“Es una intervención temporal, tenemos cuatro aportes porque la idea es sacar al niño de ese cuadro de desnutrición aguda. Si hay un caso extremo, de mucha emergencia, pueden ser hasta seis entregas”, dice Melvyn Caná, titular del Mides.
Se tiene Q8 millones para esta intervención, suma que puede aumentar, según la cantidad de casos que necesiten atención, pero se tendrán que realizar readecuaciones internas al presupuesto de la cartera para ampliar la cobertura.
El Ministerio de Salud se ocupará de identificar los casos de niños afectados – aquellos que llegan a los servicios de salud para ser atendidos-, y basado en esa información realizará la lista de beneficiarios.
La Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Sesán) hará la verificación de los datos en una plataforma que funcionará en convenio con el Registro Nacional de las Personas (Renap). Depurará los datos y eliminará aquellos casos que hayan fallecido o que estén duplicados, para luego trasladarlos al Mides, según la Dirección de Comunicación e Información de la institución.
Caná refiere que este bono es distinto a otros programas de transferencias monetarias condicionadas que entregan, pue es una “intervención de emergencia” específica para atender a las familias con niños en desnutrición aguda severa y que el dinero lo utilizarán para la recuperación del menor.
Agrega que el Mides ya trabaja en los manuales y el andamiaje para que pueda quedar como un programa establecido, y que el próximo gobierno pueda darle continuidad y destinarle una cuota específica en el presupuesto de la cartera.
Ampliar la cobertura
Iván Aguilar, Gerente Humanitario para Oxfam en Centroamérica, ve positivo que el Mides tome acciones de este tipo para atender los casos de desnutrición aguda severa, no obstante, es vital que amplíen la cobertura a los casos moderados, pues la mayoría de los hogares rurales están en “alto grado de precariedad alimentaria” y requieren de asistencia alimentaria -transferencias monetarias- para que no se agrave la situación nutricional de los niños, y que sea un programa de carácter preventivo.
Por otro lado, señala que las transferencias monetarias deben ir acompañadas de alimentación complementaria -entrega en especie- para facilitar la recuperación de los infantes. Además de cuantificar el monto monetario a entregar según la cantidad de integrantes de los hogares, para asegurar el cubrir los gastos esenciales.
Si bien el bono nutricional apoyará a las familias con niños en desnutrición aguda severa, Irene Flores, analista del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (Cien), menciona que para este y otros programas de transferencias monetarias condicionadas es difícil llevar un control de quién es el beneficiario, de sus características socioeconómicas, de su ubicación geográfica.
Lo conveniente es tener un padrón único de beneficiarios de todos los programas sociales del Estado, para identificar a cuántas transferencias tiene acceso una misma persona. Esto ayudaría a conocer la cobertura y evaluar su impacto.
Pero ese vacío de información puede llevar al uso clientelar de estos programas.
“Hemos visto que las transferencias monetarias han llegado a personas que han sido elegidas a través de criterios discrecionales más que por ópticas de priorización por necesidad económica, demográfica o alguna carencia en concreto”, agrega Flores.
Aguilar suma que el riesgo de que los programas estatales se vuelvan clientelares siempre está presente, aumenta en períodos electorales. Por lo que, los criterios para la inclusión de los hogares deben darse bajo criterios técnicos, en este caso la evaluación nutricional de la niñez, y el encargado de hacerlo es el Ministerio de Salud.
Casos en aumento
Al 22 de julio de este año se identificaron 16 mil 843 casos de niños menores de cinco años con desnutrición aguda, es un 46.9 por ciento más que un año atrás para esta fecha, cuando se reportaban 11 mil 462, según datos oficiales publicados en portal del Sistema de Información Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Siinsan) del Ministerio de Salud.
Tan solo en un mes, del 25 de junio al 22 de julio, se reportaron 744 casos de desnutrición aguda severa, que tendrían que recibir el Bono nutricional del Mides.
Mientras que 20 infantes han muerto como consecuencia del padecimiento, que está asociado a la pérdida de peso por períodos de hambre o enfermedad ocurridos en el corto plazo. El 35% de los casos se focalizan en Alta Verapaz.
Las cifras evidencian cómo el flagelo se ha extendido en el país, y según el reporte oficial los departamentos en donde los niños están en mayor riesgo de tener un cuadro severo son Escuintla, Sacatepéquez y Zacapa, que tienen las tasas por cada 10 mil menores de cinco años más elevadas del país (160.2, 131.3 y 102.1, respectivamente).
La desnutrición es una clara señal de la inseguridad alimentaria que también se expande en Guatemala. Para agosto se estima que 3.7 millones de guatemaltecos están en crisis para acceder a alimentos, mientras que 604 mil se encuentran en una fase de emergencia, población que está distribuida en 18 departamentos, y que necesitan asistencia.
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En marcha
De acuerdo con el portal de la Sesán, en la última reunión extraordinaria del Consejo Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Conasán) se presentó la planificación para desarrollar el informe de línea final de la Gran Cruzada Nacional por la Nutrición, que permitirá conocer los avances de esta iniciativa.
En los próximos días se hará la actualización cartográfica y la recolección de los datos, para que en el primer semestre del 2024 se analicen la información y se presente el informe. El trabajo nuevamente estará a cargo del Instituto de Nutrición de Centro América y Panamá (Incap).
Se financiará con recursos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS), la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid) y el Banco Mundial (BM).
Por otro lado, se expuso el presupuesto del Plan Operativo Anual de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Poasán) para el próximo año, que asciende a Q10 mil 640 millones 921 mil 270.