Este material ha caído, no solo en El Palmar, sino en al menos seis de los nueve municipios de Retalhuleu. También en algunas áreas de Cantel, Zunil y Almolonga, Quetzaltenango.
Con el pasar de las horas la finca San Marcos Palajunoj, de El Palmar, se fue cubriendo de gris y blanco por la capa de ceniza que la cubría. Los pobladores afirman que hace 10 años en una erupción similar que tuvo el mismo volcán perdieron y gran parte de sus cultivos, lo que los hace temer que ocurra lo mismo.
En esas fincas de alrededor del coloso, de dos mil 550 metros de altitud, se cosecha maíz, banano, plátano, cardamomo y café; sin embargo, lo que más preocupa son los cultivos de frijol puesto que en esta época del año esta planta está en floración.
“Hace 10 años sufrimos lo mismo, se perdió más del 60 por ciento de los cultivos, ahora algunos están en floración, pero la ceniza los quema y se dañan. No estamos preparados”, dijo el agricultor Israel Pelicó.
Leonel García, maestro de la comunidad, indicó que las aves de corral también se ven afectadas y que en ocasiones han muerto por el azufre que expele el volcán, lo cual también representa pérdidas económicas para muchas familias, “pero es algo que no está en nuestras manos, solo debemos estar prevenidos”.
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El delegado local de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), Sergio Cruz, informó que cerca de tres mil 500 familias se ha visto afectadas en San Marcos Palajunoj. Actualmente cuentan con cuatro albergues para evacuar a las personas si es necesario, afirmó.
“La última vez que sufrimos en esta magnitud fue hace diez 10 años y perdimos nuestros cultivos”, enfatizó Cruz. Añadió que en esta situación el uso de la mascarilla es indispensable puesto que también puede evitar complicaciones en la salud por la ceniza que circula en el aire, sobre todo en los niños.
“Para ellos es un juego —la ceniza— pero son los más vulnerables y es mejor resguardarlos en sus hogares”, expuso Cruz.
Actividad
En un boletín emitido en la mañana de este domingo, el Insivumeh informó de la posibilidad de que ocurran “explosiones que incrementen el número y tamaño de las avalanchas —de lava— en bloques, en dirección oeste y suroeste”.
Tampoco descartó que en la misma dirección se generen flujos piroclásticos de largo alcance “en diferentes direcciones”.
Por su parte, la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) llamó a mantener el monitoreo a sus coordinadoras locales, municipales y departamentales, así como identificar y habilitar los albergues si llegara a ser necesario.
Entre otras recomendaciones generales, también llamó a no ponerse en riesgo, por ejemplo, ubicándose cerca de barrancas o detenerse a tomar fotografías. Además, de ser necesario, evacuar a las familias hacia los albergues más cercanos e identificados en las comunidades y llamar al número 119 ante cualquier emergencia.
