Los vecinos afectados aseguran que ya no es posible vivir en ese lugar debido al riesgo, pero por su condición económica no puede buscar otro sitio, y muchos de ellos arriesgan la vida utilizando sus casas que ya fueron dañadas por la corriente.
Uno de los afectados que solo se identificó como Daniel comentó que por las noches la situación se torna más complicada, porque deben dormir en la calle en áreas de su casa que estén dañadas, pero está consciente de que en cualquier momento lo que queda de su casa caerá al río.
“Hemos pasado una situación bien crítica”, relata Daniel, quien aseguran que, pese a que han buscado ayuda de la Municipalidad de Guatemala, nadie les ha brindado ayuda y mientras tanto sus casas se destruyen por la fuerza de corriente.
EN ESTE MOMENTO
“La casa se va acostando cada día más y la terraza ya se está partiendo también por la mitad, entonces tenemos que dormir en la calle para resguardar nuestra vida”, asegura Daniel.
“Siempre se siente el miedo, se siente el pánico porque las casas tiemblas y retumban. Las casas se están acostando para el lado del río y como no tenemos para dónde agarrar, no tenemos recursos para salir de aquí, señaló el vecino, quien renta la casa donde vive.
Además, Nicolás de León Hernández, de 13 años y vecino del lugar, dijo que viven con miedo porque no saben lo que pueda pasar, porque la lluvia no cesa; además, considera que el Gobierno y la Municipalidad debería de asignar fondos para apoyar a los damnificados, pues muchos de ellos lo perdieron todo.
En tanto, Brenda Díaz, una vecina cuya casa de desplomó y cayó en el río, dijo que la situación en el lugar “ha sido deprimente porque fue nuestro trabajo, fue un sacrificio, fue algo que nos costó mucho poder lograrlo”.
“Es triste porque tenemos que empezar de cero. Cuando se empezó a ir nuestra casa empezó con hoyos, empezó a irse socavando y de repente ya no dio tiempo de nada”, recuerda Díaz, quien vive en es lugar desde hace 25 años.
Por su parte, Daniel de León, otro residente afectado, dijo que “el problema básicamente es la falta de apoyo municipal y gubernamental, esto es una tragedia que se viene creando desde 1998 y hoy nos toca a nosotros”.
Además, dijo que cuando llueve en sectores de Boca del Monte o Santa Catarina Pinula el río también se crece, por lo que considera urgente que las autoridades intervengan en el problema.
“En realidad el problema básico aquí es la falta de apoyo municipal, aunque el problema más grande ya lo tenemos, o sea quedarnos sin vivienda, quedarnos sin lugar donde vivir”, comentó De León.
De acuerdo con el último reporte de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), durante la presente temporadas de lluvias se han registrado 716 incidentes que dejan 25 personas muertas, un millón 993 mil 707 afectados; además, hay 420 viviendas en riesgo, 184 con daños leves, tres mil 902 con daños moderados y 154 con daños severos.
También hay 227 carreteras afectadas y cuatro destruidas. En el mismo reporte se detalla que 29 puentes han sido afectados y nueve destruidos por correntadas.