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Familias en agonía por escasez de lluvia para sus cultivos
Impacto de fenómeno del Niño lleva a que más de 3 millones de guatemaltecos estén en inseguridad alimentaria, y las familias del corredor seco son de nuevo las más vulnerables.
La presencia del fenómeno del Niño en 2023, con lluvias irregulares, afectará este año a las familias que subsisten de la agricultura. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)
La escasa lluvia que se registró en el país durante el 2023, por la presencia del fenómeno del Niño, impactó de manera negativa en los hogares que subsisten de la agricultura familiar, y las consecuencias son más drásticas en el llamado corredor seco. No se tiene una cifra concreta de cuántas personas son las afectadas al momento, pero podría ya ser mayor a la del año pasado.
Para el primer bimestre del 2024, la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (CIF) proyectaba que 3.1 millones de guatemaltecos se encontraran en niveles de crisis y emergencia de inseguridad alimentaria aguda.
Para el pasado 17 de abril, el Monitoreo del Hambre que realiza el Programa Mundial de Alimentos (PMA) en tiempo real indicaba que más de 3.8 millones de personas en el país tenían un consumo insuficiente de alimentos, el 22.25% de la población.
A esta crisis se suman los casos de desnutrición aguda en menores de cinco años que para el 13 de abril llegaban a siete mil 120 casos - 9.3% más que el año pasado-, y la muerte de dos menores de seis meses de edad por esta causa, según registro del Ministerio de Salud.
Este impacto en la población vulnerable se veía venir, pues según el informe El fenómeno de El Niño no permite “Soñar la Mesa” en el corredor seco de Centroamérica, desarrollado por varias entidades entre ellas Oxfam, la pérdida de cultivos, aunado al elevado incremento de precios en los alimentos y la escasa ayuda estatal, llevó a que las familias enfrentarán altos niveles de inseguridad alimentaria a finales del 2023, agobio que será mayor para este período de hambre estacional, que está comenzando.
La evaluación realizada por Oxfam involucró a dos mil 49 hogares rurales de seis municipios en los departamentos de Chiquimula, Huehuetenango y Baja Verapaz, que se localizan en el área del corredor seco. Estos fueron entrevistados entre octubre y noviembre pasado.
Uno de cada dos hogares que fueron parte del estudio estaban integrados por más de cinco personas. Mientras que seis de cada 10 tienen en propiedad la tierra utilizada para la producción agrícola, con una disponibilidad promedio de 0.48 hectáreas, que es más baja que en Honduras y El Salvador.
El informe destaca que la inversión anual en la producción de granos básicos de estas familias es de US$161.73, mientras que el 94% utiliza más de la mitad de su producción de frijol y de maíz para autoconsumo.
Sin lluvia para cultivos
Durante el 2023 la lluvia fue irregular en el país, hubo períodos intensos y otros de sequía –lapsos de más de 15 días sin precipitaciones-, por la presencia del fenómeno del Niño, lo que provocó un atrasó en el tiempo de siembra, según el análisis de Oxfam.
El 84.5% de los hogares evaluados señaló que la sequía afectó la producción de sus cultivos. El 65% de la siembra de maíz se perdió, y en el caso del frijol el 50% se dañó, con lo que el impacto negativo fue mayor para Guatemala, comparado con Honduras (50.5% y 63.3%, respectivamente) y con El Salvador (54.1% y 50%). Esto limita su reserva de alimentos para este año.
De acuerdo con el informe, seis de cada diez de los hogares evaluados se encontraban en inseguridad alimentaria leve, y dos más estaban en niveles moderado y severo, en donde hay serias brechas de consumo de alimentos y para mejorar su condición recurrieron a estrategias de supervivencia.
Cabe recordar que esta medición se hizo durante octubre y noviembre, temporada en que ocurre la cosecha de maíz y de frijol, y las familias pueden recurrir a al trabajo temporal en el corte de café para agenciarse de dinero para adquirir alimentos.
Los municipios que fueron involucrados en el informe son Aguacatán y Santa Bárbara en Huehuetenango; Camotán y Jocotán en Chiquimula, y Cubulco y Rabinal en Baja Verapaz.
De estos, es Santa Bárbara donde hay mayor población en situación moderada y grave de inseguridad alimentaria, con el 30% de hogares afectados. Pero la situación tampoco es alentadora para el resto, que oscilan entre el 14% y 22% en esa condición.
La migración ha sido una alternativa para muchas familias para mejorar su condición de vida, sin embargo, el informe refiere que los hogares que están en menor riesgo alimentario tienen mayor probabilidad de migrar a otro país, pero el chance se reduce cuando están en una situación alimentaria más aguda.
Un punto relevante en el informe es que en los municipios de Guatemala analizados los hogares más afectados por la inseguridad alimentaria son aquellos en los que los jefes del hogar se ocupan en el comercio informal o ventas ambulantes (27.6%) y los que se dedican a la agricultura (25.2%), jornalero no agrícola (23.1%) y trabajo doméstico, peluquero y carpintero (22.5%).
Asistencia alimentaria
La protección social y la asistencia alimentaria son acciones que ayudan a las familias a enfrentar la inseguridad alimentaria. La evaluación indica que en los países analizados este apoyo provino principalmente de las instituciones gubernamentales, oenegés, municipalidades, iglesias y otros actores.
En el caso de Guatemala las intervenciones estuvieron asociadas a las elecciones generales en 2023, con fines clientelares.
La proyección de hogares en el corredor seco que necesitan asistencia alimentaria entre mayo y agosto del 2024, según el informe, es de 2 millones 508 mil 17 personas, distribuidos en 21 departamentos del país.
Jorge Pernillo, analista y catedrático de la Escuela de Nutrición de la Universidad Panamericana, menciona que la crisis de inseguridad alimentaria que ya afecta a las familias guatemaltecas que se dedican a la agricultura era “previsible”, ante períodos de sequía y otros de intensas lluvias, provocados por el fenómeno del Niño.
La asistencia alimentaria, para que no padezcan hambre, y asegurar los servicios de salud, son las acciones que se deben implementar de manera inmediata hacia esta población, según el analista. Para lograrlo, se debe comenzar por la identificación de las familias en alta vulnerabilidad para atenderlas.
“Tenemos un problema grande, que el presente gobierno no han sabido darle la importancia, su reacción ha sido pasiva. El problema es que podemos enfrentarnos a una crisis humanitaria si no se hace las acciones que mitiguen el hambre y la desnutrición”, señala Pernillo.
Agrega que la otra opción es solicitar ayuda internacional y a oenegés, que en este momento son quienes pueden llegar más rápido a estos hogares que el gobierno mismo.
#DesnutricionGuatemala | El @MinSaludGuate confirma las primeras muertes por desnutrición aguda en el país este año, se trata de dos niños menores de seis meses de edad. Los casos ocurrieron en San Pedro Carchá, Alta Verapaz, y en la cabecera de Jutiapa. @prensa_libre pic.twitter.com/5qPX5XRwRj
— Ana Lucía Ola (@aola_pl) April 18, 2024
Escenario de muerte
Al 13 de abril de este año, el Ministerio de Salud reporta el fallecimiento de dos niños menores de seis meses por desnutrición aguda, uno con signos de marasmo y el otro con kwashiorkor. Mientras que 11 casos están en investigación.
Las muertes ocurrieron en el municipio de San Pedro Carchá, en Alta Verapaz, y en la cabecera de Jutiapa. Estas habrían ocurrido en enero, según el informe.
Mientras que hay siete mil 120 casos de niños menores de cinco años identificados con desnutrición aguda, cuando el año pasado a la misma fecha eran seis mil 515. Es un incremento del 9.3%.
En seis de cada diez casos los niños tenían entre 6 meses y 2 años de edad. Los departamentos con mayor riesgo de que los menores presenten una condición severa son Izabal, Escuintla y Retalhuleu.