Francisco Pérz manifestó que existe preocupación en la comunidad científica porque no hay certeza de las consecuencias de este líquido en la vida acuática y que no se trata solo de agregar un producto.
Elisandra Hernández expresó preocupación ante la desinformación de los componentes de la fórmula del líquido.
“ Hasta el momento no conocemos fórmulas mágicas que puedan limpiar de forma definitiva un lago. El problema viene por el manejo de cuencas y aguas residuales, no es un problema que se resuelva con agregar un líquidos mágicos”, afirmó Hernández.
Por su parte, Edgar Zamora, exdirector de Amsa reconoció que los problemas más fuertes son el acarreo de arena, las aguas servidas y el nivel de contaminación.
“El agua está extremadamente fértil, para eso deben instalarse oxigenadores, no líquidos raros. En el Frutal hay una planta de tratamiento sin uso, está diseñada para 250 litros por segundo. Con ello se reduciría la mitad de la contaminación”, concluyó Zamora.