Más de 60 representantes de distintos países se dieron cita para analizar la situación de la región y discutir políticas que permitan ampliar la cobertura a pacientes con enfermedades crónicas avanzadas y darles calidad de vida en la etapa final de sus días.
Una necesidad
Los cuidados paliativos van dirigidos a personas de todas las edades y condición social, y buscan dar alivio físico, emocional y espiritual a los pacientes cuando afrontan sufrimiento grave relacionado con su salud, a través de la identificación temprana, la adecuada evaluación y el tratamiento del dolor y otros problemas. Dar esta asistencia oportuna puede reducir las hospitalizaciones innecesarias.
Según el ministro de Salud, Carlos Soto, quien participó en la actividad, en Guatemala el tema es incipiente y es momento de hacer cambios en el sistema de Salud, por lo que es necesario impulsar una ley que ponga al alcance de los pacientes a tratamientos para el dolor, así como acceso a la atención requerida en casos complejos.
De acuerdo con la Comisión Lancet, en el 2015, cerca de 61.1 millones de personas en el mundo con padecimientos como cáncer, VIH, lesiones, demencia, enfermedades del hígado y enfermedades pulmonares, vivieron 6 mil millones de días de sufrimiento. Centrados en Latinoamérica, alrededor de 3.3 millones de personas tuvo 1 mil 142 millones de días con dolor, y al colocar la atención en Guatemala, fueron 71 mil pacientes con 20 millones de días de dolor.
La médico Lilian de Lima, directora ejecutiva de la Asociación Internacional de Hospicios y Cuidados Paliativos (IAHPC), señaló que el acceso a este tipo de cuidados, así como al tratamiento para el control del dolor es desigual en el mundo. Los países con mayores ingresos representan el 15% de la población y son ellos los que consumen el 94% de la morfina -uno de los opioides para tratar el dolor-. En Guatemala el acceso a este medicamento para calmar el sufrimiento de las personas es del 4%.
Soto mencionó que el Sistema de Salud guatemalteco cuenta con morfina, pero es utilizada para otros tratamientos y no en el cuidado paliativo, lo que debe cambiar.
A lo largo de encuentro, los expositores señalaron la necesidad de la formación a trabajadores de salud en el tema, la importancia de la enseñanza de los cuidados paliativos en la etapa de pregrado de los médicos, pero también a la comunidad para que sea parte de este proceso al momento de atender a un familiar en casa.
Joao Batista García, presidente de la Fundación Latinoamericana de Asociaciones para el Estudio del Dolor (Fedelat), refirió que los cuidados paliativos son una urgencia para la región, tanto para aliviar el sufrimiento de las personas, así como para el fortalecimiento de los sistemas sociosanitarios.
El fin de este primer encuentro, indicó la médica Tania Pastrana, presidenta de la Asociación Latinoamericana de Cuidados Paliativos (ALCP), es crear una propuesta de acciones específicas para implementación de la región.
De esa cuenta, se planteó la inclusión del tema en las políticas públicas nacionales y el reconocimiento de estos servicios como prestaciones indispensables en la cobertura sanitaria universal, la asignación de recursos públicos que permitan la expansión de los servicios de cuidados paliativos en todos los niveles y a todas las personas que lo requieran; que tengan acceso oportuno a los medicamentos es esencial, para que cada paciente pueda vivir con dignidad hasta el último momento.
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