El acto que celebró la Arquidiócesis de Santiago de Guatemala tuvo una importancia singular, ya que, los feligreses de esta arquidiócesis, unidos a su nuevo pastor, se constituyen como Iglesia y perpetúan en el mundo el mandato misionero de Jesús.
Monseñor Gonzalo de Villa y Vásquez es, a partir de este 3 de septiembre, el vigésimo arzobispo de Santiago de Guatemala, y, por tanto, el sucesor de una larga lista de obispos y arzobispos de esta Iglesia guatemalteca, cuyos orígenes demuestran que es la más antigua de la región mesoamericana.
En su intervención, el arzobispo manifestó que la pandemia más antigua es la de exclusiones y privilegios, violencia y crimen, de hirientes desigualdades y se vaya aplacando, que “como Iglesia sepamos contribuir a ello”.
“He sido enviado por el papa como arzobispo aquí. Confío enteramente en Dios, pero también en la bondad de tantas personas para ayudarme a ser pastor”, argumentó.
Dijo que se espera del arzobispo una palabra de aliento, pero también de cuestionamiento, de denuncia sin manipulaciones de ningún sector.
Manifestó que en estos días de calamidad necesitamos consuelo como país, iglesia y también los más vulnerables en la sociedad. Consuelo a los enfermos y ánimos a los trabajadores de la salud, que “Dios se quiere que llevemos consuelo”.
Resaltó que el papa nos alienta con palabras y con gestos para comunicar el evangelio con alegría para reconocer los rostros diversos en nuestro planeta y saber que todos estamos llamados a compartir la dignidad humana.
Expresó que la Iglesia no es una ONG para arreglar problemas, no es una colección de tradiciones venerables, no es un fuente de poder o reserva moral, ya que lo principal es el anuncio de las buenas nuevas de Jesús.
Dijo que al comenzar su misión como arzobispo subrayó estas palabras, cercanía, misión, comunidad y los pobres. En su discurso también envió un mensaje en idioma kaqchikel.
Mencionó que también se debe trabajar por el Corredor Seco, los indígenas, los asentamientos, la desnutrición, pues la iglesia debe ser fiel a su misión.
La asistencia de personas al acto de toma posesión fue limitada por las circunstancias actuales de la pandemia del covid-19.
Al acto de toma posesión asistieron el vicepresidente de la República, Guillermo Castillo, y el alcalde capitalino, Ricardo Quiñónez. También estuvo presente el cardenal Álvaro Ramazzini.
El presidente Alejandro Giammattei, quien no acudió al acto, saludó la asunción de De Villa.
Siempre es un motivo de alegría contar con liderazgos como los de monseñor Gonzalo de Villa y Vásquez, a quien le damos la bienvenida como Arzobispo Metropolitano de la Arquidiócesis de Santiago de Guatemala, desde donde sabemos sumará para fortalecer nuestra fe. pic.twitter.com/0Bj7U5DrnF
— Alejandro Giammattei (@DrGiammattei) September 3, 2020
Sucesor de los apóstoles
Un obispo es un sucesor de los apóstoles, que pastorea la Iglesia que está en un determinado territorio. De tal forma que una Diócesis no puede existir sin obispo, ni un obispo puede existir sin su diócesis.
Según la Iglesia, un obispo es quien pastorea, por tanto, a los fieles de un determinado territorio y “la Diócesis es una porción del pueblo de Dios cuyo cuidado pastoral se encomienda a un obispo con la cooperación del presbiterio.
De tal manera que, unida a su pastor y congregada por él y en el Espíritu Santo mediante el evangelio y la eucaristía, constituya una Iglesia particular en la cual y verdaderamente esté presente la Iglesia de Cristo, santa, católica y apostólica”.
Gonzalo de Villa ocupa el cargo que estaba disponible luego de la muerte de Óscar Julio Vian.
El 24 de febrero del 2018, monseñor Óscar Julio Vian Morales falleció por complicaciones a causa de un cáncer.
Monseñor Gonzalo de Villa, a su ingreso a Catedral Metropolitana, es saludado por los asistentes a la misa de toma de posesión como arzobispo metropolitano.
Vía: Érick Ávila
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— Prensa Libre (@prensa_libre) September 3, 2020