En pocos días estos vehículos de nuevo se incorporarán al tránsito con el inicio de las clases presenciales en los colegios privados, y con ello se avizora mayor congestionamiento tanto en las mañana como en las tardes.
Amílcar Montejo, director de comunicación de Emetra, refiere que en la metrópoli se sumarán al flujo vehicular 338 autobuses escolares que ya pasaron la inspección mecánica para garantizar que cumplan con las condiciones adecuadas para funcionar, que la tarjeta de operación y la de circulación de la unidad estén vigentes, que cuenten con la solvencia actualizada y que el piloto tenga el permiso para operar y licencia de conducir.
Esta revisión se hizo entre octubre y noviembre pasado y se reprogramó el control de 102 buses por problemas de pintura, tapicería de sillones y piso en malas condiciones. Hay 53 que no se presentaron y no dieron excusa alguna por no pasar la revisión.
Montejo considera que habrá menos buses escolares circulando que en los años previos a la pandemia, por lo menos en las primeras semanas de enero, y la razón es que por el incremento de casos covid-19 que pueda darse, los padres de familia se vean en la necesidad de trasladar a sus hijos en vehículos particulares para evitar contagios.
Roger Escalante, vocero de la Policía Municipal de Tránsito (PMT) de Mixco, también espera que haya menos de estos vehículos circulando, pone de ejemplo que hay colegios que antes prestaban el servicio con 10 buses y ahora solo cuentan con tres o dos para movilizar a los estudiantes.
“Esas personas que se trasladaban en los buses, en el 2023 lo harán en el transporte liviano y esto se va a reflejar en la vía pública”, señala Escalante, y el impacto de esta carga vehicular podría representar para los conductores unos 45 minutos más en el tráfico.
Agrega que de 450 de estos vehículos que tenían reportados previo a la pandemia solo se han registrado entre 150 a 200.
La PMT de Mixco verifica que los buses estén mecánicamente bien como que estén registrados en la municipalidad. Se continua con la revisión de los protocolos de bioseguridad en el interior de los vehículos, y conforme los lineamientos que el Ministerio de Salud pueda dar, se verificará que las unidades los cumplan.
En el municipio de Villa Nueva, al 5 de diciembre habían pasado por la revisión un total de 41 buses escolares, mientras que unos 200 vehículos estaban en procesos de aprobación. Será en enero cuando se tenga un número más real de la cantidad que transitará con permiso de la comuna.
“Se plantean estrategias en conjunto con PMT para darle fluidez al tráfico, que evidentemente será mayor con el inicio de las clases presenciales”, indica Byron Morataya, vocero de la Municipalidad de Villa Nueva.
Revisión
Cada bus y microbús escolar debe estar registrado en el municipio en donde está ubicado el colegio al que le prestará el servicio, pero pueden trasladarse a otras jurisdicciones.
Edgar Guerra, defensor de las Personas Usuarias del Transporte Público de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH), menciona que hicieron verificaciones de los operativos que las PMT realiza a los autobuses, y se observó varias anomalías.
Había vehículos que tenían problemas en los frenos, el sistema eléctrico y las llantas lisas, y que no contaban con monitor para atender a los estudiantes. De esa cuenta se les dio unas tres semanas para corregir esas fallas y que puedan pasar la revisión al comenzar el ciclo escolar 2023.
Menciona que en años anterior los padres de familia han presentado quejas por el incremento en las cuotas del transporte escolar, un punto que la PDH supervisa, como también que los pilotos y monitores tengan la constancia del Registro Nacional de Agresores Sexuales (Renas), y que se cumpla con las medidas de bioseguridad para el resguardo de la vida de los niños ante la amenaza del covid-19.
Crisis del transporte público
Tras sacar de circulación los “buses rojos” los ciudadanos tienen dificultades para movilizarse, pues no hay un transporte urbano público que cubra la demanda. Con el comienzo de las clases presenciales serán más las personas que necesiten el servicio.
Guerra calcula que entre el 30% y 40% de los pasajeros serán estudiantes. No todos tiene las posibilidades de pagar un servicio de bus escolar ni de taxis colectivos para trasladarse a los centros de estudio, por lo que las municipalidades deben atender esta necesidad lo antes posible y tomar en consideración la economía de los guatemaltecos.
“La mayoría de las personas no ha visualizado el impacto que se verá en enero. Es importante que empiecen a pensar qué harán cuando empiecen las clases, deben tomar en consideración la falta de autobuses urbanos y escolares”, dice Guerra.
Actualmente hay unos 950 autobuses urbanos en rutas que funcionan en el área de Guatemala, Mixco y Santa Catarina Pinula, cuando deberían de estar operando 3 mil 150 para cubrir la demanda.