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Esa reducción se debió a que las autoridades del Ministerio de Salud en el 2014 rescindieron 220 convenios con oenegés de extensión de cobertura, lo que afectó los componentes de la Ventana de los Mil Días y el Pacto Hambre Cero, ya que no se contaba con personal suficiente para atender a la población.
De esa cuenta, ampliar la brecha en la cobertura de atención primaria es un reto, necesario para garantizar la implementación de las acciones de la Ventana de los Mil Días que son la piedra angular para combatir la desnutrición crónica en el país, donde diariamente nacen cien niños y la mitad tiene el riesgo de ser víctima de este flagelo.
Dicha condición refleja la carencia de nutrientes necesarios por un tiempo prolongado y limita el desarrollo físico, cognitivo y psicosocial de las personas, sus efectos son irreversibles y afectan de por vida, de acuerdo con el reporte de la Fundación para el desarrollo de Guatemala (Fundesa).
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“La preocupación que tenemos es que el tema de la desnutrición crónica es invisible, no es conocido conscientemente en todo el país. Es necesario posicionar su importancia y la relevancia que tiene este problema a nivel nacional”, señaló Cajas.
A criterio de Carlos Carías, secretario de Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Sesan), la cobertura en salud debe “aumentar al ritmo de los nacimiento, y son 50 niños por hora. Es complicado poder garantizar el aumento de la cobertura si no se tiene contemplado el aumento en la demanda de la población”.
46.5% de niños menores de cinco años sufren desnutrición crónica en el país, según la VI Encuesta Nacional de Salud Materno Infantil 2014-2015.
Resultados de monitoreo
En el monitoreo de la Alianza por la Nutrición y Fundesa -que hace desde el 2013 como una auditoria social- se evaluaron 299 puestos de salud en cuatros departamentos priorizados: Alta Verapaz, Huehuetenango, Quiché y Chiquimula, del 23 de octubre al 19 de noviembre del año pasado. Los aspectos evaluados fueron infraestructura y equipamiento, personal de salud, abastecimiento de medicamentos y servicios entregados a madres y niños.
En la supervisión se observaron avances en las condiciones de infraestructura y de los servicios básicos de los puestos de salud, sin embargo, debe ponerse atención en las brechas existentes para garantizar la calidad de los servicios.
Los puestos de salud no son accesibles a la población, según el 6o. Monitoreo de la Ventana de los Mil Días, las personas deben caminar hasta dos horas para buscar atención médica. pic.twitter.com/vk0qwUUnB3
— Ana Lucía Ola (@aola_pl) May 14, 2019
Con relación al tema de infraestructura se evidenció que el 98 por ciento de los puestos de salud tiene electricidad y agua, lo que mejoró un 5 por ciento con el año anterior, pero solo el 77.2 por ciento cuenta con drenajes, 21 por ciento menos de lo reportado en el 2018.
Se encontró una mejora en el tema de equipo para medir el peso de los niños, pues nueve de cada diez de los puestos de salud contaba con calzones para balanza y seis de cada diez tenían balanzas pediátricas, para usar en menores de 6 meses.
Insumos y personal
Se ha mejorado el abastecimiento de insumos básicos para la Ventana de los Mil Días, sin embargo, durante el monitoreo se reportó el falta de la vacuna BCG -da inmunidad o protección contra la tuberculosis-. La existencia de dosis descendió un 8.8 por ciento comparado con el año anterior.
Mientras que las vacunas contra Tétanos, DPT y Hepatitis B también disminuyó en los puestos de salud.
Pero lo que respecta al esquema completo de vacunación hubo una mejora del 12.4 por ciento en los niños menores de dos años, se pasó de 35.4 por ciento a 47.8 por ciento de cobertura.
La luz roja se encendió con la falta de suplemento de micronutrientes espolvoreados. Se encontró que había provisión del 16 por ciento, en tanto que en el 2018 era de 61.6 por ciento. Según Carías, estos complementan lo que el organismo de los niños necesita, sobre todo antes de los dos años de edad.
En el tema de medicamentos de suplementación prenatal su existencia aumentó del 91.9 por ciento al 98, al igual que los utilizados en desparasitación, del 69.2 por ciento pasaron al 78.9 por ciento.
12.4 por cientomejoró el esquema de vacunación en niños menores de dos años.
Resulta preocupante, según el informe, que siete de cada diez niños que son atendidos en los puntos de salud no tiene un control de peso y talla, aspectos que son necesarios para identificar casos de desnutrición crónica.
Uno de los puntos que repercute en la visita de los pacientes a los puestos de salud, además de las largas distancias para llegar a ellos, es la pertinencia cultural, y en este tema ocho de cada diez personas que laboran en esos lugares hablan el idioma de la comunidad. Sin embargo, se identificó que los conocimientos del recurso humano para brindar consejería a las madres han venido en detrimento, por lo que debe conformarse un equipo de tarea que trabaje sobre acciones para atender las causas que lo han provocado.
Según Homa-Zahra Fotouhi, representante del Banco Mundial para Guatemala, América Latina y el Caribe, una de las acciones para reducir los índices de desnutrición crónica en el país es el proyecto Crecer Sano, financiado por parte del Banco Mundial. Este se ejecutarán en siete departamentos que han sido priorizados: Alta Verapaz, Huehuetenango, Quiché, Chiquimula, San Marcos, Totonicapán y Sololá.
Por su parte, Alfonso Bosch, presidente de la Asociación Alianza por la Nutrición, señaló la necesidad de crear alianzas público-privadas para mejorar la condición de salud de la población y resaltó la importancia de la auditoria social para que la inversión llegue a quienes lo necesita, es decir los niños, para reducir el flagelo de la desnutrición.
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