En dicho sector, productores —pequeños, medianos y grandes— buscan abrir mercados y mejorar procesos para crecer.
Según el Banco de Guatemala, el año pasado se generaron US$95.3 millones en ventas al exterior de este sector, y hasta agosto de este año llevaban US$70.2 millones.
Brigitte Obrock, gerente de la Comisión de Plantas Ornamentales, Follajes y Flores de la Asociación Guatemalteca de Exportadores (Agexport), refirió que este grupo cuenta con más de 500 especies y tres mil variedades de todo el conjunto de plantas ornamentales, flores de corte y follajes.
Señaló que en el país se producen flores todo el año, pero cuando hay más venta es en las temporadas altas en los países de destino; es decir, Estados Unidos, principal socio comercial, y Europa.
Obrock indicó que se estima que el 80% de la producción de este sector se exporta, y el resto se consume de forma local. Según la comisión, se generan alrededor de 15 mil empleos permanentes y más de 60 mil fuentes estables de trabajo —temporales— en donde el 80% son mujeres.
La citada comisión no aglutina a todos los productores del país, ya que hay muchos que son pequeños y medianos que trabajan en lo local o no están asociados.
Para este año Agexport espera cerrar con un crecimiento de entre ocho a 10%, y para el 2017, va por el 12.
Obrock señaló que un reto para el sector es exportar más producto terminado, pues ahora envía mucha materia prima, ya que en Estados Unidos hay barreras no arancelarias que no permiten entrar tierra.
“En Europa no existen, uno puede enviar un contenedor de plantas como producto terminado en una maceta… para Estados Unidos se exporta solo el esqueje (vástago) de la planta que reciben los viveros, lo hacen crecer, le ponen en una maceta y la sacan al consumidor final. El reto sería exportar más producto terminado, porque se vende a más precio”, indicó.
Comentó que las flores y follajes por ser perecederos se mandan vía aérea en contenedores refrigerados, y plantas que van en maceta a Europa, vía marítima. Agregó que en Centroamérica el principal competidor es Costa Rica.
La diversidad de climas y microclimas del territorio permite cultivar especies nativas y otras introducidas, las cuales se han adaptado con facilidad. Todas son exportadas en múltiples formas: plantas en medio cultivo, enraizadas y brotados, bulbos, tips, rizomas, acodos o puntas, así como flores cortadas, presentadas en Consumer Bunches o bouquets.
Luis Pacheco, gerente de operaciones de Vita Farms, S.A., ubicados en Villa Canales, comentó que cultivan plantas ornamentales para exportación.
“El 90% del mercado es para Estados Unidos y Canadá. Producimos esquejes para plantas de interior, patio y plantas de exterior; tenemos unas 360 variedad de plantas, empleamos 230 personas en el proceso de producción y exportación”, indicó.
Agregó que el 95% son esquejes sin raíz, y 5% puede ir enraizado para Europa.
Pacheco comentó que el sector de la floricultura es importante para el país porque demanda de personal calificado y existen climas que ayudan al cultivo, lo que considera ha favorecido para que haya inversiones de empresas importantes en el mundo para establecer fincas productoras.
Selvin Navas, gerente de operaciones de Siembra Visión, ubicada en Santo Domingo Xenacoj, Sacatepéquez, señaló que el 80% de la producción de rosas se exporta a Estados Unidos y el resto se queda en el mercado local. Comentó que la temporada fuerte para ellos es San Valentín y el Día de la Madre.
Afirmó que el mercado ha estado difícil porque compiten con productores grandes como Ecuador y Colombia, por eso es necesario contar con una buena calidad de producto y una buena plataforma de mercadeo. “Si uno cumple con esas dos condicionantes sí se puede competir, aunque no en todo. Hay que cuidar esos mercados”, aseveró.
Agregó que el producto que vende a nivel local es de la misma calidad que el que se exporta, pero debido a que hay muchos productores que venden solo en lo local se ven afectados por los precios.
Recordó que hace años existían más empresas, pero muchas cerraron porque las exigencias de calidad se volvieron más fuertes, por ello es necesario mejorar procesos y reducir costos.
Un productor de Plantaciones Daniela, en Tecpán, Chimaltenango, señaló que ellos brindan empleo directo a 170 personas y se dedican al cultivo de clavel, miniclavel, lirios y gerberas, de las cuales exportan el 70% a El Salvador.
Según el productor, quien no quiso ser identificado, el mercado ha topado, porque hay bastante competencia y, por ejemplo, las empresas formales se ven afectadas por las informales que no hacen todos los pagos fiscales. Se quejó de “las trabas arancelarias” a la hora de exportar e importar productos, ya que hay mucha burocracia.
El científico botánico Fredy Archila, quien se dedica a la conservación de la Monja Blanca —flor nacional—, comentó que en cuanto a la producción de flores para exportación el país tiene un alto renombre en el mundo, como en el caso de las pascuas que durante muchos años fue el principal proveedor para muchos países.
Agregó que en la producción de flores locales se observa mucho esfuerzo, pero debería ser aprovechado por el Gobierno para preservar especies en peligro de extinción.
Se encuentran preparados
Varios productores de pascuas en San Miguel Dueñas, Sacatepéquez, se encuentran preparados para atender la demanda de la época de fin de año, en la que es codiciada tanto nacional como internacionalmente.
Llojan Cachupe, administrador de Cultivos San Miguel, aseguró que para ellos el proceso inició desde enero. Agregó que durante el transcurso de la producción en ocasiones las plantas son susceptibles a plagas y enfermedades de raíz, pero los agricultores aplican los productos necesarios para salvar el negocio.
Refirió que entre las especies existen la pascua silvestre o nativa de Guatemala, México y otros países, y la modificada genéticamente para obtener la variedad de colores que exigen en el mercado, por lo que podrían variar a unas 125 especies de diferentes tonos.
María Inés Cruz, encargada de ventas del Vivero Flores del Río, comentó que para este año tienen preparadas unas 10 mil plantas para comercializarlas localmente y unas 30 mil para Centroamérica y México.
Buscan mejorar la producción
Un grupo de 15 microproductores de la aldea Loma Alta, San Juan Sacatepéquez, comienza a unirse en busca de conformar una asociación que les permita mejorar su producción para llegar a otros mercados.
Maximiliano Boror, uno de los floricultores, comentó que en la actualidad comercializan alrededor de 15 mil manojos de crisantemos de variedades y colores distintos a la semana, los cuales distribuyen a compradores de Mazatenango, Huehuetenango, Retalhuleu, Quetzaltenango, San Marcos y Alta Verapaz, e incluso algunos los envían a El Salvador, Honduras y México.
Otra agrupación que trabaja en la mejora de procesos incluye a 41 productores de la Asociación de Floricultores Sanjuaneros (Asoflorsa), quienes comercializan unos siete mil paquetes de rosas al año, aunque con el nuevo invernadero que implementaron espera producir más de 20 mil paquetes.