Para la región es el Consejo Mexicano para la Acreditación de la Educación Médica (COMAEM) el designado por la WFME para entregar dicha acreditación, que certifica la idoneidad de los programas de educación médica y de la competencia de las facultades para impartirlos.
De acuerdo con el médico Juan Hernández, secretario Técnico del consejo, la Universidad Rafael Landívar (URL) ya se unió al proceso, en el que se debe cumplir con lineamientos académicos, técnicos y administrativos a fin de impulsar la calidad de la educación médica.
Fue en el 2018 que la facultad de la UFM inició el procedimiento y el 10 de junio de este año logró la acreditación, y se convirtió en la primera del país en obtenerla y estará vigente hasta el 24 de mayo del 2027.
Es “un requisito sine qua non para ser admitido a un programa de postgrado en el extranjero. Es requerido por Educational Commission for Foreign Medical Graduates y la Federación Mundial de Escuelas de Medicina”, señala Federico Alfaro decano de la Facultad de Medicina de dicha casa de estudios, la cual gradúa al año a un promedio de 50 médicos.
El médico Rafael Espada, coordinador del grupo de decanos de las facultades de Medicina del país, menciona que con la acreditación comienza un proceso de excelencia, productividad y coordinación médica. Cada cinco años hay que buscar la reacreditación bajo la supervisión de COMAEM.
“Es una exigencia de la universidad tener los parámetros internacionales de excelencia en educación médica, catedráticos, instalaciones, metodología y pedagogía. Después del 2024, los estudiantes que no están graduados de una universidad acreditada no pueden entrenarse en Estados Unidos, Canadá o Europa”, refiere Espada, también decano de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Mariano Gálvez, cuya certificación tendrá validez hasta el 25 de julio del 2027.
Aunque Hernandez señala que el proceso no es obligatorio, a criterio de Espada todas las facultades que quieran seguir los parámetros internacionales deben hacerlo, aquellas que no, graduarán a sus profesionales dentro del país, pero no podrán obtener una especialización fuera y ser reconocidos internacionalmente.
“La Federación Mundial para la Educación Médica está exigiendo a todas las facultades de Medicina y a todos los gobiernos que tengan ese control porque quieren garantizar al ciudadano que el médico graduado tenga un buen entrenamiento”, indica Espada.
A la Facultad de Ciencias Médicas y de la Salud de la UMG le llevó 5 años obtener el reconocimiento, y ahora tiene una oficina de acreditación que se ocupa del contante entrenamiento de los catedráticos y demás personal, también instaló un área de investigación, pues el objetivo no es solo capacitar al estudiante en conocimiento sino en práctica y en investigación. Al año esta universidad gradúa entre 60 y 80 médicos.
La Facultad de Medicina de la URL, que ha graduado 12 promociones, completará el proceso de acreditación a través de COMAEM antes del 2024, y para el rector, doctor Edgar López, estos procedimientos permiten iniciar una autoevaluación e implica sacar conclusiones para hacer mejoras en las áreas académicas, administrativas y físicas de las carreras que se están acreditando.
En pausa
La Universidad de San Carlos de Guatemala (Usac) gradúa por año alrededor de 300 médicos, pero la paralización de actividades en la casa de estudios por conflictos que rodean la elección a rector frena este proceso, como también el de la acreditación internacional para la facultad de Ciencias Médicas.
El doctor José María Gramajo Garméndez, coordinador General del Área de Formación y Desarrollo del Personal Académico de la Escuela de Estudios de Postgrado, Coordinador Comisión de Autoevaluación con fines de Acreditación de la Facultad de Ciencias Médicas de la USAC, menciona que desde finales del 2018 se comenzó a trabajar en dicho proceso, sin embargo, la suspensión de labores debido a la pandemia del covid-19 lo paralizó, se intentó retomar este año, pero la ocupación de las instalaciones no ha permitido ningún avance, además se requiere cumplir con formalidades internas.
“Es un trámite burocrático para poder pagar US$16 mil que cobra COMAEM, fuera de eso hay que pagar alimentación, hospedaje, pasajes aéreos a los seis pares académicos que realizan la visitar, que son expertos que ellos buscan dentro de la región. Son meses hasta un año para poder hacer ese proceso administrativo”, dice Gramajo.
De esa cuenta, la facultad de Ciencias Médicas de la Usac no se acreditará este año, será en el 2023 que se continúe con el trabajo.
Por el momento, el no tener la certificación no afecta a los egresados para cursar una maestría o especialización fuera del país, aunque Gramajo refiere que en un futuro será requisito, pues la Organización Panamericana de la Salud espera que partir del 2024 las carreras de Medicina de la región -Centro y Sudamérica- hayan concluido el procedimiento.
Agrega que la acreditación alcanza promociones futuras, pero quienes se graduaron antes no tendrán en su título el aval que esta proporciona.
En la región son tres facultades de Medicina la que han conseguido la certificación internacional, además de las dos de Guatemala, está la Facultad de Medicina Dr. Andrés Vesalio Guzmán Calleja de Costa Rica.
Para la presidenta del Colegio de Médicos y Cirujanos de Guatemala, doctora Maritza España, esta acreditación es importante y una “obligación” de las universidades que poseen facultades de Medicina para garantizar oportunidades a nivel internacional para sus egresados, pues se abre una mejor expectativa para realizar estudios de especialización en Estados Unidos y Canadá, además que promueve la excelencia en competencias y habilidades en el desempeño y ejercicio de la Medicina.
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