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La caza del covid-19 es una carrera contra el reloj para evitar su propagación

Actuar rápido para encontrar los casos sospechosos de covid-19 y localizar a las personas que estuvieron en contacto en este es un trabajo detectivesco que permite cercar el virus para que no siga infectando.

La vigilancia epidemiológica conlleva encontrar las cadenas de transmisión del nuevo coronavirus. (Foto Prensa Libre: Érick Ávila)

La vigilancia epidemiológica conlleva encontrar las cadenas de transmisión del nuevo coronavirus. (Foto Prensa Libre: Érick Ávila)

El Ministerio de Salud cataloga como caso sospechoso de covid-19 a una persona con infección respiratoria aguda de cualquier nivel de gravedad, que presenta ya sea fiebre, tos, dolor de garganta o dificultad respiratoria. Además, que haya viajado en los últimos 14 días a países con contagios del virus, o que haya estado en contacto con alguien infectado.

Encontrar un caso sospechoso es un proceso meticuloso que debe realizar el personal de salud, pero en este trabajo hay un actor que no debe obviarse: el tiempo.

Cada minuto es valioso para averiguar cómo se dio el posible contagio y rastrear los nexos que la persona tuvo con otras, que también podrían estar infectadas.

Es una búsqueda que comienza unos 14 días atrás, a partir del momento en que el paciente comenzó con síntomas. ¿Por qué ese tiempo? Ese es el lapso aproximado en que el nuevo coronavirus se desarrolla dentro del cuerpo antes de que se manifiesten los primeros síntomas, y científicamente está comprobado que el virus es contagioso aún en período de incubación.

Generalmente, dice el epidemiólogo Hebert Ralda, los virus tienen un proceso de desarrollo corto, puede ser de horas o de un día, para que los síntomas se presenten y darse la transmisión entre personas.

Sin embargo, con el covid-19 es distinto porque pueden pasar días sin que la persona sepa que está infectada y diseminar el virus a otros sin saberlo. Eso es lo que ocasiona el crecimiento exponencial de casos. Al punto que el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha dicho que en los próximos días habrá un millón de contagiados y 50 mil muertos en el mundo.

El director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, mostró su preocupación por la rápida escalonada de muertes en el mundo, a causa del covid-19. (Foto Prensa Libre: AFP)

Este microorganismo tiene la capacidad de vivir más tiempo en la superficie de objetos y se contagia a través de gotas de saliva que diseminamos cuando hablamos, tosemos o estornudamos, lo que hace más rápida su propagación.

Cuando ocurre el primer contagio en un país, se debe actuar rápido y cercar al virus. Es una carrera contra reloj para frenar la reproducción de infectados.

El covid-19 no surgió en Guatemala, así que los primeros casos que se reportaron se clasificaron como “importados”, eran personas que se contagiaron fuera del país. Por eso, era necesario cerrar fronteras y establecer controles en los aeropuertos, así como el distanciamiento social.

“Estas son medidas que mientras más rápido se tomen, más rápido se logra hacer un cerco al virus para evitar que se siga transmitiendo de persona a persona”, dice Arturo Sánchez López, médico epidemiólogo.

Trabajo de detective

Cuando se reporta un caso sospechoso comienza el trabajo detectivesco. Los equipos de Salud deben moverse de inmediato para perseguir a este enemigo microscópico, conocido como covid-19, antes de que pase a otro individuo.

El interrogatorio comienza: ¿Viajó a algún país donde se hayan reportado casos de covid-19? ¿Tuvo contacto con alguien que haya viajado a países en riesgo de contagio? ¿Tuvo contacto con alguna persona que ha dado positivo al virus? ¿Con quienes ha estado en los últimos días? ¿En qué lugares ha estado? Son preguntas que el caso sospechoso debe responder para dar pistas y así comenzar con la caza del virus.

Dicha información permite hacer un estudio de contactos, y rastrear a todas las personas que estuvieron relación con el caso índice y que pudieron infectarse.

Encontrar a las personas que han estado en contacto con los casos sospechosos de coronavirus es vital para acorralar al virus. (Foto Prensa Libre: AFP)

Moverse rápido es fundamental para evitar el contagio comunitario, el más peligroso. Acá se cataloga a los infectados que no tienen ningún nexo epidemiológico con un caso importado y o uno secundario.

Ese fue el trabajo que hacen los equipos médicos en Singapur en un tiempo récord de dos horas, por lo hoy el número de contagios en el país asiático es mucho menor, comparado con las desbordantes cifras que se reportan en ciudades de Europa o Estados Unidos.

“Si detecto un caso con síntomas, este por lo menos tiene entre cinco y 14 días de estar contagiando a otras personas. Al detectarlo, inmediatamente hay que buscar a los contactos”, dice Sánchez López.

Se presupone que cada paciente infecta a dos, estos dos a cuatro, estos a ocho, y así sucesivamente, es por eso que el covid-19 se disemina tan rápido, su nivel de infecciosidad es mucho más alto que otros virus que hayamos visto.

Pero no se trata solo de localizar los casos, en Singapur también ayudó el hacer pruebas a todos los sospechosos, y someterlos a cuarentenas obligatorias para cercar al virus.

Toda persona que tenga síntomas o se encasille dentro de la definición de caso sospechoso debe pasar por la prueba de hisopado, porque hay una alta probabilidad de que sea un caso positivo. Mientras que los asintomáticos deben estar en cuarentena.

El presidente Alejandro Giammattei indicó el miércoles último que en Guatemala hay alrededor de 2 mil 500 personas aisladas en sus casas.

“Si el país tuviera los recursos, lo ideal es que a la totalidad de pacientes se les haga un hisopado, pero como no los hay, lo que se hace es someterlos a cuarentena, esperar un mínimo de 14 días y un máximo de 28 para ver si presentan algún grado de sintomatología, o, por lo menos, atenuar ese período de infecciosidad que tiene el virus”, señala Sánchez López.

De acuerdo con José Carlos Monzón Fuentes, director del Instituto de Investigación de Ciencias de la Salud de la Universidad Rafael Landívar, previo a la prueba del covid-19 al paciente se le realiza una “batería de exámenes” para descartar otro tipo de procesos virales, como la Influenza.

El presidente Alejandro Giammattei indicó que Guatemala tendrá 37 mil 500 pruebas para detectar el virus. (Foto Prensa Libre: EFE)

Cadena de contagios

El 13 de marzo pasado se reportó el primer caso de covid-19 en Guatemala. Se trataba de un guatemalteco de 27 años que provino de España, viajó en un vuelo que hizo escala en Bogotá, Colombia, y en San Salvador, El Salvador. A su arribo al país presentaba síntomas y fue trasladado al Hospital de Villa Nueva, donde inicialmente se trataba a estos pacientes.

“En este caso, la totalidad de personas que iban en el avión tuvo que haber sido metida en cuarentena y estudiada, lo cual no se hizo. Hubo gente que no se logró localizar, otros que no colaboraron, y esos son casos índices, que si lograron ser infectados en el avión, obviamente van a trasladar el virus, y así es como comienza a multiplicarse”, refiere Sánchez López.

Hay otro caso, que se ha dado a conocer como el número 2, originario de San Pedro Sacatepéquez. El paciente falleció, pero este tiene conexión con otras 16 personas infectadas, que actualmente están hospitalizadas.

Esos nexos son los que se tienen que establecer para identificar a los individuos contagiados para encuarentenarlos y cercar a la enfermedad lo más pronto posible. Solo así, se puede proteger al resto de la población.

El trabajo acá, sin duda, continuará para seguir la huella del virus y encontrar qué otras personas tuvieron contacto con estos pacientes.  Hay que aislarlos y garantizar que cumplan con esta medida, y el personal de salud debe encargarse de supervisarlo.

Lo que el Ministerio de Salud debe hacer, sugieren los expertos, es entrenar a personal voluntario para hacer este trabajo. No necesariamente el médico debe ir a la casa de los pacientes, sino que el monitoreo lo puede hacer personal voluntario bien entrenado, para verificar si hay pacientes con síntomas.

Después de tener al paciente en cuarentena y haber hecho ese cerco epidemiológico en la familia, el último paso, según Sánchez, es esperar un período de 28 días para asegurar que esas personas no transmitirán el virus a otras, pues científicamente se ha comprobado que el contagio puede darse aún después de la recuperación. En Guatemala, según reporte del Ministerio de Salud, ya hay 12 personas que ya volvieron a sus casas, pues las últimas pruebas practicadas dieron negativo.

En Singapur ocurrió algo más que seguir la cadena de contactos de los casos sospechosos: la información de dónde vivían, trabajaban y los lugares que frecuentaban los pacientes infectados se divulgó por redes sociales con el fin de que los ciudadanos se protegieran. El resultado ha sido positivo.

Ralda menciona que es importante educar a la población para que identifique los síntomas del virus en su cuerpo, y de tener alguno, por iniciativa propia que se aíslen, y solo si el cuadro se complica acudir a los servicios de salud.

“Tenemos que aprender de la experiencia de otros países, donde llegó demasiada gente con síntomas respiratorios del covid-19, pero que no eran graves. Ellos demandaron atención e impidieron que esta se diera a los que realmente la necesitaban”, agrega el epidemiólogo, que hizo frente a la epidemia del H5 N1 (2009) en el país.

Medidas más drásticas

En la segunda fase de la contención del virus se pasa a medidas más drásticas, dice Sánchez, no solo es la cuarentena obligatoria de los casos sospechosos y la hospitalización de los pacientes positivos graves, hay que evitar la movilización ciudadana, el distanciamiento social meticuloso. Acciones que están tomando la mayoría de los países, y Guatemala no es la excepción.

En el territorio nacional, el presidente Alejandro Giammattei decretó toque de queda desde el pasado 22 de marzo, medida que se extendió hasta el 12 de abril para restringir la movilidad de los guatemaltecos y con ellos evitar que el virus se disperse.

Toque de queda se extendió como una medida para evitar el contagio del virus entre los guatemaltecos. (Foto Prensa Libre: Esbin García)

“El toque de queda es a partir de las cuatro de la tarde, pero si las cosas en el país comenzaran a subir de tono, esas horas de cuarentena tendrán que ampliarse hasta las 24 horas, eso es para obligar a la gente a que esté confinada en su vivienda. Si no, vamos a colapsar”, asegura Sánchez.

Mientras que Ralda menciona: “No estamos ni siquiera dentro del período de mayor riesgo, solo llevamos como 20 días, y el problema fuerte en otros países se está dando cerca del día 40, ya cuando está instalado el virus en un país, y hay transmisión autóctona, ese es el período álgido”.

Con estas medidas de restricción lo que se busca es ralentizar la propagación del covid-19 en el territorio guatemalteco para que el sistema de salud no colapse.

“Que la gente no vaya a tener la falsa expectativa de que después de estos días (el toque de queda) ya todo paso, y vamos a salir a la calle a abrazarnos. Eso no es cierto”, agrega Ralda, pues el covid-19 ha sido capaz de quebrar sistemas de salud de países desarrollados, y la limitada capacidad de respuesta de la infraestructura sanitaria de Guatemala puede disminuir la eficiencia de respuesta ante brotes masivos de la enfermedad.

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