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Las fallas que hacen lenta la vacunación contra el covid-19 en Guatemala

Lento, desordenado y con vacunas a cuentagotas, así ha sido la inmunización contra el covid-19 en el país, y no se vislumbra un cambio en el proceso que lleva tres meses, mientras que la población urge que la vacuna llegue a todos.

La vacunación se ha visto afectada por la falta de vacunas, pero también porque muchas personas no quieren vacunarse. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

La vacunación se ha visto afectada por la falta de vacunas, pero también porque muchas personas no quieren vacunarse. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

La primera dosis se colocó el pasado 25 de febrero y, desde entonces, solo se ha vacunado con el esquema completo al 0.02 por ciento del total de población que el Ministerio de Salud estableció como meta para proteger contra el coronavirus, es decir, 10.5 millones de guatemaltecos.

Pero aquella primera vacuna que se administró fue donada -por Israel-, ya que los procesos de negociación por parte de Guatemala para comprar dosis comenzaron de manera tardía y sin mayores resultados. Pese a tener Q1 mil 500 millones, las compras se han realizado únicamente a través del mecanismo Covax -Astrazeneca- y del contrato con Human Vaccine LLC -Sputnik-, pues la demanda por el biológico es alta e inició meses atrás, los países con más habilidad para negociar se pusieron al frente de la fila, nosotros estamos al final.

Guatemala no tiene garantizado un abastecimiento de vacunas que permita inmunizar a la población este año. Han ingresado 708 mil 200 dosis, son pocas, pero en tres meses no se ha aplicado ni la mitad.

Las fallas en el sistema informático es una de las razones del retraso y del desorden en el registro de vacunados, que no ha facilitado el proceso de inscripción de personas ni ha permitido un apunte de quienes ya tienen la primera dosis. Las autoridades de Salud han reconocido que unos 30 mil guatemaltecos inmunizados no figuran en el sistema.

De acuerdo con Zulma Calderón, defensora de la Salud de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH), el sistema informático tuvo que desarrollarse de la mano del Plan Nacional de Vacunación, el cual se aprobó en enero, pero, comenzó a funcionar tan solo días antes de iniciar con la vacunación al personal de Salud y lo hizo con serias deficiencias, al punto que fue necesario hacer el registro de manera manual, lo que llevó a cuestionar la transparencia del proceso, uno en el que también se han perdido dosis, pues en el Hospital General San Juan de Dios se reportó el robo de un frasco.

Cambios sobre la marcha

El Ministerio de Salud anunció que la inmunización sería por fases, primero el personal sanitario que está en primera línea de atención a pacientes covid-19 (Fase 1), y luego avanzar al resto de trabajadores del área de Salud, para más adelante alcanzar a los adultos mayores de 70 años, con el fin de disminuir la mortalidad y la carga de enfermedad severa.

La intención era avanzar en el plan de vacunación tras terminar cada fase, pero, se inició la Fase 2 sin concluir la inmunización del personal de Salud -falta el 90%-. Gran cantidad de los mayores de 70 años no han recibido la primera dosis, y ya se abrió una fase que no figuraba en el plan: los mayores de 65 años.

Sin que la cantidad de personas vacunadas avance, la ministra de Salud, Amelia Flores, ya anunció dos fases más, la de quienes tienen comorbilidades, y la de los mayores de 60 años, pero no hay claridad de cómo será su inscripción.

Con cambios sobre la marcha, la información oficial es escueta y poco clara, y ha confundido a la población. Varias veces los guatemaltecos han acudido a los puestos de vacunación con la esperanza de ser inmunizados contra el covid-19, pero al llegar se topan con que no es su turno o bien no hay vacunas o las filas son interminables.

“El ritmo de vacunación es muy lento en la actualidad y se evidencia con las bajas coberturas alcanzadas, en parte porque no está enfocada a la gran mayoría de la población sino va más a quienes tiene acceso a internet, personas que viven en áreas urbanas, educadas o que está más informadas”, señala la médico Nancy Sandoval, presidente de la Asociación Guatemalteca de Enfermedades Infecciosas (AGEI).

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Ese es otro punto, la conectividad, desde el comienzo se habilitó el sitio web vacuna.gob.gt para que las personas se inscribieran, pero solo tres de cada diez guatemaltecos tienen acceso a internet, según el Censo Poblacional 2018, con lo que la vacunación estaría fuera del alcance de gran parte de la población, principalmente de quienes viven en zonas rurales, allí está el 60 por ciento de las personas.

¿Proceso discriminativo?

No solo es el acceso a internet, también los puestos de vacunación están focalizados en las áreas urbanas, por lo que, a criterio de Calderón, “la vacunación sigue teniendo un enfoque urbano y discriminativo desde cualquier punto de vista”. También hay que considerar que aún hay población que no sabe leer ni escribir, y que no hablan español.

Los lugares para vacunar a los guatemaltecos se habilitaron según la cantidad de personas registradas, y al ser las áreas urbanas las que mayor facilidad de conectividad tienen, es allí donde se ubicaron los puestos.

Seis de cada diez guatemaltecos mayores de 70 años viven en el área rural de acuerdo con el Censo Poblacional 2018, pero la vacuna contra el covid-19 no ha llegado a ellos. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Mientras que la PDH también constató que las personas tienen que desplazarse hasta 50 km para llegar a los centros de vacunación; no hay congruencia geográfica entre el lugar en que residen y el sitio donde se les asigna vacunarse.

“La logística para la administración de la vacuna tendría que rediseñarse”, dice Claudia García, Química Farmacéutica y Secretaria de la Junta Directiva del Colegio Farmacéuticos y Químicos de Guatemala.

Lo cual pasaría por tener un sitio de internet más amigable para la inscripción, habilitar otras vías de registro, pero también acercar la vacunación a la población, especialmente a los que tienen dificultad para movilizarse.

Tarea recae en pocas manos

Pese a que en el Decreto 1-2021 el Ministerio de Salud tenía abierta la posibilidad de contratar recurso humano para la vacunación contra el covid-19, hasta ahora es el personal de los centros de salud el que realiza dicha labor, por lo que sus funciones se duplican.

Esto lleva a un descuido de los programas que se manejan en el segundo nivel de atención, ya que ahora el personal está mermado. En el puesto de vacunación que se habilitó en la Universidad Rafael Landívar, por ejemplo, son trabajadores del centro de salud de la zona 5 los que están a cargo.

La falta de personal también obliga a que los puestos tengan un horario limitado, de lunes a viernes, de 8 a 14 horas. Cuando deberían estar abiertos los siete días de la semana y si fuera posible hasta horas de la noche, para atender a quienes laboran durante el día.

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En el personal de los puestos y centros de salud también recae la campaña de promoción, pues por ahora el Ministerio de Salud no tiene un plan agresivo para informar a la población sobre la vacunación y los beneficios que esta tiene para su salud y el freno de la pandemia. En las áreas rurales el silencio es mayor, lo que es lamentable, porque es allí donde se encuentra la mayoría de la población que está en riesgo de enfermar de gravedad, dice la presidenta de la AGEI.

García señala que la campaña de comunicación no es lo suficientemente fuerte y amplia para informar adecuadamente a la población y convencerla de registrase y recibir la vacuna. “Vemos que los puestos están vacíos y se debe a que la gente no cree en los mensajes que difunden el Ministerio y el Gobierno”, dice.

Para Sandoval es un buen ejercicio analizar si la baja respuesta hacia la aceptación de la vacuna está relacionada con la forma engorrosa o inaccesible de registrarse, tomando en cuenta factores determinantes, ambientales y culturales, y así reformular otras estrategias.

“El indicador más claro de que nuestro proceso de vacunación es fallido son esos números, que no llegamos ni a 300 mil personas vacunadas de primera dosis”, agrega Calderón.

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Pese a que es parte del proceso de inmunización, la PDH ha verificado que después de la vacuna no se da el seguimiento apropiado a las personas. La información de efectos secundarios es escueta, y no se les proporciona ni un acetaminofén, en caso tengan fiebre o dolor.

Esa falta de acompañamiento también genera temor en la población sobre la eficacia de la vacuna. En las comunidades rurales muchos ancianos se rehúsan a ser inoculados, porque tienen miedo, y es para contrarrestar esos temores que se hace necesaria una campaña de divulgación con pertinencia cultural por parte del Ministerio de Salud.

Vienen vacunas y no hay cómo resguardarlas

Sandoval indica que el gran reto es lograr corregir el rezago en la vacunación y que esta sea masiva, pero para lograrlo se necesitan vacunas suficientes para avanzar en el Plan Nacional de Vacunación.

El país ha recibido 708 mil 200 dosis, de estas, 100 mil son de la vacuna Sputnik, y hasta hora se utilizan solo en los puestos de vacunación que cuentan con la logística para administrarla -universidades Rafael Landívar y San Carlos-, pues estas necesitan refrigeración especial, y el Ministerio de Salud no tiene el equipo suficiente para distribuirlas en los departamentos.

 

El Ministerio de Salud negoció la compra de 16 millones de dosis de la vacuna Sputnik, sin embargo, el país no tiene la capacidad para resguardarlas ni distribuirlas en los departamentos. (Foto Prensa Libre: MSPAS)

 

Si en este momento llegaran los 16 millones de dosis del biológico ruso que el país compró, no se tendría la capacidad para almacenarlas ni utilizarlas.

“Hay gente reclamando que vengan las vacunas Sputnik, pero no hay donde resguardarlas; se echarían a perder”, dice Calderón.

Esa es otra de las falencias en este proceso de vacunación, se compró una vacuna que el Sistema de Salud en estos momentos no puede resguardar ni manejar, hasta hace unos días que se capacitó al personal para que pudiera aplicarla.

“Ante esta deficiencia, es oportuno que el Ministerio y Gobierno apuesten por adquirir la vacuna de una sola dosis”, sugiere García.

Reacción: Sector privado ha ofrecido apoyo

El sector privado organizado ha tenido acercamientos con el Gobierno para agilizar el plan de vacunación. A través de reuniones privadas y comunicados públicos, la empresa privada asegura que cuenta con recursos y una plataforma estructurada para la distribución de vacunas entre los pobladores.

De acuerdo con Hermann Girón, presidente del Comité Coordinador de Asociaciones Comerciales, Industriales y Financieras (Cacif), han prestado colaboración al Gobierno durante la pandemia de covid-19.

“Esta colaboración va desde donaciones de aportes económicos y la colaboración en poner recursos médicos, equipamiento y logística a disposición en el inicio de la pandemia, pasando por colaborar con los esfuerzos de diagnóstico y pruebas de covid-19. Posteriormente, los laboratorios y hospitales privados, así como las aseguradoras privadas han brindado increíble apoyo a sus pacientes y asegurados, y en esta etapa que enfrentamos ahora seguimos activos”, aseguró.

Girón añadió que recientemente hicieron ofrecimientos al Ministerio de Salud como espacios privados para habilitar centros de vacunación.

“En un futuro cercano, al tener mayor disponibilidad de vacunas, estamos seguros de que este tipo de apoyo se ampliará a más ubicaciones”, dijo.

Afirmó que por la demanda social de vacunas, las autoridades de Salud deben revisar el plan de prioridades para atender a personas expuestas a mayor riesgo, derivado de condiciones médicas, aunque tengan menor edad.

El Cacif considera “prioritario atender a miembros del sector educativo y docente, por la gran importancia que tiene para las familias que los niños puedan volver a clases”.

La Cámara de Comercio Guatemalteco-Americana (Amcham) considera que el sector privado puede colaborar con el proceso de vacunación masiva a través de una “estrategia, en conjunto con el IGSS, para iniciar el proceso de vacunación de los afiliados a nivel nacional”.

“Recientemente, las Amcham de Centroamérica solicitamos donaciones de vacunas contra el covid-19 a la administración de Joe Biden, ya que se anunció el apoyo con dosis a México y Canadá, y sabemos que lograr la vacunación al mayor número de la población ayudaría a levantar económicamente al país”, explicó la entidad.

Amcham considera que el sector privado cuenta con una estructura logística con la que pueden trabajar con el Seguro Social para contribuir en la inoculación del “sector productivo del país”.

Reconoce como una manera exitosa de trabajar en conjunto el uso de centros como la Universidad Rafael Landívar y la Explanada de Cayalá.

“Estos modelos podrían aplicarse en más empresas y organizaciones en la capital y en la provincia, para avanzar con las vacunación masiva. Debemos recordar que muchas empresas ya cuentan con el funcionamiento de clínicas médicas, por lo que es mucho más fácil coordinar jornadas de vacunación, no solo con sus colaboradores”, afirmó la Cámara.

Con información de Urías Gamarro

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