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Incendios en Petén ponen en peligro especies protegidas como jaguar y la guacamaya roja

Los incendios forestales en Petén han arrasado con hectáreas de bosque que son el hábitat de especies como el jaguar, la guacamaya roja y la danta, que están en peligro de extinción.

El fuego en ha devastado más de 124 hectáreas en Petén. (Foto Prensa Libre: Conred)

El fuego en ha devastado más de 124 hectáreas en Petén. (Foto Prensa Libre: Conred)

En lo que va de la temporada de incendios ya se consumieron 502 hectáreas de cobertura forestal en Petén. Está pérdida equivale a 672 campos de futbol como el del estadio Doroteo Guamuch Flores. El daño amenaza con extenderse y ya ha puesto en riesgo la supervivencia de flora y fauna, algunas ya en riesgo de extinción.

David Contreras, técnico forestal de la Dirección de Manejo Forestal y Vida Silvestre del Concejo Nacional de Áreas Protegidas (Conap), señala que como institución están preocupados, pues esta temporada de incendios se prevé más intensa que años anteriores.

La temporada de incendios 2022-2023 podría dejar pérdidas mayores a las registradas desde el 2017, como consecuencia del aumento de las temperaturas y puntos de calor detectados, y la presencia del fenómeno del Niño, que mermará la lluvia.

Se habla, incluso, de que podría dañar hasta 500 o mil hectáreas de bosque.

“Este año será bastante difícil. Nos preocupa más que todo la reserva de la Biosfera Maya, en Petén”, dice Contreras.

Los primeros incendios que sucedieron dentro de las áreas protegidas en el departamento ocurrieron a finales de enero, principalmente en zonas con poca cobertura forestal, con áreas de combustibles ligeros, como pastos de hojarasca. Hasta este lunes eran 117 incendios reportados, de estos seis permanecían activos.

En los parques nacionales Laguna El Tigre y Sierra de Lacandón las alertas comenzaron en febrero, y el daño asciende a un aproximado de 50 a 60 hectáreas, y el número va en aumento en ambas áreas.

Contreras indica que principalmente se ha visto dañada la cobertura forestal, hay  pérdida de la biodiversidad, afectando especies de fauna, como el jaguar, la danta y la guacamaya roja, que están en serio peligro de extinción.

La zona es rica en flora, y entre los especímenes en riesgo están árboles de caoba y de cedro, que son de alto valor comercial y que son vitales en el ecosistema petenero.

 

Daño al ecosistema

Las consecuencias de los incendios forestales en Petén son severas, representa la pérdida del hábitat de cientos de especies de animales que se ven forzadas a desplazarse a otras zonas, pero el fuego también alcanza a muchos ejemplares que no logran escapar del siniestro, es hasta que se logra extinguir las llamas que se puede magnificar el daño en la fauna y en la flora del lugar.

De las especies cuyo hogar es consumido por el fuego están el tapir o coche de monte, los monos aulladores y monos araña, el puma, el loro cabeza azul, las serpientes cascabel y barba amarilla. También peligran otras mamíferos, reptiles, anfibios e insectos.

“Lo que más impacta es la pérdida del equilibrio de los ecosistemas, pues estas especies son parte de las cadenas tróficas -cadena alimenticia- que mantienen cada comunidad biológica. En el caso de los parques Sierra de Lacandón y Laguna del Tigre, donde se da el avistamiento del Jaguar, son áreas de total importancia para la conservación de esta especie, en esta temporada se realizan monitoreos para verificar que no estén dentro de las áreas afectadas”, dice Contreras.

En el caso del jaguar, la especie está adaptada a esa zona, y los incendios obligan a los individuos a desplazarse a otros puntos, lo que hace más crítica su conservación, en una población que de por sí ya está diezmada por la caza ilegal impune. Se han visto ejemplares en la frontera con México, pero al tiempo regresan a la la selva petenera.

“Lo que preocupa es que los ejemplares vaguen en áreas donde hay humanos, y esto tiende a crear ciertos conflictos, pero con el apoyo de las instituciones y las ONGs que trabajan en el lugar se trata de preservar la especie en el área y  se concientiza a los pobladores a cuidarla”, remarca Contreras.

Esto también pasa con la guacamaya roja, cuyo único sitio de anidación es la Laguna del Tigre, que está siendo dañada por la llamas. En esta área las aves hallan árboles para anidar y alimentarse, al ser destruido su hábitat vuelan a otras zonas de México y de Belice. En un monitoreo del 2019 se estableció que tan solo habían unos 300 ejemplares en la zona.

Pérdida irreparable

La restauración de los bosques que están siendo consumidos por el fuego llevará varias décadas. El Conap estima que para los bosques latifoliados -también conocidos como bosques tropicales húmedos- pueden pasar entre 20 a 30 años para su regeneración.

Aún así al crecer los árboles y la vegetación, los ecosistemas después de un incendio, no vuelven a ser iguales.

Las altas temperaturas que se registrado en Petén contribuye a que se originen incendios en pastizales y que estos se extiendan al bosque. (Foto Prensa Libre: Conred)

La quema y expansión agrícola, la ganadería y el mal manejo de fogatas por pobladores se encuentran entre las principales causas de los incendios en Petén, según el Conap.

Combaten las llamas

Rodolfo Contreras, vocero de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), menciona que en Petén están bajo alerta roja institucional y que permanece activo el Centro de Operaciones de Emergencia (COE).

Indica que se han realizado sobrevuelos sobre las áreas protegidas para identificar incendios activos e implementar acciones de control y liquidación de siniestros para evitar que la biodiversidad sufra mayores daños.

Bajo la alerta roja realizan acciones de vigilancia, monitoreo de los incendios forestales, y se tiene la disposición total de los recursos para la pronta respuesta a las situación de riesgo, emergencia o desastre.

En el caso del Conap “todo el equipo de incendios está en campo”, refiere Contreras, y trabajan en contrarrestar cada uno de los puntos de calor e incendios forestales en el área.

Se mantienen brechas cortafuego, que es una línea trazada en el suelo para dividir el bosque de los parques nacionales y los pastizales para el ganado, acción que continuará hasta el final de la temporada de incendios.

Por las olas de calor que acompañan al fenómeno del Niño el Conap se ha acercado a los pobladores para alertarlos a prevenir los siniestros en áreas no forestales, como los pastizales que arden con mayor facilidad y el fuego puede propagarse en minutos al bosque.

Cuadrillas de personas combaten los incendios en Petén. (Foto Prensa Libre: Conred)

 

 

 

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