Julio Héctor Estrada, ministro de Finanzas, explicó que ya se empezó a descontar en algunos ministerios y a hacer ajustes en algunos procedimientos para implementarlo en forma gradual.
El funcionario destacó que aún así, esos descuentos no alcanzan para cubrir los aumentos que aprobó el Congreso.
“El sistema de clases pasivas del Estado ya opera con un déficit en el orden de los Q2 mil 400 millones. Eso quiere decir que lo que se cobra como contribuciones de los que están activos versus lo que se paga a los no activos no suma. El Estado toma de caja de impuestos y subsidia y compensa esos Q2 mil 400 millones”, añadió.
Agregó que preocupa cómo van a financiar el aumento a pensiones, porque hay contención del gasto. “Se aumentaron más los beneficios que los pagos; nos genera un déficit más grande”, enfatizó el funcionario.
Malestar
Luis Alpírez, del sindicato de Salud, afirmó que existe “malestar por lo inconsulto” de la medida.
Carlos Martínez, analista, señaló que le parece inadecuado que el Congreso emita una ley de aumento a las clases pasivas soportada en un descuento en los salarios de los demás trabajadores.
El experto estima que si bien los jubilados reciben pensiones muy bajas, en especial quienes ganan menos, el Estado debe revisar las fuentes de financiamiento de un incremento antes de obtener los recursos de los gastos programados.
Impuestos
Abelardo Medina, del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi), indicó que este sistema de pensiones lo mantienen los trabajadores públicos, pero la participación del Gobierno como patrono sale de los impuestos que pagan todas las personas.
“Sin embargo, las personas de la tercera edad necesitan que se revisen los pagos, que están por debajo de lo que necesitan para sobrevivir”, puntualizó.
Con aportes de Edwin Pitán y Byron Dardón