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Los efectos emocionales, en la rutina y en el bolsillo por el aumento del 84% del parque vehicular en 10 años

Salir de madrugada rumbo al trabajo, al colegio o la universidad, y pasar horas en el tránsito es el calvario que los guatemaltecos vuelven a enfrentar este año, luego de tres que transcurrieron en medio de la pandemia.

La cantidad de vehículos que circulan en país aumentó en un 88.4% en una década, según el reporte de la SAT. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

La cantidad de vehículos que circulan en país aumentó en un 88.4% en una década, según el reporte de la SAT. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

El panorama es más agobiante que en los últimos tres años, pues la pandemia del covid-19 mantenía a los estudiantes a distancia y a buen número de empresas en teletrabajo. En el 2023 la presencialidad está de vuelta y con ella la carga vehicular.

Sin un trasporte colectivo que sea suficiente para trasladar a la población que requiere el servicio, quienes tienen un vehículo particular lo utilizan. El problema es que cada año se suman más automotores y el espacio para circular se hace insuficiente.

En los últimos 10 años el parque vehicular en Guatemala creció un 88.4 por ciento. De dos millones 562 mil 925 vehículos de todo tipo que transitaban en 2013, el reporte de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) indica que el año pasado cerró con cuatro millones 829 mil 864 automotores registrados.

La tendencia era que cada año se agregaban menos de 300 mil vehículos, pero a partir del 2020 ese número se superó, y el año pasado se sumaron 356 mil.

El registro de la SAT señala que en una década los carros incrementaron en un 42.2 por ciento. Mientras que las camionetas, camionetillas y tipo panel aumentaron en un 140 por ciento.

El parque vehicular está compuesto principalmente de motocicletas. En el 2013 se contaban 863 mil 991, para el año pasado la cantidad llegó a dos millones 190 mil 578 unidades, un incremento de 154 por ciento. En promedio, circulan 2.5 motos por cada vehículo particular en el país.

Mayor impacto en la capital

Cuatro de cada 10 vehículos que la SAT reportó al cierre del 2022 se encuentra en el departamento de Guatemala. Son dos millones los que allí se concentran, lo que explica el congestionamiento que a diario se observa en el área metropolitana.

Quetzaltenango es el segundo departamento donde circula la mayor cantidad de vehículos (6.8 por ciento), le sigue Escuintla (5.8 por ciento), San Marcos (4.8 por ciento) y completa el listado de cinco, Huehuetenango (3.8 por ciento).

Repercusiones en la ruta y el bolsillo

La carga vehicular obliga a las personas a salir más temprano de sus casas para trasladarse al trabajo o a los centros de estudio y en muchas ocasiones permanecer mucho tiempo en los embotellamientos. Esto no solo representa mayor tiempo invertido en el tránsito, sino también en combustible.

Hace una década el precio promedio del galón de gasolina regular al consumidor final era de Q33.40 —servicio completo—, según reporte de la Dirección General de Hidrocarburos del Ministerio de Energía y Minas. Para el 2022 incrementó a Q35.65. Es un aumento de más de Q2 que toca el bolsillo de los guatemaltecos, y entre más horas dentro del tráfico más combustible se consume.

El incremento del tráfico también obliga a los guatemaltecos a modificar su rutina. Amílcar Montejo, jefe de la Entidad Municipal Metropolitana Reguladora de Transporte y Tránsito (Emetra), señala que el tiempo en el tráfico este año en la ciudad aumentó unos 25 minutos y que, a partir de la segunda quincena de febrero se notará un impacto mayor en la vía pública, por el inicio de clases en el sector público.

Por ahora refiere que los horarios de mayor circulación vehicular en la ciudad son, de 6:30 a 8:30 horas, de 12:15 a 13:45 horas y de 17:00 a 19:00 horas. El mes próximo esto podría adelantarse de 30 minutos a una hora.

Luis Valladares, investigador del Centro de Estudios Urbanos y Regionales de la Universidad de San Carlos (Ceur), refiere que el parque vehicular ha crecido, en parte, porque no hay un trasporte colectivo público eficiente que permita a la población movilizarse. No hay suficientes unidades, no son seguras y hay cobros indebidos.  Entonces, las personas se ven obligadas a comprar un auto para trasladarse.

Por otro lado, dice que el aumento también obedece a las facilidades que da el Gobierno a través de la SAT para la compra de vehículos, como también para el ingreso de automóviles usados al país. Esto incentiva a las personas a adquirir uno.

“Una de las cuestiones que no se toma en cuenta es que el Gobierno central es uno de los ganadores de que haya un mayor parque vehicular, porque es a través de los impuestos de la gasolina y de las tarjetas de circulación que se hacen de fondos”, indica Valladares.

A más congestionamiento, mayor consumo de gasolina, y el más perjudicado es el guatemalteco, señala el entrevistado. De esa cuenta, “no se invierte en un transporte público masivo, sino que se dan facilidades para que se obtengan un vehículo”.

 

Las motocicletas son el vehículo que más utilizan los guatemaltecos para movilizarse. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

 

En busca de subsanar ese golpe al bolsillo, es que las motocicletas se han incrementado en las calles. Son un vehículo más económico y el consumo de combustible es menor, además que es más amigable con el espacio que se tiene para circular.

Sin embargo, Valladares es de la opinión de que se necesita “normar y endurecer las sanciones para que los motoristas no transgredan las leyes y no se pongan en peligro ellos ni al peatón”.

El Departamento de Tránsito de la Policía Nacional Civil reporta que cinco mil 68 motocicletas estuvieron involucradas en accidentes viales el año pasado. En esos hechos fallecieron mil 83 personas y cuatro mil 303 resultaron lesionadas.

Impacto emocional

El congestionamiento vial tiene serias repercusiones en la salud mental de la población. Rebeca Gaytán, del Departamento de Psicología del Hospital Roosevelt, indica que el tiempo que las personas pasan atascadas en el tráfico puede genera ansiedad e irritabilidad.

Además puede alterar los hábitos de sueño, de descanso, de alimentación y de recreación lo cual afecta su desempeño laboral.

La profesional agrega que en el caso de los niños que madrugan para viajar en bus, exponerse al tráfico puede disminuir su rendimiento académico, mostrarse irritables o violentos hacia sus maestros y compañeros.

La jornada se prolonga demasiado para un niño, sobre todo para los más pequeños. Pasar horas en el tráfico los cansan mucho, y ya no llegan con la misma disposición anímica a clases, les resta energía para empezar el día y realizar las actividades en el colegio”, remarca Gaytán.

Soluciones

Como una solución para reducir el congestionamiento vehicular y que las personas pasen menos horas atrapadas en este, el investigador del Ceur plantea en primer lugar la implementación de un transporte colectivo público eficiente.

Además, que las vías exclusivas también sean utilizadas por los buses escolares, esto evitará que los niños pasen horas en el tráfico y que lleguen a clases estresados y de mal humor.

Otra sugerencia es el involucramiento de la iniciativa privada para trasladar a sus empleados hasta los lugares de trabajo en microbuses o bien motivar el teletrabajo.

La PMT mantiene habilitados más de 27 carriles reversibles en la ciudad, que se trabajan en coordinación con las Municipalidades aledañas, se tienen más de 850 agentes para regular el tránsito, esto como una medida para que los vehículos circulen de manera ágil, según Montejo.

 

 

 

 

 

 

 

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