Comunitario

“Lo más dificultoso son los ríos”: pobladores narran lo complicado de evacuar ante una emergencia por el Volcán de Fuego

Ríos y ruta de terracería complicarían evacuación de comunidades en caso se registre una emergencia por el Volcán de Fuego.

Pobladores cruzan a pie el río Mineral debido a que no se puede cruzar en vehículo. (Foto Prensa Libre: Byron García)

Pobladores cruzan a pie el río Mineral debido a que no se puede cruzar en vehículo. (Foto Prensa Libre: Byron García)

Pese a que ha disminuido en las últimas horas la actividad eruptiva del Volcán de Fuego, las malas condiciones de los accesos hasta las comunidades, sumado al descenso de material volcánico cuando llueve, hacen complicado llevar a cabo una evacuación de ser necesaria.

Esta situación mantiene preocupados a vecinos de varias comunidades al suroeste del coloso y que fueron afectadas en los últimos días con la caída de ceniza.

En total son seis comunidades en el sector, siendo estas: Panimaché I y II, Morelia, Santa Sofía, Sangre de Cristo y El Porvenir, todas parte de Yepocapa, Chimaltenango.

Durante un recorrido llevado a cabo por un equipo periodístico de Guatevisión y Prensa Libre, se pudo evidenciar en estas comunidades dos áreas de salida ante una evacuación, por Santa Lucía Cotzumalguapa, Escuintla, o hacia el centro de Yepocapa.

Doce kilómetros

Si en caso de evacuación los pobladores deciden salir por Santa Lucía Cotzumalguapa, deben recorre 12 kilómetros de una ruta de terracería de un solo carril. El equipo periodístico recorrió el trayecto en 45 minutos aproximadamente por el estado en que se encuentra.

Situación complicada

La situación se complica si llueve, ya que con el descenso de lahares por el río Taniluyá se impide el paso por el lugar y los vehículos y personas deben esperar a que disminuya el caudal.

La otra salida es por el sector de Yepocapa, sin embargo, para llegar se deben atravesar los ríos Gobernador, Playa y Mineral.

El trayecto es rústico e irregular. Los vehículos tienen dificultad para cruzar los afluentes, y la situación se complica aún más cuando llueve debido al descenso de lahares.

En el río Gobernador se instaló días atrás un puente peatonal, elaborado con tablas y otros materiales, debido a que no se podía transitar.

Pobladores narran lo que viven

Rodolfo López es un hombre de 40 años, vive en la comunidad Sangre de Cristo, que es el sitio más cercano al Volcán de Fuego. Asegura que camina desde su hogar hasta El Porvenir cada dos días para llevar el maíz al molino.

Para llegar debe atravesar el río Mineral junto con su esposa, su hija y dos perros. Durante la jornada se le observó cruzar el afluente con dificultad.

“Es grave la situación, ahorita en el invierno uno tiene que ver los medios para pasarlo (el río) y traer la comida. Un día sí, un día no, cuando vamos a hacer la masa y a traer comestibles”, dijo López.

Para leer más: “Mire cómo está el volcán, papá”, la última charla de Concepción Hernández y su hijo

Santiago Meléndez, tiene 67 años, vive en la comunidad de Santa Sofía, asegura que para llegar a Yepocapa utiliza su vehículo doble tracción, aunque señaló que lo crítico es el problema de los ríos. Toda su vida ha vivido en el lugar y sus hijas tienen negocios en el sector.

“Lo más dificultoso son los ríos y estamos muy abandonados por parte de los alcaldes que prometen y no cumplen. Ustedes vieron el paso del río Gobernador, se tuvo que hacer un puente peatonal porque no se podía pasar”, dijo.

Mientras que en Panimaché I, pobladores recordaron que hace más de un año y medio decidieron usar un bus por la actividad del volcán, pero debido a la crecida del río Taniluyá se quedaron atrapados y debieron esperar en sus hogares.

Estado del coloso

Pese a la actividad eruptiva que incrementó desde la noche del miércoles, este viernes únicamente se escuchaban retumbos que generaba la vibración de algunos techos, sin embargo, el coloso permaneció cubierto por niebla durante todo el día.

Saraí Pérez, quien monitorea el volcán desde un observatorio en la comunidad de Panimaché I, expuso que únicamente está registrando entre cinco y 12 explosiones por hora, sin embargo, ya no hay flujos de lava.

Wosbelí Suárez, delegado de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) en Chimaltenango, informó que el jueves se hizo una verificación de los albergues para evaluar las condiciones de los mismos, para tenerlos preparados si es necesaria una evacuación.

“Es bastante complejo”

Sobre la condición de la ruta para una eventual evacuación respondió: “Es bastante complejo y se da en la mayoría de las comunidades cercanas al volcán, porque el acceso es bastante difícil. El sistema Conred funciona en todos los niveles y se han hecho coordinaciones con el Ministerio de Comunicaciones para la habilitación de pasos y el mantenimiento. Además, la coordinación público-privada con los ingenios para habilitar pasos”.

Regresaron tras la erupción

En junio del 2018, el Volcán de Fuego registró una erupción que dejó a cientos de fallecidos y desaparecidos en la comunidad de San Miguel Los Lotes. En ese entonces también se evacuó a personas de Panimaché y Morelia.

Sioraida Misa, nació en Panimaché I, pero tiene 22 años de vivir en Morelia, asegura que en su momento fue llevada a un albergue en Santa Lucía Cotzumalguapa junto con una sobrina, pero debió regresar debido a que la condición económica no le permite alquilar en otro lugar.

“Yo fui de las primeras que me fui, mi esposo no se fue. Nos volvimos a regresar nuevamente. Todo es comprado y alquilado y aquí no hay los medios para pagar un alquiler y trabajo seguro no hay”, dijo.

Fernando Hernández es padre de Sioraida, forma parte de la Coordinadora Local para la Reducción de Desastres (Colred) de Morelia. Expone que en el lugar hay instalado un sistema de altoparlantes a través del cual se informa a la población ante una eventual emergencia o evacuación.

Alma Santos tiene 40 años, toda su vida ha vivido en Panimaché I, y asegura que en su momento fue llevada a un albergue en Santa Lucía Cotzumalguapa pero debió regresar por sus “siembras, los animales, la casa y el terreno”.

Sobre si ha buscado irse de la comunidad expuso: “No podemos ir a alquilar, si nos dieran donde vivir sería magnífico, pero la mera verdad no se ha escuchado nada, eso es lo que nos tiene aquí”.

Cesa fase de actividad del coloso

El Volcán de Fuego, en el suroeste de Guatemala y cercano a la capital, finalizó este viernes 24 de septiembre una fuerte fase eruptiva que duró unas 32 horas, informó el Insivumeh, sin que se reporten daños personales.

“Los parámetros de monitoreo sísmico, acústico y de observación en campo han indicado que en las últimas horas esta actividad (eruptiva) se ha mantenido en un descenso progresivo, lo cual se traduce en una actividad efusiva baja”, informó Emilio Barrillas, portavoz del Insivumeh.

Para  ver más: Volcán de Fuego: Impresionantes imágenes del momento cuando el coloso hizo erupción (captadas desde el Acatenango)

Explicó que el coloso, de 3 mil 763 metros de altura y ubicado al suroeste de la capital, ha “reducido drásticamente” la expulsión de material volcánico y los flujos de lava “ya no siguen activos”.

“Estos cambios han sugerido dar por finalizada la actividad eruptiva del volcán de Fuego”, que inició la madrugada del jueves 23 de septiembre sin provocar evacuaciones preventivas a pesar de la lluvia de ceniza en varias comunidades en el flanco oeste, agregó el funcionario.

La nueva erupción del volcán, situado entre Escuintla, Sacatepéquez y Chimaltenango, fue una de las más fuertes registrada desde el 3 de junio de 2018, de acuerdo con el ente científico.

En esa fecha, una potente erupción provocó una avalancha que arrasó la comunidad San Miguel Los Lotes, Escuintla, y parte de una carretera en el poblado vecino de Alotenango, Sacatepéquez, dejando al menos 215 muertos y una cifra similar de desaparecidos.

Junto al volcán de Fuego, también están activos en Guatemala el Santiaguito (oeste) y el Pacaya (sur).

El volcán de Pacaya mantuvo en alerta a poblados cercanos entre febrero y abril pasado.

En aquella ocasión, ríos de lava se solidificaron a unos 450 metros de distancia de las primeras casas habitadas de las aldeas El Rodeo y El Patrocinio, donde los vecinos y las autoridades habían preparado planes de evacuación.