodología educativa, que les produce temor e incertidumbre sobre lo qué van a encontrar, agrega.

A quien tiene ansiedad le es difícil llevar a cabo, con normalidad y regularidad, actividades cotidianas como hacer el listado del supermercado, cocinar o enviar un correo electrónico. El impacto dependerá de la intensidad y frecuencia en la que se presente la ansiedad, señala Herrera. “Se dice que la depresión es lidiar con una gran dosis del pasado, y la ansiedad, con una gran dosis del futuro”, añade.

Se ven afectadas en sus estudios, en su trato hacia los demás, en la toma de decisiones, de sentir y de actuar. Manifiestan ansiedad al enfrentarse a situaciones fuera de su familia, en un mundo real hostil, el cual contraria sus sueños y aspiraciones.

Presión de redes sociales

La sobreabundancia de información y de fuentes poco fiables, que se contradicen entre sí, tienden a crear confusión e incertidumbre, que desencadenan ansiedad. Se crean expectativas inalcanzables, estereotipos inadecuados, falsos y alejados de la realidad, empujando a las jóvenes hacia un compromiso que deben de cumplir, lo cual les genera ese trastorno, señala Rivera.

Las personas ven en las redes sociales un espacio donde se sienten validadas y aceptadas. Hay mucha información interesante, pero, también, los usuarios ven y escuchan que hay claves o secretos para encontrar pareja, para ser feliz o para ser millonarios. Se busca una estandarización del ser humano, que nadie piense por sí mismo, sino que siga las estrategias de un gurú en cualquier tema y que todo le salga bien, pero cuando lo pone en práctica y no obtiene lo esperado, se frustra, señala Del Águila.

Los rayos que emiten las computadoras y dispositivos móviles mantienen alerta a la persona y puede pasar largas horas sin hacer nada más, hasta que su uso se vuelva adictivo. Las redes implementan parámetros de comparación, que pueden generar preocupación, temor o pensamientos negativos, dice Polo.

“La estimulación visual constante de la tecnología hace que se incremente la necesidad o sensación de inmediatez. Todo sucede tan rápido y sentimos que el resto de la vida tiene que ir con la misma velocidad. La vida real no funciona así, es como vivir en un desfase de tiempo y esto puede aumentar la ansiedad”, explica Herrera.

Lea también: Ansiedad, una epidemia urbana

“Está el tema de cómo mi vida debería verse, definido con el término ‘instagrameable’. Es una situación de riesgo, sobre todo, cuando los adolescentes no han tenido acompañamiento de adultos para reforzar la imagen corporal positiva y la autoestima”, dice Herrera.

¿Influye el filme Barbie?

En un artículo publicado en The New York Times, del 11 de septiembre, se habla sobre el aumento de casos de ansiedad en jóvenes universitarias, en época de la película Barbie.

Estereotipos de belleza y estilo de vida, que se evidencian en la película de Barbie, que se estrenó hace poco, podrían desencadenar ansiedad, al hacer creer que todo debe ser favorable en la vida. Son personajes que, al final, se salen con la suya y logran lo que quieren, sin dar señales de los costos que esto implica. Todo ese contenido afecta los pensamientos, sentimientos y acciones, creando ansiedad, dice Rivera.

Barbie surge en 1959 y a partir de ahí, muchas personas la comenzaron a ver como un ideal. La cinta pudo haber estimulado una sensación de lo que durante muchos años se ha creído que es la belleza o estética, pero se debe tomar en cuenta que el filme tiene como objetivo enviar un mensaje de empoderamiento hacia las mujeres, refiere Del Águila.

Lea también: Barbie podría buscar el Óscar en estas categorías

“Veo mucha competencia social, comparación y el deseo de tener lo que otros tienen, estimulados por la sociedad. Hay que tener mucho cuidado y enseñarle a los jóvenes que valen por lo que son y no por lo que tienen”, explica Polo.

En un artículo de The Wall Street se afirma que ha florecido el uso de pastillas y otros medicamentos, de libre venta, para tratar la ansiedad en EE. UU. Pero los productos más dañinos son las bebidas alcohólicas y drogas que alejan al joven momentáneamente de la ansiedad, pero no resuelven su condición, explica Rivera.

En Guatemala, señala Del Águila, los jóvenes están usando drogas, videojuegos, deporte, arte, autoflagelación o espacios espirituales para disminuir la ansiedad.

Hay tés naturales que pueden ayudar a la persona, cuando la ansiedad aún no es discapacitante. “Cuando los pacientes que veo en clínica son diagnosticados con ansiedad, mediante test clínicos, inmediatamente se refieren a Psiquiatría para volver a evaluar y considerar si es necesario medicarlos con psicofármacos específicos”, comenta Polo.

Tratamiento

Hay sustancias medicamentosas que atenúan la ansiedad y que pueden ser prescritas por los profesionales para tratar el trastorno, en casos que conlleva riesgos para la vida. Según criterios del psiquiatra, estos pueden ser ansiolíticos, de los cuales hay gran variedad. El terapeuta floral, receta flores de Bach; el homeópata, gotas homeopáticas, y el naturópata, plantas, menciona Rivera, para contrarrestar la ansiedad.

La terapia psicológica consiste en que las jóvenes expongan las situaciones que desatan ansiedad, y se proporcionan técnicas para controlarlas. La terapia cognitiva conductual es un tratamiento a corto plazo y se enfoca en enseñar técnicas específicas para mejorar los síntomas y retomar actividades que se evitaban por la ansiedad.

Como primer paso, se debe conocer qué es la ansiedad, comprender lo que sucede, reconocer qué la provoca y hacer conciencia para poder entenderla e intentar controlarla. Luego, se trabaja con pensamientos positivos.

Lea también: Qué debemos hacer ante ataques de pánico

Es importante tener acompañamiento psiquiátrico y terapia psicológica para trabajar procesos de autoconocimiento y de reconocimiento de los detonantes de la ansiedad. Es un tratamiento no inmediato que requiere compromiso y presencia para cambiar hábitos, puntualiza Herrera.

Lea también: La fortuna que le dejará Barbie a Margot Robbie

Consejos de psicólogos para tratar la ansiedad

  • Adoptar una alimentación saludable, lo más natural posible, para alcanzar un balance corporal óptimo.
  • Practicar ejercicio físico.
  • Recibir la luz del sol directa y tomar suficiente agua.
  • Dormir al menos ocho horas con buena calidad de sueño.
  • Se sugiere realizar un ritual antes de dormir, que no incluya dispositivos electrónicos.
  • Someterse a chequeos médicos para lograr la estabilidad biológica.
  • Procurar vivir en un clima familiar, académico y laboral armonioso.
  • Entrenar cualidades como la paciencia, tolerancia y adaptabilidad.
  • No ser exigente consigo mismo.
  • Saber poner límites, como no excederse en el tiempo de estudios o laboral.
  • Saber pedir ayuda para evitar sobrecargarse de tareas.
  • Aprender a identificar pensamientos negativos y cuestionarlos.
  • Realizar actividades preferidas y dosificar el uso de dispositivos electrónicos.
  • Cultivar las relaciones interpersonales, que aporten.
  • Evitar consumo de café, el cual incrementa la ansiedad.
  • Trabajar en la conexión del presente

ESCRITO POR:

Brenda Martínez

Periodista de Prensa Libre especializada en historia y antropología con 16 años de experiencia. Reconocida con el premio a Mejor Reportaje del Año de Prensa Libre en tres ocasiones.