Al documento, que fue presentado a finales de 2023, le denominaron “valoración del aprovechamiento y protección de los recursos naturales en Centroamérica”, y en este alertan sobre el incremento de las temperaturas para este y el próximo año (2024 y 2025) en el territorio centroamericano.
En este estudio pronóstican que Guatemala podría alcanzar una temperatura promedio anual de 28°C, y máximas entre 33°C a 34°C.
En este análisis establecieron, según datos de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (Nasa, en inglés), la Organización Meteorológica Mundial (OMM), y el programa Copernicus, que el 2023 fue el año más caluroso registrado hasta la fecha, pero podría ser superado en los próximos dos.
Víctor Campos, experto en temas ambientales y director ejecutivo de la la ACCH, explica que “la temperatura media anual en Guatemala, que históricamente se mantiene en los 26.2°C, alcanzará los 28°C en los próximos dos años”.
Agrega que “las temperaturas máximas que oscilaban entre 32.5°C se encontrarán en un promedio de 33°C a 34°C”.
“Todo esto evidencia un cambio alarmante, pues con ello, se registrará una reducción en las precipitaciones y pérdidas significativas en la biodiversidad”, expone Campos.
“Tomando en consideración el impacto que tendrá el cambio climático en la biodiversidad, es importante destacar que los ecosistemas más vulnerables son los marino-costeros, que representan la tercera fuente de sumideros de carbono de mayor importancia a escala mundial”, afirma Campos.
Impactos en Guatemala
La evaluación que se desarrolló en este estudio determinó que en el corto, mediano y largo plazo, Guatemala enfrentará riesgos de sequías más prolongadas, agravadas por el Fenómeno de El Niño.
Campos comparte que en el estudio de ACCH se evidencia que Guatemala experimentará mayores temperaturas.
“Esto tiene repercusiones en el sector agrícola, particularmente en las unidades de producción de alimentos para la subsistencia y estrés en los ecosistemas y biodiversidad”, explica
Agrega que se espera que en los próximos años se tengan déficits anuales de hasta 144 milímetros sobre la norma histórica regional. “Estos cambios ya están siendo notables en los procesos de recarga hídrica, afectando a cuencas, ríos, lagunas, manglares y otros ecosistemas marino-costeros”, revela.
“Guatemala será más vulnerable a sufrir eventos como inundaciones, tormentas, sequías, olas de calor, entre otros”, dice Campos. Además, el experto comparte que estos periodos largos de sequía tendrán un impacto en el aumento de incendios forestales.
La Nasa a través del Fire Information for Resources Management, según el análisis de ACCH, revela que en el 2022 ocurrieron 600 mil incendios forestales y quemas agrícolas en la región, de los cuales en Guatemala fueron al menos 19 mil.
Fenómeno de El Niño
Claudio Castañón y Walter Bardales representan a la firma AguaConsulta, y en su último estudio explican que el fenómeno de El Niño actual, que su establecimiento se declaró en junio 2023, incrementó su intensidad hasta finales del 2023.
Según los especialistas en temas del clima, actualmente el sistema acoplado océano-atmósfera refleja un fenómeno de El Niño “fuerte y maduro”.
“Los pronósticos más recientes, sugieren que El Niño se debilitará gradualmente los próximos meses y pasará a ENSO-neutral durante el trimestre abril-junio de 2024”, comenta Castañón.
Agrega que también están aumentando las probabilidades de que se produzca La Niña en los meses
posteriores a un cambio a ENSO-neutral.
Según los pronósticos climáticos, El Niño finalizaría entre abril y mayo, previo a que empiece la época lluviosa en Guatemala, por lo que el déficit de lluvia asociado al El Niño no sería tan significativo, explican ambos expertos.
Abordar el cambio climático
Víctor Campos, director ejecutivo de ACCH, indica que el cambio climático es una problemática que ya está sucediendo y requiere estas medidas concretas:
- Destacar la necesidad de un fuerte compromiso regional. Es necesaria la creación de instancias especializadas, así como lineamientos y estrategias de adaptación coordinadas para hacer frente a los desafíos climáticos de manera efectiva, bajo un enfoque regional.
- Promocionar estrategias de adaptación a nivel local. Según el experto esto implica incentivar acciones a nivel comunitario; lo cual no debe quedarse únicamente en la implementación de políticas y programas adaptativos, sino también de la promoción activa de la participación ciudadana. Se debe buscar fomentar una conciencia renovada sobre el cambio climático, involucrando a las comunidades en la búsqueda de soluciones locales.
- Resaltar la importancia de la investigación especializada, este campo es esencial para generar conocimiento sobre los impactos del cambio climático, que, a su vez, se convierten en una herramienta de divulgación clave para sensibilizar a la población.cEl experto de ACCH hace un llamado a la población guatemalteca a reconocer el cambio climático como un problema real y compartido.
- “La responsabilidad de mitigar y adaptarse a sus efectos recaen en todas y todos, pues este es un esfuerzo conjunto por un mismo fin: nuestro planeta.” expresa Campos.