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“Continuar con la Gan Cruzada Nacional por la Nutrición”: Recomendación de las actuales autoridades de Sesán para el próximo gobierno

El impacto que la estrategia de la Gran Cruzada Nacional por la Nutrición ha tenido en la reducción de la desnutrición crónica en Guatemala podría conocerse en los primeros meses del 2024.

En Guatemala uno de cada dos niños sufre de desnutrición crónica, según cifras oficiales. La Gran Campaña Nacional por la Nutrición se lanzó en 2020 para frenar el flagelo. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

En Guatemala uno de cada dos niños sufre de desnutrición crónica, según cifras oficiales. La Gran Campaña Nacional por la Nutrición se lanzó en 2020 para frenar el flagelo. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

La Gran Cruzada Nacional por la Nutrición (GCNN) la impulsó Alejandro Giammattei desde que tomó posición de la presidencia, con la mira de disminuir en siete puntos porcentuales la desnutrición crónica en el país durante su gobierno. Si esa meta será alcanzada, es un tema que las actuales autoridades de la Secretaría Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Sesán) no pueden aseverar, ya que no se tienen estudios concluyentes sobre el impacto de la estrategia.

“No podemos aseverar que habrá una reducción mientras no haya una Encuesta Nacional de Salud Materno-Infantil (Ensmi), que es la única comparable. Cuando esta encuesta se realice, nosotros podríamos decir si el dato se redujo o no, de lo contrario, únicamente hacer énfasis en que la línea final nos permitirá ver alguna diferencia entre la línea base y la de cierre (de la GCNN)”, indicó Lizett Guzmán, titular de la Sesán.

El informe de la línea de base de la GCNN se presentó en agosto de 2022 y se evaluó el estado nutricional de niños de 0 a 59 meses de 114 municipios priorizados en los departamentos de Alta Verapaz, Chiquimula, Huehuetenango, Quiché, Sololá, Totonicapán, Chimaltenango, San Marcos, Jalapa y Quetzaltenango.

Los resultados señalaron que el 57.2 por ciento de niños menores de 5 años tenían desnutrición crónica. El índice era más alto en el área rural, con una incidencia del 58.95%, en zonas urbanas la prevalencia era 10% menor. Los más afectados eran los menores de 12 a 47 meses de edad, con porcentajes que oscilaban entre el 60.6% y 67.3%.

Guzmán refirió que el pasado 2 de septiembre el Instituto de Nutrición de Centro América y Panamá (Incap), por encargo de la Sesán, comenzó con el trabajo de campo de la línea de cierre que medirá los alcances de la GCNN y permitirá ver cambios en los indicadores que se miden en el tema de la desnutrición crónica.

Dichos resultados, agregó Gabriel José Pérez, subsecretario de Sesán, permitirán a la próxima administración tener un punto de partida acerca de lo que funcionó y los aspectos que se pueden mejorar de la estrategia.

“La desnutrición crónica es un indicador a largo plazo, que ni siquiera nosotros veremos los resultados del proceso, por ejemplo, el programa insignia de Nutriniños nosotros no vamos a ver esos resultados, será incluso en 10 años que se verá el impacto”, dijo Guzmán.

Logros alcanzados

Los funcionarios agregan que desde la Secretaría durante estos cuatro años de gobierno se han implementado varias acciones para combatir la desnutrición, como que dentro del presupuesto del Ministerio de Salud ahora hay una asignación específica para las brigadas de nutrición -se encargan de la búsqueda activa de casos de desnutrición aguda a nivel comunitario-, un trabajo que solo se hacía con apoyo de la cooperación internacional. Ahora se podrá tener 80 de estos equipos con recursos propios.

Otro de los esfuerzos es el lanzamiento de la estrategia de cambio social y de comportamiento como parte de la GCNN, que permite educar a la población desde el nivel más básico para tener mejores prácticas alimenticias y nutricionales.

Pérez agrega como positivo el seguimiento a actividades presupuestarias en la Planificación Operativa Anual -Poasan-, lo que permitió monitorear de cerca la ejecución y el alcance de metas, y esto llevó a que los ministerios involucrados en el tema de la seguridad alimentaria mejoraran su planificación.

Sin embargo, el más grande “hito” de esta administración, como aseguran los funcionarios, fue la actualización de la Política Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional –Polsan- 2022-2037 y a la que acompaña el plan estratégico, que no se había modificado desde el 2005 y ahora tiene un enfoque de cambio climático, malnutrición y producción, temas que era necesario incluir. Además, que se vincularon al presupuesto todas las acciones que los ministerios y secretarias desarrollan en el tema de seguridad alimentaria y nutricional.

“La actualización de la política es nuestra hoja de ruta, aquí no hay pierde. Ellos (las próximas autoridades) tienen ahora la guía de lo qué tenemos que hacer”, dijo Guzmán, pues considera que este documento es un camino en donde está bien identificado el problema, los objetivos y allí se encuentra la respuesta para frenar el aumento de la desnutrición en Guatemala.

Continuidad

Tanto Guzmán como Pérez consideran que el próximo Gobierno debe continuar con la GCNN, porque el problema sigue siendo el mismo: hay que trabajar en la nutrición, en la salud, en la disponibilidad de alimentos, en agua y saneamiento, esos son ejes fundamentales para combatir el flagelo que afecta a la mitad de los niños menores de cinco años en el país.

“Consideramos que sería un retroceso volver a cambiar de estrategia y sobre todo en nutrición, porque el problema está bien indicado. Ya tenemos los objetivos, es continuar la tarea. No es necesario cambiar y por eso vamos a entregar la evidencia en esa línea final para saber cómo vamos, qué continuar y qué mejorar”, agregó el subsecretario, y hacen el cabildeo con la cooperación internacional para que el trabajo no sea interrumpido.

La sugerencia también es que en el próximo Gobierno focalice el presupuesto en los 10 departamentos priorizados por la gran cruzada, también continuar con la estrategia de cambio social y de comportamiento en la población, además de reformular los programas de apoyo social, en el sentido de actualizar el padrón de los beneficiados para garantizar que la ayuda llegue realmente a quién lo necesita.

Temas pendientes

Si bien actualizar la Polsan era una necesidad, los funcionarios señalaron que quedó pendiente la reforma a la Ley del Sistema Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional y del reglamento, y que se dé a la Sesán “un poco más de dientes para poder apretar más a los ministerios”, ya que ahora solo puede hacerle recomendaciones de cómo trabajar, más no exigirles que den resultados.

“Quisiéramos poder poner un candado (en el presupuesto) para que haya modificación de una estructura a otra, por ejemplo, pero esos dientes todavía no los tenemos”, dijo Guzmán.

Las modificaciones a la ley tienen que pasar por el Congreso de la República, lo que requerirá un cabildeo con los diputados. Esto, agregó, será una oportunidad para quien asuman en el período 2024-2028.

Por ahora las actuales autoridades de la Sesán se preparan para la transición al nuevo Gobierno, sostienen que ya enviaron informes a la Secretaría de Planificación y Promoción de la Presidencia -Segeplan-, y esperan tener reuniones con la nueva administración para presentarle los documentos del trabajo que realizaron y abordar los temas que se deben mejorar y reforzar.

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