Comunitario
“En septiembre y octubre habrá repunte de casos de desnutrición”: la misión de atender a niños en riesgo
En Tucurú, Alta Verapaz, el personal de salud se suma a acciones locales para atender a niñez en riesgo, cuando se espera que los próximos meses la inseguridad alimentaria en los hogares sea mayor.
La familia Caal Tiul, en Tucurú, Alta Verapaz, enfrenta serías dificultades para alimentarse, situación que lleva a los niños a cuadros de desnutrición. El personal de salud y de localidad hacen esfuerzos por rescatar a los niños de cuadros de gravedad. (Foto Prensa Libre: Erick Avila).
Los rostros de los niños no mienten, como tampoco la piel que se pega a sus huesos. La desnutrición aguda los enfrenta a la muerte, y en Guatemala se han detectado más de 14 mil casos de menores de cinco años en esta condición en lo que va del 2024. La principal causa de este mal es el hambre.
Hada Caal Chun -de 11 meses pesa 11 lb- y Mario Caal Tiul -con 23 meses pesa 17.5 lb- son parte del reporte. No son un número, son niños cuyas familias tienen un acceso muy limitado a alimentos.
Los Q40 que una persona en la capital podría gastar en un tiempo de comida, en los hogares de Hada y Mario ese dinero a duras penas lo consiguen para cubrir un día entero de alimento para seis o más personas, no hay más opción para comer frijol, maíz y algunas hierbas.
Prensa Libre viajó Tucurú, un municipio alojado entre montañas a una hora y 30 minutos de Cobán, Alta Verapaz, para encontrarse con las familias Caal Chun y Caal Tiul, que a diario conviven con la desnutrición aguda, un mal que se ha incrementado en la localidad. El Ministerio de Salud reporta 106 casos de menores de cinco años acumulados y una muerte en sector.
Francisco García, enfermero de Distrito de Salud, menciona que el alto costo de la vida es una de las causas que mantiene a los niños en esta condición. Las escasas fuentes de trabajo en el municipio obligan a los hombres a migrar o a resignarse a un jornal no mayor a Q40. Mientras que los agricultores de subsistencia perdieron sus cosechas por la sequía y las olas de calor registradas entre abril y mayo.
Ante este panorama, agrega que a nivel local se han hecho alianzas con la Municipalidad de Tucurú, con la Comisión Municipal de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Comusan), con oenegés y otras instituciones para apoyar con alimento a estas familias.
Sin embargo, se quedan cortos ante las precariedades que tienen las familias, pues no cuentan con suficientes recursos para entregar. “Quisiéramos hacer más, pero no tenemos el suficiente apoyo de víveres”, dice Yasmina Rossi, asistente técnico de territorio.
“En septiembre y octubre serán los meses en que habrá un repunte de casos -de desnutrición aguda- porque no hay cosechas”, sentencia Rossi con preocupación.
Agrega que el área de salud les provee de ATLU - Alimento Terapéutico Listo para el Uso- para entregar a los niños desnutridos, pero los cuadros moderados como el de Mario, solo reciben una dotación, y se quedan cortos en el tratamiento.
Necesitan raciones de alimento para continuar apoyando a las familias en situación vulnerable, pero esta llega a cuentagotas. Un integrante del Comusan mencionó que recién distribuyeron bolsas de víveres que fueron compradas en la gestión de Alejandro Giammattei, pero es hasta ahora que las distribuyen. Los empaques llevaban el logotipo del gobierno pasado, que fue tapado con una calcomanía impresa con la imagen del gobierno de Bernardo Arévalo. "Cuánto habrán gastado en esa calcomanía", se cuestiona.
Búsqueda de casos
En temas de salud han intensificado las visitas a los hogares para realizar evaluaciones de peso y talla a los niños, llevar el control prenatal a las mujeres embarazadas, educar a la población con hábito alimenticios, para vacunar a los menores. Es un trabajo preventivo que García señala ha permitido la detección a tiempo de niños con desnutrición aguda.
Pero el trabajo no es sencillo, los enfermeros deben caminar por horas bajo el sol o la lluvia para acercarse a los hogares y pasar por veredas de terracería.
Mario Caal Tiul vive en la aldea la Herradura Chijul, está cercana a la carretera principal, pero para llegar a su casa los enfermeros deben cruzar un puente colgante de más de 75 m de largo, con tablas rajadas y algunas podridas por la humedad. Ese es el camino que los comunitarios transitan a diario para salir y entrar al poblado.
Dilia Angelica Choc, es la enfermera auxiliar que todos los meses llega a la aldea para pesar y tallar a los niños. Ella fue quien identificó que Mario tenía desnutrición moderada y lo refirió al centro de recuperación de San Cristóbal, Alta Verapaz. Ahora que el niño regresó a casa continúa con el monitoreo.
García menciona que el personal de salud debe cubrir los 22 programas que tiene el Ministerio de Salud, sin embargo, están faltos de recurso humano, solo cuentan con el 50% del necesario. Cada enfermero debe dar cobertura a unas 2 mil personas en Tucurú.
Atender causas estructurales
La Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Sesán) señala que se trabaja en abordar las causas estructurales que lleva a la desnutrición aguada infantil en Alta Verapaz.
Tanto los casos como las muertes de niños en el departamento, agrega, son el reflejo de las condiciones de alta vulnerabilidad económica, social, sanitaria y ambiental en un departamento con alta densidad poblacional.
Las condiciones climáticas que afectan al país pueden agravar esta situación, y en el caso de las lluvias provocar inundaciones, deslaves, daños a la producción agrícola, lo que amenaza la seguridad alimentaria y nutricional de poblaciones al afectar sus medios de vida, mercados locales y, con ello, la disponibilidad, acceso y consumo de alimentos.
Al esto ocurrir hay mecanismos institucionales ya definidos, como el Plan Nacional de Respuesta (PNR), que involucra a varias instituciones y sectores dentro del sistema de Conred (Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres), en ese engranaje a la Sesan le corresponde la gestión de alimentos con las instituciones correspondientes a nivel departamental y municipal.
En Alta Verapaz han registrado cuatro muertes por desnutrición aguda, al respecto la Sesan indica que son casos ocurridos en distintos espacios territoriales y en un período que cubre de enero a abril “no reflejan una concentración en tiempo y espacio, y, por lo tanto, no se pueden considerar como un brote epidemiológico (crisis), sino la lamentable consecuencia de situaciones familiares aisladas”.