Alejandro Giammattei está por cumplir un año al frente del Ejecutivo, en su discurso de toma de posesión dijo que la desnutrición sería una de sus prioridades, pero la última vez que se le cuestionó el alto número de niños que aún mantienen bajo peso se molestó y dijo esta frase que fue motivo de crítica:
“Pretender que en un año de gobierno se resuelvan los problemas de toda la vida de Guatemala, disculpen, Harry Potter no existe”.
Según el Sistema de Información Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional en Guatemala (Siinsan), hasta el 19 de diciembre de 2020 se reportaron 27 mil 842 casos de desnutrición aguda en niños menores de cinco años. Casi el doble de los reportados en 2019.
Aunque según las autoridades de Salud, el evidente aumento de casos en este 2020 se debe a que cambió la forma en cómo se registra la información, desde el 2019 se ha observó que el número de niños con bajo peso iba en aumento.
En 2016 se tenía un registro de 13 mil 721 niños y niñas con desnutrición aguda, en 2017 fueron 12 mil 566 casos, en 2018 hubo un leve descenso con 12 mil 547, pero en 2019 la cifra de niños con desnutrición aumentó a 15 mil 485.
Para el cierre de 2020 se contabilizaron 12 mil 357 casos más que el año anterior, además que se tiene el registro de 36 niños fallecidos.
Pandemia y reducción del presupuesto
La pandemia del covid-19 que llegó sorpresivamente al mundo en diciembre de 2019, provocó que en Guatemala se generara una crisis alimentaria que dejó durante semanas a miles de familias sin alimento y, por ende, a miles de niños que cayeron en desnutrición aguda.
Esta es también una de las principales explicaciones que da el gobierno de porqué aumentó el número de niños con desnutrición.
Sin embargo, la falta de recursos y ejecución de los proyectos también fueron importantes factores que provocaron la desatención a la población vulnerable.
En junio se dio a conocer que la asignación destinada a la prevención de la mortalidad infantil y la desnutrición se redujo para la atención del covid-19.
A inicios de año, la asignación para estos rubros era de Q1 mil 40 millones, pero en junio se redujo a Q146 millones. Esto llegó a afectar intervenciones como la ventana de los mil días.
El presupuesto para el combate de la desnutrición se volvió a ver afectado cuando el Congreso de la República aprobó el Presupuesto General de la Nación 2021 y eliminaron la solicitud de la vicepresidencia de otorgar Q200 millones a la Gran Cruzada por la Nutrición.
Lo hecho por el Congreso quedó anulado días después luego de las intensas protestas registradas el 21 de noviembre.
Sin embargo, los esfuerzos para la atención de la crisis alimentaria no fueron suficientes ya que uno de los programas instituidos para ayudar a las familias más vulnerables tras la paralización del país por el covid-19, no llegó a quienes en realidad lo necesitan.
El Bono Familia fue criticado en un inicio por instituciones como Oxfam porque estaba concentrado en las zonas urbanas y exigía como requisito que las familias tuvieron el servicio de luz eléctrica para optar por este beneficio.
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Esto obligó al Ministerio de Desarrollo Social adicionar a los hogares que no tenían este servicio en el segundo pago. Sin embargo, la ayuda de Q1 mil que recibieron las familias en el primer pago se redujo a Q250 en el último.
Todo esto ha provocado que el vaticinio para la situación alimentaria de las familias guatemaltecas no sea nada alentador para este 2021.
Según un análisis hecho por la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria (CIF), elaborado por diversas instituciones encabezadas por la Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Sesán), será más del 15 por ciento de la población del país la que estará en el umbral del hambre.
Se espera que en los primeros meses de este año, alrededor de 2.7 millones de guatemaltecos estén en una crisis alimentaria, esto representa 593 mil hogares y un alto riesgo que los niños menores de 5 años de estos hogares estén dentro de una situación de desnutrición aguda, que sino es atendida a tiempo, puede provocar daños irreparables a su sistema y, en el peor de los casos, la muerte.