Los obispos hacen ver que la crisis originada por la pandemia del covid-19 puso en evidencia las precariedades y deficiencias del país, lo cual, si bien puede ser causa de desánimo, ofrece una oportunidad de vivir una genuina solidaridad.
Enseguida, la CEG manifiesta preocupación por la coyuntura actual en torno a la elección de magistrados de la Corte Suprema de Justicia y Salas de Apelaciones, la cual aún no se ha realizado.
“¿A quién beneficia esta postergación?, ¿al pueblo de Guatemala, al orden constitucional, al bien común, a la convivencia pacífica y armónica de la sociedad guatemalteca?, ¿o a actores y sectores con intereses en que la justicia pronta y cumplida no sea un objetivo realizable en nuestro país?”, cuestionan los líderes religiosos.
De esa cuenta, llaman a que prevalezca el estado de Derecho, que “les compromete en sus responsabilidades y les ayudará a evitar tentaciones de soluciones politiqueras”.
En uno de los párrafos principales de la carta, los obispos preguntan a los poderes del Estado: “¿Cuál será la actitud de ustedes que conforman cada organismo del Estado de Guatemala? En su conciencia de ciudadanos, y si son creyentes en su conciencia religiosa, de cara a un pueblo que merece respeto, ¿Cuál será su decisión?”.
“Hay que defender a toda costa la institucionalidad del país y sostener la separación de poderes delante de cualquier intento de manipulación o búsqueda de intereses personales o sectarios. Es la hora de hacer valer los valores éticos de la transparencia, de la justicia y de la verdad”, concluye la Conferencia Episcopal.
Una de las firmas de la carta es del presidente de la CEG y próximo arzobispo metropolitano, Gonzalo de Villa y Vásquez.