El miedo podría ser el virus más contagioso entre el grupo; miedo a infectarse, miedo a ser los responsables de transmitir la enfermedad a familiares y amigos, miedo al estigma y a la discriminación por su profesión.
Ese mismo temor es el que ha llevado a muchos a aislarse de su entorno. Han dejado pareja, padres, hermanos, para vivir solos y evitar cualquier contacto con ellos, dice el médico Enrique Mendoza, director del Centro Integral de Salud Mental del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS), que ha identificado varios de estos casos dentro de la institución.
De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), las estrictas medidas de bioseguridad que debe seguir el personal sanitario para no infectarse también impactan en su bienestar mental y psicosocial, pues deben llevar equipo de protección que requiere de un esfuerzo físico, pero que también les dificulta atender con libertad a los enfermos; el contacto físico se perdió y solo se ven detrás de mascarillas que no muestran ninguna emoción.
Otra de las situaciones a las que se enfrentan y llevan a un desgaste en la salud emocional del personal es la mayor demanda en el entorno laboral, las jornadas son más largas y el número de pacientes que deben atender es mayor. No hay tiempo para el descanso. La aparición del síndrome de Burnout, también llamado “síndrome del trabajador quemado”, es inevitable.
De acuerdo con la OPS, la angustia, la ansiedad y la depresión prolongadas pueden contribuir a problemas de salud física y a la aparición de enfermedades crónicas a largo plazo.
Además, existe el riesgo de que las personas desarrollen conductas poco saludables para hacer frente a los factores estresantes relacionados con el covid-19, como el consumo de alcohol, drogas o pasar más tiempo en conductas potencialmente adictivas como el juego y las apuestas, comportamiento que aumenta el riesgo de sufrir problemas de salud mental y del uso de sustancias.
También puede exponerlos a un mayor riesgo de autolesión o suicidio, un extremo que más de mil especialistas en salud mental de Latinoamérica y España alertaron el pasado viernes durante el foro Salud mental en tiempos de pandemia.
Dichos trastornos son la tormenta perfecta para lo que los expertos vislumbran será “la próxima ola de la pandemia”, según el psiquiatra brasileño Humberto Corrêa, presidente de la Asociación Brasileña de Estudios y Prevención del Suicidio (ABEPS).
Por lo que llamó a dar atención a las poblaciones más vulnerables a estos trastornos en el contexto de la pandemia, como lo son los adultos mayores, pero también los trabajadores sanitarios.
Aunque la pandemia del covid-19 es una crisis de salud física, el impacto de la salud mental es significativo en las personas y podría generar una epidemia que requerirá intervenciones terapéuticas.
“El personal sanitario que está al frente, viendo a pacientes en intensivo, ¡por supuesto que van a tener algún grado de afectación en su salud mental! El diagnóstico que pensaría para ellos es síndrome de estrés postraumático, es gente que posterior a toda esta situación debería de iniciar un tratamiento de salud mental”, indica Mendoza.
Fuertes en la crisis
Si bien estudios desarrollados en países como China e Italia señalan que el personal que está en la línea de respuesta al covid-29 presenta problemas de depresión, ansiedad, insomnio y angustia, estas investigaciones también ponen en relieve que los proveedores de servicios de salud han demostrado una gran fortaleza y resistencia ante diversos retos.
“Algunos pueden tener experiencias positivas, como el orgullo de encontrar formas de hacer frente a los problemas y la capacidad de recuperación. Frente a las emergencias, los miembros de la comunidad suelen mostrar gran altruismo y cooperación, y las personas pueden experimentar una gran satisfacción al ayudar a los demás”, señala la OPS.
Intervención a tiempo
El personal sanitario que atiende pacientes con covid-19 debe estar emocionalmente estable, tener una salud mental equilibrada para poder continuar con su labor, menciona Mendoza, y por esa razón desde un mes atrás el centro a su cargo lleva a cabo el programa Terapia de Grupo Comunitario con médicos residentes de distintas áreas del IGSS, para ayudarlos a sobrellevar la carga emocional que genera la pandemia.
“Se busca que puedan exteriorizar sus sentimientos, hacer catarsis de lo que están sintiendo y como segundo objetivo es poder identificar a quienes tengan una afectación más fuerte, y ofrecerle una intervención personalizada”, menciona el psiquiatra.
En estas sesiones, cuando el hielo se rompe y los médicos se animan a verbalizar sus sentimientos, Mendoza ha detectado como sintomatología principal en ellos: ansiedad, depresión e insomnio. “Están muy afectados”, dice.
Las reuniones se realizan de manera virtual, para guardar las medidas de distanciamiento social, pero también para que los médicos no tengan problemas de movilidad. Al principio se hacían tres veces por semana, pero debido a que la participación de los facultativos aumentó, se harán a diario.
A cada sesión asisten entre 10 y 15 personas para que todos puedan participar.
Para el personal de Salud
La OPS da algunas recomendaciones a los equipos de salud que están en la primera línea del covid-19, para evitar los efectos negativos de la pandemia:
- Recuerde que el estrés y los sentimientos que lo acompañan no son reflejo de que no puede hacer su trabajo o de que sea débil.
- Tender su salud mental y su bienestar en estos momentos es tan importante como cuidar su salud física.
- Esta no es una carrera de velocidad, es una maratón a largo plazo, por ello, procure descansar, tener una alimentación saludable, haga actividad física, evite tabaco, alcohol y cualquier otra sustancia dañina.
- Recuerde y ponga en práctica las estrategias que en otras ocasiones le han ayudado a manejar el estrés.
- Mantenga la comunicación con sus seres queridos.
- Comuníquese y apóyese en sus compañeros.
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