Amabilia Conseca, feligrés de la iglesia Pentecostés, se abocó a la Policía y contó que el domingo último llegó al lugar a las 8.45 horas y se percató del robo.
Conseca calculó lo robado en Q36 mil, ya que los sujetos se llevaron un teclado, un amplificador, un compresor y una computadora.
Del 1 de enero al 22 de marzo último, a la Policía le han reportado el saqueo de 22 iglesias, tanto evangélicas como católicas. En el mismo período también fueron capturadas seis personas sindicadas de esos hechos.
Según las autoridades, la mayoría de robos han ocurrido en iglesias evangélicas.
Un oficial del Departamento de Delitos Patrimoniales, de la División Especializada en Investigación Criminal, explicó que bandas estructuradas son las que roban imágenes, pinturas y objetos antiguos de gran valor.
“No hemos encontrado grupos específicos robaiglesias, sino delincuentes que aprovechan la ausencia de personas o vigilantes en los inmuebles para ingresar a saquear”, refirió.
Indicó que los delincuentes lo que buscan son instrumentos, dinero en efectivo y cualquier otro bien de los templos.
“Bandas estructuradas son las que roban antigüedades católicas, pero tienen conexión con personas que hacen pedidos o tienen colecciones ilegales”, expuso.
HAY DE TODO TIPO
Manuel Chilín, párroco de la iglesia Nuestra Señora de los Remedios, El Calvario, zona 1, indicó: “En estos días tenemos sistemas de alarma, cámaras y seguridad alrededor de las parroquias”.
Afirmó que la mayoría de iglesias católicas han tomado medidas de seguridad, ya que hay delincuentes de todo tipo. “Los ladrones no amagan, se roban de todo”, enfatizó.
Refirió casos de personas que roban desde equipos de sonido hasta quienes intentan romper las alcancías en los templos.
“Son los sacristanes los que, por lo regular, vigilan, pues hay personas que llevan serchas con cinta adhesiva para meterlas en las rendijas para sacar los billetes que dejan de ofrenda”, refirió el sacerdote.
César Vásquez, presidente de la Alianza Evangélica de Guatemala, expresó: “Son hechos lamentables, porque —los ladrones— van detrás de los equipos de sonido musicales y de comunicación, y otros enseres”.
Afirmó que es parte del problema de inseguridad en el país. “Con los robos, los amigos de lo ajeno cometen un afrenta contra el Dios que adoramos, pues se llevan instrumentos o equipos que han sido previamente consagrados. Con Dios no hay impunidad”, advirtió.
Explicó que en algunos casos los miembros de la congregación vigilan para evitar los saqueos.