Desde entonces sean repartido 112 mil 337 bolsas de comida en 476 comunidades. En 20 días de ejecución de ese plan se ha priorizado a población del departamento de Guatemala.
El 99.9 por ciento de las bolsas de alimentos se han repartido en el área metropolitana, y a pesar de que se llegó a la ejecución de la mitad de ese proyecto -de 200 mil cajas-, vecinos han denunciado públicamente que no han recibido el apoyo gubernamental.
Diego González, de 64, es un vendedor de golosinas cuya fuente de empleo la ha tenido desde hace 15 años en la economía informal. En la actualidad se instala todos los días frente al edificio del Ministerio de Desarrollo Social (Mides) para vender sus productos.
En tiempos del coronavirus, González sigue saliendo a vender las golosinas, con lo que viola una de las disposiciones del presidente Alejandro Giamattei desde el 13 de abril último, que prohíbe el tránsito de personas de la tercera edad —de 60 años en adelante— en las vías públicas, pero él sale porque su dilema es “trabajar o morir en la hambruna”.
González ignoraba que el edificio frente al cual vende sus productos es uno de los que coordinan la ayuda en alimentos para la población en vulnerabilidad durante la crisis.
Este vendedor informal cumple todas las características de una persona en riesgo, pero no fue tomado en cuenta cuando se repartió la bolsa de alimentos en la capital.
Él alquila una habitación en La Terminal, zona 4, pero ese sector no aparece entre las áreas cubiertas por el proyecto Juntos saldremos adelante. Por ahora tendrá que salir avante en la contingencia con base a su capacidad para vender.
A la espera de ayuda
La próxima semana se empezarán a repartir bolsas de alimentos en otros departamentos y el listado será avalado por el Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COE).
Mientras se define en qué municipios se repartirán alimentos, Miriam Sotoj, madre soltera con tres hijos, no soportó más la debacle económica y colocó una bandera afuera de su casa para pedir ayuda.
La preocupación de Sotoj es la alimentación de sus hijos de 9, 11 y 13 años. Antes de la emergencia por el coronavirus trabajaba como empleada doméstica, pero debido a la crisis fue despedida.
“No hay nada más triste que no poder darle a los hijos lo esencial, lo que necesitan para vivir: alimento”, lamentó.
Una amiga le aconsejó a Sotoj pedir ayuda, e incluso lo ha hecho a través de las redes sociales. Esta mujer reside en la 14 avenida y 19 calle, colonia La Reformita, zona 12.
Banderas blancas
La pirámide de Abraham Maslow, una teoría que trata de explicar las razones que impulsan la conducta humana, define de manera jerárquica las necesidades humanas que afrontan todas las personas.
En la primera etapa se encuentran los alimentos y coincide con lo que piden las familias que colocan banderas en las fachadas de sus casas.
Colocar una bandera afuera de una casa para pedir ayuda no era una práctica habitual en el país, pero la emergencia la introdujo.
El guatemalteco de clase media y baja es golpeado, pero la población de la extrema pobreza está azotada, así se sintetiza la situación.
El que vive al día es más afectado, y cuando no puede producir ni para comer tiene que salir a pedir auxilio. “Colocar la bandera es una señal del que implora humanidad del resto de la sociedad”, expuso el sociólogo Lucas González Marcio.
Las banderas de auxilio no solo han sido colocadas en viviendas de áreas rurales. En la capital varias familias piden alimentos por medio de esta técnica.
El semiólogo Ramiro Macdonald explicó que el uso de banderas blancas ha tenido un significado de “rendirse ante un agobio”, pero los banderines rojos “exponen una emergencia crítica, como la falta de comida”, una de las necesidades básicas para los seres humanos.
Señalan clientelismo
Integrantes de organizaciones sociales se plantaron ayer frente al edificio del Mides y denunciaron que la repartición de alimentos no está llegando a las personas vulnerables en la crisis.
“Lo que le exigimos al Mides es que envíe un equipo de campo para entregar alimentos a las personas que lo necesitan, porque se usan listados municipales y obedecen a quienes apoyaron la campaña de los alcaldes o quienes son parte de sus programas de obras sociales municipales. La mayoría de los vendedores informales no están registrados y no pagan piso de plaza. Estamos viendo que personas de clase media están recibiendo ayuda, y no los más necesitados”, criticó Carmen Reina, de la organización Otra Guatemala Ya.
Según Reina, el mecanismo que usa en la actualidad el Gobierno para definir listados de beneficiarios “son burocráticos, politizados e ineficientes”.
Rosa y Julio César son una pareja de esposos que también viven en la colonia La Reformita. Hace cuatro días colocaron un letrero para pedir ayuda porque tienen varios pagos atrasados, entre ellos el alquiler de su vivienda, de Q1 mil, y carecen de alimentos.
Ambos se dedican a vender chocolate de Quetzaltenango, de casa en casa, pero no han obtenido ganancias desde hace un mes —cuando empezó la emergencia por el coronavirus—, son de la tercera edad, uno de los grupos de alto riesgo por el virus y con restricciones para transitar en las vías públicas.
El 8 de abril último, efectivos del Ejército de Guatemala repartieron cajas de alimentos en la zona 12. En esa jornada se entregaron mil en esa área, pero Rosa y Julio César no fueron incluidos en el listado de beneficiarios.
Sin ayuda
La Municipalidad de San Pedro Sacatepéquez, Guatemala, ha anunciado que 10 mil personas están en riesgo debido al confinamiento y cordón sanitario al que han estado sometidas desde el 15 de marzo, cuando se confirmó el primer caso en ese lugar.
A principios de abril, el Mides envió alimentos, pero no son parte del proyecto Juntos saldremos adelante, y según las autoridades, el aporte fue insuficiente.
El ministro de Desarrollo Social, Raúl Romero, dijo que verificarán la situación de las comunidades en cuarentena, entre ellas San Pedro Sacatepéquez, Guatemala; Patzún, Chimaltenango, e Ixcanal, El Progreso.
“Transparencia”
La repartición de las bolsas de alimentos lleva un análisis técnico que se basa en lineamientos del Plan Nacional de Respuesta, y por esa razón la definición de los listados es responsabilidad del COE municipal.
Romero aclaró que en la repartición de las cajas de alimentos “no hay politización” porque el COE municipal está integrado por consejos comunitarios de Desarrollo, delegados de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres y del Ministerio de Salud, a fin de darle “transparencia” al proceso.
“Los COE municipales elaboran los listados y hacen la solicitud de ayuda al COE nacional. Esto garantiza la transparencia y que la ayuda llegue a donde está la necesidad en cada municipio. En el COE municipal hay participación de los cocodes, que son la representación de la sociedad civil organizada, y hay representatividad que les da credibilidad a las solicitudes y no depende el listado de un funcionario”, aseguró el ministro.
El director de Comunicación del Ejército de Guatemala, Juan Carlos De Paz Arredondo, dijo que se analiza si la próxima semana se reparten alimentos en otros departamentos.
El proyecto gubernamental tiene previsto entregar 200 mil cajas de alimentos, y en la actualidad la repartición avanzó al 56 por ciento, pero no es el único proyecto de apoyo social en la crisis.