Lone Hvass, representante adjunto de Unicef en Guatemala, se refirió a que el paso de Eta por el país dejó a los niños y adolescentes en una doble o triple emergencia.
“Tenemos las emergencias silenciosas, desnutrición crónica, niveles de violencia endémica, encima de eso, la pandemia de covid-19 que también afecta a los niños en casi todos los aspectos de su vida, y ahora tenemos Eta” expresó Hvass.
La representante señaló con preocupación la falta de datos desagregados. “No sabemos con certeza cuántas mujeres, hombres, adultos y niños -afectados en la emergencia-, es preocupante el panorama general. (Al domingo 8) había 86 albergues funcionando, más de 7 mil personas albergadas, es una situación que va a empeorar en los días que vienen”.
El vacío en estadísticas nacionales al que se refiere Hvass se reafirma con el hecho de que la pandemia provocó que este año no se ejecutaran las encuestas de Ingresos y Gastos de Hogares (Enigh), Empleo e Ingresos (Enei) y Nacional Agropecuaria (Ena), las cuales fueron reprogramadas para el 2021 y 2022.
“Este reto se agudiza cuando hay emergencias, pandemia, huracanes, niñez en contexto de migración, que se manejan datos diferentes por parte de los estados que expulsan y los que reciben. Con Conred hemos trabajado la parte de un índice que mide la vulnerabilidad por municipio. Lo que quisiéramos es que Conred se modernice para que tenga un manejo de información en emergencias” indicó.
“No hay quien tenga la película completa”
La preocupación de Unicef es que, en los albergues, si bien se puede manejar una desagregación de datos, eso no necesariamente se informa a Conred. “No hay quién tenga la película completa y eso complica la coordinación de la respuesta con cooperantes o con Naciones Unidas”.
Michele Messina, especialista de emergencia Unicef, indicó que al 8 de noviembre, se contabilizaban 605 mil niños, 1.7 millones de afectados en toda la subregión centroamericana.
“El no desagregar datos por género y edad es una debilidad en toda la subregión. Estamos apoyando en salir al campo y recopilar información sobre el impacto y las necesidades más agudas, en cuanto a niños, niñas, adolescentes y mujeres” indicó Messina.
Para el experto, las necesidades más agudas en Centroamérica se relacionan con el agua y el saneamiento de la higiene, que generalmente se vuelve una de las prioridades máximas para la niñez para evitar enfermedades agudas, diarreicas y también la prevención del covid-19 en albergues y en sus comunidades.
“Aparte del covid hay malaria, dengue, leptospirosis, y dada la situación de inundación, hacinamiento, podemos ver picos no solo en covid sino en otras enfermedades con una capacidad de respuesta de las instituciones de Salud muy limitada porque está sobrepasada por el fenómeno del covid-19” señaló.
Su visión es que la emergencia relacionada con Eta “viene a golpear a una región que estaba en sus límites de lidiar, con recursos financieros muy limitados, hará falta acelerar de la mano con gobiernos y socios para intervenir a las familias y a los niños con un nivel de vulnerabilidad muy elevado”.