Alta Verapaz registró 32 menores muertos por ese padecimiento, y en 12 de sus 17 municipios hubo decesos: Panzós, Fray Bartolomé de Las Casas y San Cristóbal Verapaz fueron los que más casos presentaron, con ocho, cinco y tres fallecimientos, respectivamente, según cifras oficiales.
Los registros abarcan hasta el 17 de noviembre último y corresponden al reporte que efectúa el Ministerio de Salud y que publica el Sistema de Información Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Siinsan). Además, hay otros 36 casos que están en investigación y que podrían hacer aumentar el número de decesos.
A criterio de Jorge Pernillo, consultor en temas de Seguridad Alimentaria y catedrático universitario, la cifra de 79 menores muertos por causa de la desnutrición aguda no es un dato que refleje la realidad que se vive en el país en cuanto al tema, pues este es un reporte del Ministerio de Salud de los casos atendidos por las distintas áreas a su cargo.
En tanto, para Armando Barreno, representante de la sociedad civil del Consejo Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Conasan), no descarta que haya un subregistro en esas cifras, pues hay casos que no fueron identificados.
Las condiciones de pobreza extrema, las pérdidas agrícolas del 2017, la disminución del trabajo como jornalero, y el poco acceso a los servicios de salud pueden ser algunos factores que llevaron a un repunte en los casos de muertes por desnutrición aguda en Alta Verapaz, mencionaron los expertos.
La canícula prolongada de este año puede agravar aún más la situación, debido a que la mayoría de las familias en el área rural viven de la agricultura, y la escasez de alimentos golpeará fuerte sus hogares.
“Por lo regular los niños que están muriendo por desnutrición vienen de familias que viven en pobreza extrema, que son pequeños agricultores, que no tienen recursos para comprar alimentos, que tienen ingresos de Q300 a Q600 mensuales por familia. ¿Qué van a hacer con ese dinero?”, cuestionó Pernillo.
Más casos reportados
Otros departamentos con más pérdidas de niños por desnutrición aguda son San Marcos, que en el reporte tiene 12 decesos; Jalapa figura con 8 y Huehuetenango con 7. En Guatemala, Suchitepéquez y Baja Verapaz se cuentan tres casos en cada uno.
El 87% de los pequeños fallecidos corresponde a menores de 2 años; es decir 69 víctimas, que deberían haber sido parte del programa La Ventana de los Mil Días. Otros ocho niños oscilaban entre las edades de 2 a 3 años, y dos más tenían entre 4 y 5 años.
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La causa principal de las defunciones fue choque séptico -cuando una infección en todo el cuerpo provoca presión arterial baja peligrosa- en 31 de los casos, seguido de neumonía (8), broncoaspiración (6), insuficiencia respiratoria (6), shock hipovolémico (6), sepsis (5) y deshidratación. Hubo quienes sufrieron fallo multiorgánico, paro cardiorrespiratorio, y otras condiciones. El 62% de los casos recibieron atención en hospital público.
De acuerdo al informe, los meses de abril a agosto mostraron el mayor número de decesos. El 58% eran niñas.
Primera trinchera
Pernillo señaló que la primera trinchera para evitar que más niños mueran en Guatemala como consecuencia de la desnutrición aguda es el fortalecimiento del nivel de atención primaria de salud.
Menciona el caso del Corredor Seco, en donde un estudio realizado por Oxfam evidenció que después de los 6 o 7 meses de edad los niños ya no eran pesado ni medidos con regularidad, debido a que se tiene una baja cobertura de salud en las comunidades, lo cual es necesario para detectar cualquier caso de desnutrición y actuar a tiempo.
Barreno mencionó la necesidad de identificar a las familias con inseguridad alimentaria para sacarlas de la vulnerabilidad. “De nada sirve que el Gobierno las asista con alimentos si al final no se propicia un ambiente que pueda generar empleo, que la gente tenga algún ingreso o puedan producir sus alimentos. El asistencialismo no resuelve el problema de fondo. Ahorita con el tema de los cupones que se van a entregar, eso es temporal, y luego las familias nuevamente quedarán expuestas a un entorno de pobreza”, agregó.
En el informe de casos de desnutrición aguda de este año en el país, una de las recomendaciones es fortalecer los procesos de coordinación y articulación entre los delegados departamentales y monitores municipales de la Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Sesan) con las Direcciones de Áreas de Salud.
Barreno indicó que el trabajo conjunto entre las instituciones involucradas en el tema de seguridad alimentaria es fundamental. “Todos los ministerios deben poner a disposición del niño o la niña los programas que cada uno tiene para darle una atención integral”, agregó.
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