Erick Eduardo Velásquez de León trabajó 20 años conduciendo camionetas en las rutas Eureka, Ega, Metrobus. “En esa época se viajaba a grandes velocidades y se peleaba pasaje con otras camionetas”, recuerda.
Velásquez de León señala que “por nada del mundo” regresaría a trabajar en autobuses del transporte urbano tradicional. “Por la inseguridad que hay y porque antes en esas camionetas pasaban más de 14 horas en el bus, por esas cosas no regresaría. Mi familia requiere tiempo y es la ventaja que me da Transmetro”, añadió.
En el sistema de Transmetro los índices de inseguridad son bajos y las unidades constantemente están bajo vigilancia.
Exacciones
“Viví el comienzo de la extorsión cuando estuve en la ruta 206, en ese tiempo hacía el recorrido de Ciudad San Cristóbal a la zona 1, se pagaba Q50 semanales y además yo debía generar regalías al patrón. Vi cómo empezó a crecer la extorsión y eso es lo más lamentable que le pasó al transporte de pasajeros”, explica Velásquez de León.
Velásquez de León perdió la cuenta de las veces que pagó la extorsión, pero señala que fue lo peor que ha vivido como piloto.
“Uno se juega la vida en cada vuelta, por eso hay que pensar bien si ser piloto o no en los buses urbanos. En el Transmetro es otra cosa, no hay intimidaciones y hay oportunidad de trabajar seguro”, indica.
Desde el comienzo del proyecto Transmetro Carlos Rafael Gravez trabaja en esa ruta de usuarios, antes laboró por 15 años en rutas urbanas de la ciudad.
“Nunca imaginé que trabajar de piloto me llevaría a vestir formal, el trabajo del conductor muchas veces es menospreciado, pero en Transmetro lo dignifican”, relata Gravez.
Actualmente Gravez es instructor de conductores de Transmetro, con el paso de los año logró mostrar aptitudes de enseñanza y sus conocimientos los traslada a las nuevas generaciones de conductores.
“Me siento afortunado por encontrar trabajo aquí –en Transmetro- porque si hubiera seguido en los buses rojos saber cómo me hubiera ido por el tema de los ataques”, indica Gravez.
Madre y conductora
Entre los 420 pilotos de Transmetro hay 22 mujeres, una de ellas es Karla Marisol Matías Villagrán, quien usualmente labora en los turno de la mañana y dedica sus tardes al cuidado de sus dos hijos.
Matías Villagrán tiene ocho años de trabajar en Transmetro y señala que al comienzo fue todo un reto el conducir un autobús del transporte público debido a que tenía temor de críticas por parte de hombre por ser mujer.
“No fue fácil animarme a manejar las unidades porque tenía presente el machismo que nos rodea, mi padre –también piloto- fue quien me alentó a trabajar en Transmetro y pude hacerlo bien”, relata Matías Villagrán.
La conductora dice que en muchas ocasiones recibe felicitaciones de los usuarios por la forma en que conduce: “Durante mi experiencia no he tenido accidentes fatales y eso es un buen récord”.
Matías Villagrán indica que luego de terminar la jornada laboral deja el uniforme de conductora y acude a su casa a ver en qué ayuda a sus hijos. “Mi vida está en mi trabajo y mis hijos, mi esposo me ayuda y ambos velamos por educar bien a nuestro hijos, los horarios de Transmetro me permiten cuidar a mis hijos”, manifiesta.
El 3 de febrero del 2007 empezó a funcionar el sistema de transporte de pasajeros Transmetro con 65 autobuses. El proyecto empezó a funcionar con el eje sur, que conectó el centro de la ciudad con las zonas 12 de la capital y Villa Nueva.
Sus 195 unidades trasladan al día a 325 mil usuarios. Ciento setenta autobuses de Transmetro cuentan con alta tecnología vial, el año pasado la comuna capitalina adquirió 10 unidades con plataformas digitales de última generación.
