Ante un nuevo incremento de casos positivos de coronavirus en Guatemala, cabe la pregunta ¿el covid-19 también volverá a las aulas? La respuesta es sí.
El virus está presente en el país desde marzo del 2020 y ha cobrado la vida de más de 20 mil guatemaltecos, según cifras oficiales. Conforme pasan los meses aparecen variantes que se propagan con mayor rapidez, aunque con una diminución en la gravedad de la enfermedad.
Según un informe de secuenciación del genoma del virus del 19 de diciembre, la variante de preocupación que predomina en el país es ómicron —detectada desde la última semana del 2021—, según la vigilancia genómica de SARS-CoV-2.
Su descendiente XBB (recombinante entre dos sublinajes de BA.2) representa el 75.97% del total de los linajes encontrados, mientras que la subvariante BQ.1 ocupa el 15.57% y la BA.5 el 7.78%.
Será inevitable que con el regreso a las aulas se produzca un brote de contagios de covid-19. El Ministerio de Salud, a través del Departamento de Comunicación, señala que el nuevo incremento de infecciones se extenderá hasta el 16 de enero.
El criterio médico señala que la vacunación es el escudo más efectivo contra el covid-19. Nancy Sandoval, expresidenta de la Asociación Centroamericana y del Caribe de Infectología (Acencai), refiere que las vacunas “son la estrategia más eficaz para evitar complicaciones y gravedad de los casos y mayormente en los más vulnerables”.
Pero en Guatemala la población infantil es la menos cubierta con la vacuna contra el virus. El reporte oficial indica que el 39.4% de los niños entre 6 y 11 años, de los 2.2 millones que se tiene previsto vacunar, ha sido alcanzada con una dosis.
De este grupo solo el 18.2% tiene las dos inyecciones que se requieren. Falta un millón 801 mil menores por completar el esquema. Esta es la población que por su edad cursará la primaria, y cerca de 275 mil de estos niños estarían inscritos en colegios privados y en el sector municipal y volverán a clases presenciales a partir de la próxima semana.
La vacunación es recomendable
La mayoría de los estudiantes no están vacunados contra el covid-19, esto representa un riesgo de contagio. A criterio de la infectóloga pediátrica Alicia Chang, presidenta de la Asociación Guatemalteca de Enfermedades Infecciosas (Agei), el ideal es que los niños reciban las dos dosis de la vacuna. No se puede obligar a los padres a que vacunen a sus hijos, pero esta medida los puede proteger del contagio.
Sin embargo, la escasez del biológico complica que la cobertura se amplíe. Durante las fiestas de fin de año ingresaron al país 115 mil 200 dosis de Moderna que pueden usarse para proteger a esta población, pues están autorizadas por entes internacionales para niños entre 6 a 11 años.
Para Karin Slowing, analista de Laboratorio de Datos, esas dosis y las 302 mil 400 de Pfizer que el Ministerio de Salud adquirió a través del mecanismo Covax y las 172 mil 800 dosis bivalentes de Modernas que Suiza donó, deberían ser utilizadas para ampliar la cobertura de las personas mayores de 50 años, y concentrarlas en los territorios con más bajo alcance. Este grupo es más vulnerable de enfermar de gravedad y morir.
Señala que inocular a la población infantil contra el covid-19 nunca estuvo en el radar de las autoridades, fue hasta que el vencimiento de dosis se acercaba que se incluyó a los niños en el Plan Nacional de Vacunación. Por lo que ahora, no hay certeza de que se priorice el tema.
Teniendo esto en consideración, Slowing refiere que la clave para proteger a los niños en el regreso a clases será que los maestros y los adultos con los que convivan estén vacunados.
“El Ministerio de Educación está llamado a ser un apoyo para determinar cuál es el nivel de cobertura de vacunación de la comunidad educativa en cada establecimiento educativo”, dice la analista.
Ante el riesgo de contagios de en las aulas, tanto Slowing como Chang recomiendan continuar con las medidas de prevención primarias para proteger a los niños.
Utilizar la mascarilla es una de las sugerencias, que no solo protege del covid-19 sino también de otras enfermedades respiratorias, como influenza y el virus sincitial respiratorio, que lleva varias semanas activo en el país.
Uso correcto de la mascarilla
“No podemos prohibir a los niños ir a clases, porque ya estuvieron suficiente tiempo de estar aislados”, dice Chang.
De esa cuenta es importante guardar el distanciamiento físico y que haya suficiente ventilación en las aulas, una medida que a criterio de Slowing se ve compleja en colegios que no tienen la infraestructura adecuada, en donde el hacinamiento es inevitable porque son casas que no fueron construidas para funcionar como centros educativos.
Por medio del acuerdo ministerial 3390-2022, el Ministerio de Educación estableció como “voluntario” el uso de la mascarilla en los centros educativos. Ahora el Ministerio de Salud recomienda la utilización del tapaboca descartable en espacios cerrados, especialmente en sitios con poca ventilación natural y evitar tocar la parte exterior al quitársela.
El lavado de manos o uso de alcohol en gel cuando no se tenga acceso a agua y a jabón, no debe obviarse. Tampoco el procurar que los niños no compartan alimentos ni envases de líquidos.
La otra recomendación es que los padres consideren dejar a los niños en casa cuando tengan síntomas respiratorios, para evitar que otros estudiantes enfermen, y gestionar su retorno a clases hasta su recuperación.
El Ministerio de Salud llama a seguir las indicaciones contenidas en la Guía de las medidas de prevención ante el contagio de la covid-19 y el plan escolar de respuesta del centro educativo y el Protocolo para regreso a clases del Mineduc.