El jefe de la Coprecovid, quien dijo sentirse “cada vez más recuperado” luego de haber dado positivo a covid-19, brindó una entrevista a La Red, donde habló de la situación que atraviesa Guatemala, así como sobre la nueva cepa del virus que afecta al Reino Unido.
Usted lo ha escrito: la segunda ola ya está aquí. ¿En qué nos basamos para afirmarlo y qué información podemos tener de lo que usted ha publicado?
Hay varios indicadores que hemos estado monitoreando. Uno es el número de casos que hemos estado teniendo, el número de contagios y positividad. Todo nos muestra que hay una escalada que veníamos observando, más o menos, hace dos semanas. Habíamos puesto ya la alerta hace dos semanas con la ministra -de Salud-, con respecto al aumento de la ocupación hospitalaria sobre estado de casos severos que necesitan cuidado intensivos en los hospitales temporales.
Este fin de semana, por ejemplo, la ocupación de los hospitales temporales en casos serios está alrededor del 70 por ciento. Ese es el nivel más alto que hemos tenido desde que descendimos de la primera ola en agosto, lo cual nos amplifica que este contagio está existiendo. Cada uno de nosotros es una razón para demostrar que el contagio comunitario está muy activo, obviamente, porque hemos disminuido las medidas como población. Hay menos uso de mascarilla.
Lo que trazamos es que, más o menos, hay un 10 por ciento menos de personas usando mascarilla, en promedio. Mucha gente está asistiendo a eventos públicos que sabemos que son un foco de contagio muy alto y eso que no hemos ni siquiera reabierto escuelas y que creo que se tendrá que posponer basado en esta segunda ola que se avecina.
Doctor, este momento es una situación difícil de atender porque vamos a las fiestas de fin de año donde hay muchas reuniones familiares. ¿Cuáles serían las primeras recomendaciones para los guatemaltecos en este momento donde se podría estar oficializando ya la segunda ola de contagios?
Tengo que ser enfático. Hasta hace poco estábamos tratando de apelar a que redujéramos ese proceso. Yo diría, si usted realmente quiere proteger a sus familiares y a sus amigos, absténgase por completo de ir a reuniones en lo que queda del año. No hay porqué vamos a causar una ola muy grande que nos puede llevar a restricciones más importantes si seguimos en este proceso. Cada vez tenemos más datos de lo que funciona y lo que no funciona. Claramente no vamos a regresar a los confinamientos y proceso que tuvimos al inicio de la epidemia porque hemos aprendido mucho.
¿Qué es lo que hoy sabemos que aumenta la reproducción de este virus? Los eventos públicos son número 1. Cuando hablo de eventos públicos hablo de cualquier evento donde usted esté en contacto social con alguien que no es su burbuja. Eso significa asistencia a cualquier fiesta, cualquier bar, inclusive a fiestas en restaurantes, todo lo que signifique ir a eventos públicos donde usted está en un área de juegos, en un área de convivios, todo eso se convierte inmediatamente en un foco de supercontagio y en un foco de riesgo para todos.
¿De dónde están ustedes obteniendo el dato para hablar de que se ha bajado la guardia, de que el uso de la mascarilla ha disminuido en un 10 por ciento? ¿Existe la posibilidad de que este porcentaje sea mayor tomando en cuenta que hemos visto muchas fotografías no solo de eventos masivos sino de gente sin mascarilla en este tipo de eventos?
Claro que sí. El hecho de que tengamos un monitoreo a través del Instituto Nacional de Estadística de un uso de mascarilla indirecto, no quiere decir que en algunas poblaciones esto sea todavía mucho más serio. La ministra -de Salud- lo dijo claramente, nos preocupaba mucho los eventos, por ejemplo en Ayutla, donde hubo desfiles sin mascarilla. Nos preocupa mucho los aspectos de otras municipalidades donde autorizaron eventos de fin de año y que claramente no se está haciendo lo que se debe de hacer para prevenir este virus. Sabemos que mucha de la población guatemalteca está tratando de protegerse pero es claro que mientras exista este contagio comunitario activo va a ser casi imposible que bajemos la guardia sin provocar lo que estamos viendo en este momento.
¿El semáforo epidemiológico está diseñado para soportar una segunda ola?
Tenemos que entender que el semáforo no tiene como objetivo soportar o no el proceso. El semáforo es un indicador de lo que usted debe hacer, dependiendo el momento en el que se encuentre la epidemia. Si usted está en alerta roja, sus restricciones a nivel personal, como organización o institucional deberán ser más estrictas.
Lo que hemos notado es que en algunos lugares las personas hacen mucho caso al semáforo. Aquellos municipios que han logrado mantener esas restricciones bien, han logrado contener el proceso.
Yo, por ejemplo, celebro mucho que el alcalde de Antigua Guatemala claramente viendo que se movió de un naranja a un rojo, restringió mucho los eventos que se habían planeado, inclusive limitó algunos eventos públicos durante toda esta temporada, permitiéndole proteger a su población. Por otro lado, existen alcaldes y autoridades en algunos lugares donde pareciera ser que no comprenden que moverse de anaranjado a rojo, significa que tienen que ser más estrictos en las regulaciones de su municipio.
Usted mencionaba en su tuit: “necesitaremos más límites pronto”, ¿esto se puede referir a acciones como, por ejemplo, retomar toques de queda o situaciones que se han dado en lugares como Europa para poder contender la segunda ola de covid-19?
Creo que el Ejecutivo tiene la obligación de proteger a la población. La población, claramente, necesita en algunos momentos más guía y restricción si las cuestiones están saliéndose de la mano. Debemos proteger al sistema de salud y estar seguros de que podemos salvar a cuanto guatemalteco podamos. Por tanto, existe un abanico de límites que se pueden poner. Por eso mencionaba lo que ya sabemos y conocemos hoy por hoy. Sabemos que los eventos públicos son, tal vez, el foco de contagio más importante. Eso quiere decir que tal vez no le limitemos su movilidad por la noche, pero sí el derecho de que usted pueda asistir a un evento público. Probablemente podamos restringir aún más la ley seca y tener algunas actividades específicas que nos hagan que la población no tenga la tentación de acercarse a estos procesos.
Bueno acá vamos #Guatemala, la segunda ola #COVID19 esta acá, y las predicciones del @IHME_UW vaticinan que tendremos un inicio del 2021 muy difícil. Hemos bajado la guardia, uso de #mascarilla ha disminuido 5-10%, eventos públicos innecesarios. Necesitaremos más limites pronto pic.twitter.com/6eKYAXKQYw
— Dr. Edwin Asturias (@easturia) December 21, 2020
Boris Johnson ha convocado a una conferencia de prensa para las próximas horas, Nayib Bukele tomó la decisión de prohibir los vuelos de Reino Unido y Sudáfrica hacia El Salvador, por la nueva cepa del coronavirus. ¿Qué información tienen ustedes de la nueva cepa del covid-19? ¿Qué sabemos de esta y qué decisiones se pueden tomar como país por esta situación que se está presentando en el Reino Unido?
Los virus como este coronvirus son altamente mutantes, esto no es fuera de lo esperable. Esta es una cepa nueva, una variante. El virus sigue siendo el mismo pero la variante tiene algunas mutaciones que ha hecho que sea mucho más estable. Eso significa que es mucho mejor para acoplarse al sistema del cuerpo y se transmite con más eficiencia. Todavía hay bastantes datos científicos que se necesitan para ver las consecuencias como tal. Por ahorita, ninguna de las mutaciones que se han visto pareciera impactar el hecho de que vamos a poder prevenirlo con la vacuna.
La primera cepa se identificó en septiembre, o sea que ha estado circulando durante dos meses. Yo soy un poco escéptico de que las restricciones de vuelos de Inglaterra vayan a limitar el movimiento de esta cepa. Aún cuando comenzó el covid-19 vimos que las restricciones de vuelos evitaron muy poco que el virus se transmitiera de persona a persona y de que le diera la vuelta al mundo en cuestión de seis a ocho semanas. Yo creo que a veces las restricciones de vuelos son un evento para dar la sensación de que estamos haciendo algo, pero al final del día es realmente tratar de diagnosticar la mayoría de cantidad de casos, tratar de usar la mascarilla y tratar de evitar el contagio en la comunidad, lo que nos va a llevar a que podamos tener una buena defensa en contra de este virus.
¿Cómo describiría la enfermedad después de que usted ha sentido qué es tener covid-19? ¿Qué le diría a la población?
Es una enfermedad que si uno está joven, probablemente no sea muy seria. Pero si usted comienza a ser como yo que tiene pasados los 50 años, su riesgo comienza a ser mayor. Hubo un momento dentro de la enfermedad, siendo yo infectólogó y médico, en que podía pensar en todas las posibles consecuencias que podía traerme en cualquier momento el virus.
Es un virus que uno aprende a tenerle respeto. Yo le he tenido respeto todo este tiempo, más ahora que estuve enfermo, asilado y que me hizo sentir que en cualquier momento podía a travesar un camino distinto. Gracias a Dios hoy sabemos cómo manejarlo un poco mejor. Aún así, cuando uno tiene esta enfermedad, tiene que monitorearse muy de cerca, estar atento a todos sus síntomas. En el momento que usted sienta que sus síntomas se están yendo por el camino incorrecto, atenderse rápidamente. Si lo manejamos temprano es posible que podamos ayudarlo a sobrevivir.
Es un virus que produce bastante inflamación en el cuerpo y por tanto uno siente el cansancio. Uno sabe que está combatiendo una infección importante y el cuerpo lo siente y se lo dice. Uno tiene que tomar la mejor actitud al respecto y tratar de cuidarse.
¿Podemos oficializar que estamos en una segunda ola?
La emergencia continúa. Nosotros no hemos dejado de decir que esta es una emergencia nacional. Es claro que vamos a estar viendo esa segunda ola. Qué tan intensa vaya a ser, va a depender mucho de lo hagamos en estos días como población y como sociedad. Esperemos que no crezca tan vaticinada como la tiene la Universidad de Washington, que pareciera ser que el número de infecciones va a ser tan intenso como lo que vimos en junio y julio. Si vemos lo que está sufriendo Panamá en estos momentos y otros países, no hay duda que cuando ese contagio exponencial empieza a ocurrir entre personas es muy difícil pararlo, a menos de que limitemos nuestra interactividad y nos pongamos nuestra mascarilla y la usamos como escudo protector.